Desde hace años que Chile atraviesa una situación social y política complicada. La responsabilidad de dicha crisis social es exclusiva de los políticos, que han buscado deliberadamente el enfrentamiento social, apoyando a cualquier movimiento violento izquierdista para justificar un cambio constitucional.

Si hace décadas Chile era un ejemplo de paz social, hoy es un país que está sirviendo a las élites mundialistas para hacer sus experimentos de ingeniería social.

Actualmente los 155 chilenos responsables de redactar una nueva Constitución, representan una vez más el poder de las élites, y los escasos sistemas actuales de representación, pues pocos de esos 155 chilenos representar realmente el sentir del pueblo de chile.

Pues bien, en este proceso de redacción constitucional la masonería se ha quitado la careta, y así la Gran Logia de Chile acogerá esta semana su acto anual esperando que, por primera vez, se congreguen los constituyentes con los poderes del Estado en un acto.

En una entrevista al diario La Tercera, el Gran Maestro de la Masonería Chilena, don Sebastián Jans, abogó por la moderación y el espíritu de pacto para afrontar la transición que vive Chile. «La solución a los problemas de nuestro país tiene que surgir de voluntades políticas y desde una convicción real de diálogo, respetando la diversidad que representa el otro. Lo que uno advierte es un nivel de confrontación muy alto; hay que recuperar una mirada común», pidió. «Hoy día existe una Convención Constitucional que nos va a plantear al país un proyecto de Constitución surgido de un debate profundo. ¿Cuál es el camino para esto? Existen vías institucionales, pero estas tienen que potenciarse sobre la base del respeto entre sus integrantes. La exacerbación del lenguaje y de las contradicciones no resuelve los problemas. Lo que hay que buscar es construir un diálogo, y para eso es fundamental una voluntad ética de respeto a la diversidad y a la opinión adversaria, y a partir de ese respeto encontrar los puntos en común», añadió. «Todos tienen la conciencia de que hay que buscar puntos en común y llegar a resultados. Hay gente, en su gran mayoría, incluso aquellos que tienen miradas muy radicalizadas, que en el fondo son personas responsables frente a su tarea. Se han dado cuenta de que están en otro escenario. No están en la calle, frente a la masa, sino que ante la tarea institucional», concluyó.

Si la masonería anda detrás de la nueva constitución nada bueno puede esperar el pueblo chileno.

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