El 14 de septiembre de 1321 murió Dante Alighieri. Hace 700 años dejaba este mundo este genio de la literatura que durante el siglo XV y el Renacimiento junto a Francesco Petrarca, ejerció una gran influencia sobre la literatura europea en general.

Es un tópico en la historia cultural que cualquier cosa que el hombre moderno piense sobre el infierno, no lo sabe por la Biblia, sino por la obra inmortal de Dante, “La Divina Comedia”, que su autor hizo llamar “La Comédie’.  “Dejad atrás toda esperanza’’, es el letrero que Dante pone en la entrada del Infierno. Por supuesto, Dante no inventó los pecados que imaginaba en el infierno, los pecadores, los castigos, los horrores y las concupiscencias de su obra, sino que se basó en elementos apócrifos de la antigüedad cristiana y de las arcaicas tradiciones italianas. La parte importante que jugó en la lucha mental de Dante después de la muerte de la figura poética de Beatrice en su obra se describe en el «Convito”.

Dante estuvo particularmente influenciado por el Apocalipsis de Pedro, que data del siglo II, que es una verdadera historia de terror. El texto de la obra y uno de sus decorados, el infierno, también se evocan en películas conocidas como el thriller “Seven” (1995), dirigida por David Fincher con Brad Pitt y Morgan Freeman, o “Inferno” (2016), basada en la novela de Dan Brown, dirigida de Ron Howard y protagonizada por Tom Hanks, que es similar a “El código Da Vinci” y “Ángeles y demonios”.

Dante Alighieri, que murió hace siete siglos el 14 de septiembre de 1321 en Rávena, había nacido en Florencia en 1265. Además de su influyente obra literaria – que contribuyó significativamente a la creación de la lengua literaria italiana -, fue un distinguido soldado. un guerrero, así como un distinguido político y diplomático. Mihály Babits, quien también lo tradujo al húngaro, llamó a su obra «el poema más grande de la literatura mundial». En su “Historia de la literatura europea” (1936), M. Babits también llamó la atención sobre el hecho de que la Comedia representa tanto los valores de la antigüedad como la ética de la tradición cristiana, y que es a la vez una obra simbólica y realista, dotada de una imaginación particular.

Como dijo Mihály Babits, ningún otro trabajo ha emanado tanto de la vida y resumido la vida misma. Es una vida muy individual, con todo lo que esta vida es, o sea, con todo lo que el alma ha visto, oído, conocido, y sentido en su vida. Es toda la historia, toda la biografía. Y así, este gran texto se convierte al mismo tiempo en una gran epopeya. No es solo el escenario épico del viaje fantástico lo que lo hace así, sino toda la materia vital que forma este fantástico texto y toda la vida que representa. La vida del poeta, de su país y de su tiempo; vida individual y presente, vida real. En ese más allá, hablamos tanto de los vivos como de los muertos. Esta pieza divina es al mismo tiempo la pieza humana más completa, que se extiende desde el naturalismo de los pecados y la inmundicia infernal hasta la música paradisíaca de la milagrosa ascensión del alma humana, y engloba en su extraordinaria densidad una sustancia vital de “una casi inimaginable riqueza y sutileza, una multiplicidad infinita de figuras y acontecimientos, entretejidos en la confesión de una gran alma, contenido de una vida simbólica y predestinada”.

En cuanto a su apariencia, el primer gran admirador de Dante, Boccaccio, lo describió como «de estatura media, y por encima de sus años algo encorvado, mesurado y de andar pausado». Siempre vestía la ropa más modesta, adecuada a su edad. Su rostro era alargado, su nariz aguileña, sus ojos más bien grandes, su mandíbula fuerte, el labio inferior ligeramente sobresaliendo del superior; el color de sus mejillas era castaño, su cabello y barba de un negro espeso, sus ojos pensativos y contemplativos. «Giovanni Boccaccio, quien elevó el género del cuento a un nivel artístico en el Renacimiento y aún lo considera hoy como parte del género épico, consideró la gran obra de Dante escrita en italiano como una trinidad de pecadores, de penitentes y virtuosos, que trata de las grandes cuestiones de la moral humana y el más allá. Porque, escribe Boccaccio, Dante «reconoció que podía haber tres clases de vida, la vida del pecador, la vida del pecador que regresa del pecado y se esfuerza por alcanzar la justicia, y la vida de los justos, y en tres magníficos libros presentó esta trinidad, comenzando con la condena del pecador y terminando con la alabanza de los justos, y reunió estos tres libros en una obra que llamó “Drama”, libros en himnos, y, como sabemos, en himnos en verso, y los escribió en el idioma de la gente, y en un orden tan artístico, tan maravilloso y tan hermoso, que nadie ha sido capaz de juntarlos. Cualquiera que haya adquirido la competencia requerida puede dar testimonio de su elocuencia».

Antal Szerb, en su “Síntesis de la historia de la literatura mundial” (1941), como Babits, enfatizó el realismo descriptivo de Dante y la espiritualidad católica, al tiempo que enfatizó la posibilidad de una lectura psicológica de la “Divina Comedia” y el carácter universal de la obra, es decir, que tiene un mensaje actual y válido para todos los hombres de todos los tiempos. Como escribió sobre Dante: «La más notable de sus cualidades artísticas es su talento como retratista. Su talento artístico más notable es que lo ve todo y se lo muestra todo a su lector. No es un enigma inimaginable; una vez que lees “Infierno”, puedes estar seguro de que no te perderás en los círculos y huecos del monstruoso embudo. Dante, el poeta espiritual, es también uno de los más grandes poetas realistas del mundo y de la literatura mundial. Sus escenas son tan realistas que casi se olvida que uno está en el infierno y no en una vieja ciudad italiana. Es un gran juez y pintor de personajes. Sus metáforas son a menudo comparaciones psicológicas; disfruta comparar su estado de ánimo y el de sus personajes con estados mentales familiares y cotidianos, acercándolos así al lector. […] El gran poeta católico es también católico en el sentido de que es universal, en el que da la totalidad de las cosas humanas, como Shakespeare y Goethe, su mundo es un mundo completo y autónomo. También es universal en el sentido de que no se relaciona con la edad ni con la nación, sino que siempre habla a todos”.

Sea como fuere, Dante Alighieri es uno de los genios de la literatura universal junto a Cervantes, Shakespeare, Goethe, Schiller, Tolstoi, etc, Y por eso le recordamos en el 700 aniversario de su muerte.

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