- Índice
- 1. Prólogo – p. 2
- 2. Un año de Tiranía Sanitaria Mundial – p. 5
- 3. La triple mentira plandémica – p. 8
- 4. Seis meses de Tiranía Sanitaria Mundial – p. 13
- 5. La cuenta regresiva – p. 19
- 6. “El gobierno te cuida” – p. 22
- 7. Dictadura Sanitaria Mundial y Mentira Universal – p. 24
- 8. Covid-1984: Mirar la realidad de frente – p. 27
- 9. Bill Gates: “Prepárense para la siguiente pandemia como si fuera una guerra” – p. 30
- 10. Digamos NO a la tiranía sanitaria mundial – p. 32
- 11. Totalitarismo Sanitario Brutal – p. 35
- 12. El totalitarismo sanitario es absoluto – p. 37
- 13. ¿Es pecado recibir la “vacuna” experimental? – p. 39
- 14. ¿Contagian los “vacunados” contra el “covid”? – p. 41
- 15. A veinte años del 11/S – p. 44
- 16. Carta a un vacunado – p. 50
Prólogo
“Inyectamos organismos genéticamente modificados en los brazos de niños pequeños, se los metemos directamente en las venas”
Este opúsculo es una recopilación de artículos publicados durante el último año acerca de la “crisis sanitaria global” que padecemos desde marzo del año pasado y su objetivo es el de contribuir a la comprensión de sus causas de fondo, de sus graves consecuencias y de la finalidad perseguida por la élite globalista eugenésica que la ha provocado.
El carácter completamente aberrante de la situación actual requiere el empleo de un lenguaje claro y directo, llamando a las cosas por su nombre y dejando de lado eufemismos y precauciones oratorias: nos hallamos ante un atentado terrorista caracterizado y ante un crimen contra la humanidad sin precedentes, situación que podría resumirse, de manera esquemática y sin pretender ser exhaustivos, en los siguientes puntos:
1. Plandemia concebida y ejecutada por Bill Gates, Klaus Schwab y su Foro Económico Mundial, y la OMS -cf. la simulación de pandemia organizada por Gates y Schwab el 18/10/2019, el “Event 201”-.
2. Confinamiento eterno de desgaste psicológico y de destrucción de la economía y, por ende, de la autonomía financiera de la gente.
3. Estado de incertidumbre y de estrés permanente que desestabiliza emocionalmente y debilita el sistema inmunitario.
4. Enmascaramiento deshumanizante, con graves consecuencias para la salud física y psíquica a mediano y largo plazo, en particular, para los niños y adolescentes. De un sadismo extremo, la mascarilla constituye una humillación continua, actuando como herramienta simbólica destructora de la personalidad y de la identidad, y como disolvente del vínculo social.
5. Distanciamiento y aislamiento, muy perturbadores emocional y psicológicamente.
6. Vida “virtual” alienante mental, afectiva y socialmente.
7. Control mental de la gente mediante la incesante propaganda mediática del temor.
8. “Gran Reinicio”: colosal maniobra de ingeniería social, política y económica, desestructurante en grado sumo de la vida humana tal cual la conocíamos. Su meta es la de hacer “tabla rasa” del pasado, suprimiendo brutalmente todo punto de estabilidad, de referencia y de apoyo psicológico, histórico, social, religioso, familiar y económico, para que los individuos atomizados y desarraigados sean marionetas del poder estatal mediante la digitalización de todas las facetas de la existencia humana.
9. Promoción de una “vacuna” tóxica como panacea contra un problema inexistente -creado artificialmente- que pone de manifiesto el carácter satánico del proceso plandémico.
10. Reducción drástica de la población mundial a resultas de la inoculación de dicho brebaje infernal (esterilización, abortos espontáneos, debilitamiento del sistema inmunitario, gravísimos efectos secundarios de todo tipo, tal vez transmisibles a la descendencia, por probable alteración definitiva del ADN, etc.)
11. Vacunación universal como herramienta de extorsión emocional para poder “desconfinar” y recobrar así una libertad ilusoria.
12. Pasaporte sanitario digital obligatorio y discriminatorio, posibilitando el control absoluto del Estado sobre cada acción y cada decisión vital de los ciudadanos sumisos a la “Matrix”.
13. “Nueva Normalidad” solo accesible para los vacunados, debidamente transformados en autómatas masificados e infantilizados, devenidos en auténticos zombis espirituales, sumidos en un penoso estado de completa dependencia de los designios inhumanos de un Estado totalitario y cada vez más ostensiblemente anticrístico…
14. Por último, en relación con el odioso aspecto extorsivo que reviste la inoculación de la “vacuna”, recomiendo mirar el siguiente video: “Bill Gates: La normalidad solo volverá cuando hayamos vacunado a toda la población mundial”: https://gloria.tv/post/LKFbpfnE8Pvs4bEUa1vNWBXov
Este incalificable acto de chantaje emocional -de nítido sesgo megalómano y psicopático- debería bastar a cualquier persona dotada de un mínimo de sentido común y de prudencia para abrir los ojos y comprender que estamos ante una manipulación inaudita y un engaño colosal, de corte claramente diabólico. Si bien los indicios convergentes que lo indican son numerosísimos, insisto en que ESTE SOLO HECHO -sin necesidad de ningún argumento adicional- debería ser MÁS QUE SUFICIENTE para comprender que nos están engañando descaradamente.
Recapitulemos: 1. Gates dijo que quiere reducir la población mundial con sus vacunas. 2. Gates organizó una simulación de pandemia de coronavirus en octubre de 2019. 3. El “nuevo coronavirus” oficialmente apareció en diciembre. 4. Gates financia a la OMS, es fundador y financiador de GAVI, y es accionista en la industria farmacéutica: lo que se llama un “conflicto de intereses”. 5. La OMS declaró la pandemia en marzo de 2020. 6. Gates afirmó en abril del mismo año que no habrá retorno a la “normalidad” hasta que no se haya vacunado a “toda la población mundial” (¿WHAT?). 7. Me parece que los hechos hablan por sí mismos y que no se requieren muchas luces para sacar las conclusiones del caso…
Un año de Tiranía Sanitaria Mundial – 11/03/2021
Hoy se cumple un año desde que la organización criminal OMS, dirigida por el ex terrorista y comunista etíope pro PC chino Tedros Adhanom y financiada por el “vacunador universal” Bill Gates, declaró la falsa pandemia de covid, en lo que constituye el mayor engaño y el mayor crimen de la historia de la humanidad, confinando a toda la población mundial, privándola de trabajo, de libertad de movimiento, de atención médica, de contacto social y de acceso al culto religioso, entre muchísimas otras medidas tan arbitrarias como perversas.
El número de fallecidos a causa de estas medidas “sanitarias” tiránicas y demenciales -debido a tratamientos médicos suspendidos, suicidios, depresión, efectos secundarios adversos de la “vacuna” experimental, etc.- es incalculable. Y esto es solo el comienzo de lo que apunta a convertirse en el genocidio más grave de la historia.
En efecto, cuando el sistema inmunitario de la gente esté completamente desquiciado por los efectos deletéreos de la “vacuna” genética, será incapaz de protegernos de los próximos ataques bioterroristas realizados por los “filántropos” para llevar adelante su plan de reducir drásticamente la población mundial e implementar un control digital absoluto -médico, administrativo y financiero- que convertirá a los sobrevivientes en esclavos del totalitarismo sanitario mundial impuesto por Bill Gates y sus secuaces.
Me parece importante presentar, a modo de puesta en perspectiva de los hechos, una breve cronología de esta situación sin precedentes en los anales de la historia, verdadero crimen contra la humanidad y auténtico golpe de Estado mundial, efectuado por la élite mundialista eugenésica -promotora del aborto y la eutanasia- que, con un cinismo a toda prueba, finge mirar por nuestro bienestar e hipócritamente asegura velar por nuestra salud:
1. El 7/8/2019 falleció el premio nobel de química Kary Mullis, inventor de la prueba PCR, hombre independiente, de gran personalidad, incontrolable por el sistema e insobornable, quien jamás hubiese consentido que su invento fuera utilizado para fabricar falsos positivos en serie, lo que constituye la piedra angular de la gigantesca patraña pandémica. Deceso ciertamente muy oportuno para la oligarquía mundialista, a tan solo cuatro meses de la aparición oficial del virus en China.
2. El 18 de octubre de 2019 se realizó una simulación de pandemia de coronavirus en Nueva York, denominada “Event201”, organizada por la Fundación Bill y Melinda Gates, el Foro Económico Mundial y la Universidad Johns Hopkins.
3. Muy llamativamente, el mismo día se iniciaban los Juegos Mundiales Militares en… ¡Wuhan, China! -realizados del 18 al 27 de octubre- con la participación de diez mil atletas provenientes de 110 países.
4. El 7 de enero de 2020 científicos chinos afirmaron haber aislado el virus y realizado la secuenciación del genoma, algo que es objetado por muchos científicos que no comparten la narrativa oficial de la OMS -Médicos por la Verdad, Biólogos por la Verdad, JARC, etc.-
5. Esta secuenciación fue remitida a la OMS el 12 de enero, permitiendo a los laboratorios de diferentes países producir diagnósticos específicos mediante pruebas de PCR. Recordemos que apenas cinco meses antes había fallecido Kary Mullis, el inventor de esta prueba, quien nunca hubiese aceptado que su invento fuese destinado a “detectar contagiados”, pues esa no era su finalidad, y muchísimo menos que, en base a los resultados así obtenidos, se decidiera “confinar el planeta”, devastando la economía, la salud y la vida social de la gente.
6. El 11 de marzo la OMS declaró el estado de “pandemia”. La inmensa mayoría de los Estados, supuestamente soberanos, pero, en realidad, serviles lacayos de los poderes sinárquicos disolventes de las naciones, aplicaron las medidas draconianas preconizadas por Bill Gates y la OMS. En Argentina, el impresentable binomio Fernández lo hizo el 20 de marzo.
7. Tres semanas después, el 2 de abril, Bill Gates declaró, en una entrevista dada al Financial Times: “La normalidad solo volverá cuando hayamos vacunado a toda la población mundial”, en un acto de megalomanía omnipotente, auténtica amenaza psicopática dirigida al mundo entero, incalificable ejercicio de chantaje emocional de una violencia inaudita y desembozada.
8. Cuatro meses después del inicio de la “pandemia”, el 9 de julio, Klaus Schwab, fundador y presidente del Foro Económico Mundial, publicó un libro llamado The Great Reset -el gran reinicio-, en el que afirma que no habrá “nunca” un regreso a la normalidad, que la “crisis de coronavirus” presenta dimensiones “bíblicas” y que los cambios que vendrán serán tan “radicales” que podríamos estar ante el inicio de una nueva “era”: habría un BC (“Before Coronavirus”, opuesto a “Before Christ” -antes de Cristo-) y un AC (“After Coronavirus”, opuesto a “After Christ” -después de Cristo-).
Continúa explicándonos el autor que los cambios se sucederán de manera vertiginosa e imprevisible y que de ellos resultará “una nueva normalidad, radicalmente diferente de aquella que progresivamente iremos dejando atrás”. Todo esto se halla en la introducción, en la página ocho de la versión digitalizada. Entre la realización del Event201 y la publicación del libro The Great Reset transcurrieron nueve meses: podemos decir que, desde entonces, las cartas estaban echadas: la “gestación” del Nuevo Orden Mundial había concluido, la “nueva normalidad” había sido alumbrada, el Gran Reinicio se ponía en marcha y la “nueva era” de la humanidad -la que conduce ineluctablemente al gobierno universal del Anticristo, había comenzado…
La triple mentira plandémica – 04/06/2021
En un documento publicado por el principal organismo de salud de los Estados Unidos, el CDC, el primero de diciembre de 2020, en su sexta versión, intitulado “CDC 2019-Novel Coronavirus (2019-nCoV). Real-Time RT-PCR Diagnostic Panel”, pueden leerse unas declaraciones sorprendentes referidas al aislamiento del virus que supuestamente causa la actual “pandemia” y al uso de la prueba PCR para verificar su presencia en el organismo:
En el apartado “Limitations”, en la página 40, se dice lo siguiente: “La detección de ARN viral no puede demostrar la presencia de un virus infeccioso o que el SARS-CoV-2 es el agente causante de los síntomas clínicos”. En otras palabras: no se puede probar que las personas que se enferman y son hospitalizadas -y que muy ocasionalmente fallecen-, hayan enfermado por un nuevo coronavirus llamado SARS-CoV-2. Lo dicho exime de todo comentario, como no sea el de recordar el viejo axioma jurídico “a confesión de parte, relevo de pruebas”. Son ellos mismos quienes reconocen que el uso de la prueba PCR no es específica para diagnosticar una infección por “covid”.
Luego, en la página 42, bajo el título “Performance Characteristics”, segundo párrafo, renglones 2 a 5, leemos: “Dado que actualmente no hay disponibles aislaciones cuantificadas del virus de Covid-19, los test diseñados para la detección del ARN de Covid-19 se probaron con cepas caracterizadas de ARN de longitud completa transcrita in vitro…”
Lo que se nos está diciendo, ni más ni menos, es que no hay un virus aislado disponible, que los organismos oficiales de sanidad no disponen de una muestra debidamente aislada del virus. Es decir, el CDC reconoce que el virus no ha sido ni aislado ni identificado. Eso significa que su existencia no está probada. Parece surrealista, pero de eso precisamente se trata.
Adicionalmente, notemos que esta información se da en relación con un test PCR supuestamente concebido para detectar justamente ese virus que no ha sido aislado. Repito: se trata de un test cuya finalidad es la de identificar material ARN de un virus cuya existencia no se ha demostrado. En base a ese test, el CDC y todos los organismos de salud pública del mundo, en conformidad con las directivas de la OMS, están efectuando el cómputo de los casos y de los fallecimientos supuestamente causados por el “Covid-19”.
Y es fundándose en los resultados de dicho test que los gobiernos han decretado el confinamiento masivo de la población y han provocado la destrucción de las economías nacionales, utilizando esas estadísticas arbitrarias como justificación de estas medidas devastadoras para la sociedad, sin precedentes en la historia. Insisto: es necesario comprender que el CDC hace esta “confesión de parte” en un documento en el cual está explicando el modo de realizar la prueba PCR, es decir, el test para detectar un virus cuya existencia no está demostrada.
Esto es algo absolutamente demencial. Es como si la NASA publicara una guía para la navegación de una flotilla de naves espaciales rumbo a un planeta cuya existencia no ha sido establecida y se forzase a la gente a embarcar bajo el pretexto de neutralizar el supuesto peligro que representaría el “calentamiento global” de la tierra.
El ejemplo podría parecer tirado de los pelos, pero, lamentablemente, ese no es el caso. Lo que las autoridades sanitarias nos están diciendo es, a grandes rasgos, lo siguiente: “este es el test con el que identificaremos el supuesto número de infectados por un virus cuya existencia no ha sido probada y en base al cual los gobiernos exigirán confinamiento, distanciamiento, enmascaramiento y vacunación para cada ser humano del planeta, a los efectos de combatir una supuesta pandemia causada por este peligroso virus.”
Añadamos acá que, incluso en el hipotético caso de que el virus hubiese sido aislado y su existencia demostrada científicamente, el uso de la prueba PCR seguiría siendo ilegítimo y engañoso, puesto que su inventor, Kary Mullis, premio Nobel de química en 1993 por su creación, dejó muy en claro, en rueda de prensa pública, que su técnica de reacción en cadena de la polimerasa no era un test de diagnóstico médico, que no había sido concebido para detectar enfermedades infecciosas y que no debía ser utilizado con dicho fin.
No está de más recordar que Mullis falleció muy oportunamente pocos meses antes de que se decretara el “confinamiento universal” basado en el uso fraudulento de su invento, a lo que él se habría opuesto de manera categórica, dado que era un hombre dotado de una gran personalidad e independencia de juicio, un científico independiente y sin conflictos de interés con la industria farmacéutica ni con organismos gubernamentales, a diferencia del virólogo alemán Christian Drosten, cuya adaptación del PCR de Mullis al “SARS-CoV-2”, concebida como “test de diagnóstico médico”, fue inmediatamente aprobada por la OMS e impuesta mundialmente.
¿Por qué no dispone el CDC de “aislaciones cuantificadas” del virus? Sencillamente porque no consiguen aislarlo: es evidente que, si pudieran, lo harían. Y no se alegue que afirmar esto tendría ribetes “conspiracionistas” y que se trataría de elucubraciones pergeñadas por mentes acaloradas. La realidad es muy distinta. El problema no es de quienes cuestionan la coherencia del discurso oficial. Son sus autores quienes tienen un problema mayúsculo para poder justificar las medidas adoptadas con vistas a resolver esta supuesta “pandemia”.
Pero resulta que nos están imponiendo de manera científicamente infundada y éticamente aberrante su propio problema, en forma de una narrativa dogmática sobre una “pandemia” provocada por un hipotético virus, con todas las consecuencias dramáticas que se siguen de ello. Decir que esta actitud es deshonesta e inaceptable es quedarse corto. El CDC está cometiendo un crimen incalificable. Esto, en lo que concierne a los USA. Pero exactamente lo mismo sucede en los demás países, con sus respectivos organismos sanitarios.
Y, por encima de todos ellos, se encuentra la organización criminal madre, la OMS, generosamente financiada por el magnate “filantrópico” Bill Gates -el mismo que quiere reducir la población mundial con sus vacunas-, quien decretó en abril de 2020, tres semanas después de la declaración de pandemia por la OMS, que hasta que toda la población mundial no haya recibido su vacuna, no habrá retorno a la “normalidad”, en una acto de extorsión emocional intolerable, propio de un psicópata megalómano. Y, muy probablemente también, de un endemoniado.
Me pregunto: ¿Cuándo despertaremos de nuestro letargo? ¿Hasta cuándo durarán la pasividad y la indiferencia generalizadas? ¿En qué momento tomaremos conciencia de la gravedad de la situación, nos decidiremos a alzar la voz y a rehusar enérgicamente someternos a este insólito atropello a la razón? ¿Cómo es posible que la gente no se percate de que se está instaurando impunemente y con su consentimiento tácito una auténtica tiranía sanitaria mundial?
En definitiva, podemos aseverar, sin el menor asomo de duda, que el confinamiento global indefinido que padecemos -cuyo propósito real es el de forzar a la humanidad a dejarse inyectar la “vacuna” experimental de Bill Gates como condición sine qua non para “volver a la normalidad”-, se apoya en tres mentiras caracterizadas:
I. La supuesta existencia de un nuevo coronavirus que no está demostrada científicamente.
II. La supuesta existencia de una pandemia producida por la transmisión de ese nuevo coronavirus, cuando no solo las pruebas de su existencia brillan por su ausencia, sino que, además, las cifras de letalidad oficiales -infladas de manera fraudulenta por el uso de un test PCR inespecífico- son bajísimas, y de ninguna manera justifican la declaración del estado de emergencia sanitaria.
III. La difusión de cifras de “contagiados” y de “muertos” falsas (uso fraudulento de la prueba PCR + registro igualmente fraudulento de casi cualquier deceso consignado como “muerte por covid” + prohibición de realizar autopsias), a los efectos de generar pánico en la población y de justificar así el confinamiento generalizado.
En este triple engaño se basan las medidas tiránicas, arbitrarias y devastadoras que se han impuesto a la humanidad desde hace más de un año, incluida la inoculación cuasi obligatoria de una “vacuna” genética experimental fabricada en tiempo record, habiéndose omitido las pruebas en animales, desconociéndose sus componentes, habiéndose acordado la exención jurídica para los laboratorios en caso de efectos adversos e ignorándose cuáles serán los mismos en el mediano y el largo plazo.
Porque, en lo que al corto plazo se refiere, cualquier observador atento no puede ignorar que los efectos secundarios son numerosísimos y que revisten una gravedad inaudita…
Seis meses de Tiranía Sanitaria Mundial – 19/09/2020
“La historia nos enseña que la humanidad solo evoluciona significativamente cuando está realmente asustada. (…) Una gran pandemia aumentará entonces, mejor que cualquier discurso humanitario o ecológico, la conciencia de la necesidad de altruismo (…) Y, aun si esta crisis -de 2009- no resultara muy grave, no debemos olvidarnos, al igual que con la crisis económica -de 2008-, de aprender la lección, para que, antes de la próxima, que es inevitable, preparemos mecanismos de prevención y de control, y procesos logísticos para una distribución equitativa de medicamentos y vacunas. Para eso, tendremos que instaurar un poder policial mundial, un almacenamiento global y, por ende, una fiscalidad global. De este modo, llegaremos a sentar las bases de un verdadero gobierno mundial, mucho más rápido de lo que lo hubiesen permitido motivos exclusivamente económicos.” Jacques Attali, 03/05/2009
Jacques Attali es un prestigioso e influyente intelectual francés de origen judío, socialista, asesor político y financiero al más alto nivel del Estado, cuya participación en la vida política francesa y europea de los últimos cuarenta años ha sido muy importante. Es uno de los principales “gurús” del mundialismo, un promotor entusiasta de la inmigración masiva del tercer mundo hacia los países desarrollados y adversario acérrimo de las fronteras “cerradas”, de los “repliegues identitarios” y de la permanencia de las soberanías nacionales. Es un autor prolífico y un referente ineludible de la prensa francesa y europea cuando se trata de cuestiones económicas, financieras y políticas de actualidad.
En 2009, con motivo de la “pandemia” de gripe A (H1N1), explicó con meridiana claridad el papel que estas “crisis pandémicas” desempeñan en el establecimiento progresivo de un gobierno a escala planetaria, cuya finalidad sería la de administrar eficazmente los recursos globales de la humanidad, tanto a nivel económico como sanitario, para lo cual: “tendremos que instaurar un poder policial mundial, un almacenamiento global y, por tanto, una fiscalidad global”. Son sus textuales palabras. Y él mismo nos explica que el principal motor para acelerar el proceso de unificación política y económica mundial es el miedo: “la historia nos enseña que la humanidad solo evoluciona significativamente cuando está realmente asustada”. Para la élite iluminista el miedo es la herramienta fundamental con vistas a la implementación de un gobierno mundial unificado. Y las “pandemias”, uno de sus principales disparadores, junto con las guerras y las crisis financieras globales.
Jacques Attali publicó en 2011 un libro intitulado: ¿Quién gobernará el mundo mañana?, en el que preconiza la unificación de la humanidad bajo la dirección de un gobierno planetario, garante de la paz universal, única solución para protegerla del caos generalizado que la amenaza. Transcribo seguidamente la breve presentación del libro, que puede leerse en la página internet de Amazon:
“Mañana, ¿quién gobernará el mundo? ¿EE.UU? ¿China? ¿India? ¿Europa? ¿El G20? ¿La ONU? ¿Las multinacionales? ¿Las mafias? ¿Qué país, qué coalición, qué institución internacional tendrá los medios para controlar las amenazas ecológicas, nucleares, económicas, financieras, sociales, políticas y militares que se ciernen sobre el mundo? ¿Quién podrá valorar el formidable potencial de todas las culturas? ¿Deberíamos dejar el poder sobre el mundo a las religiones? ¿A los imperios? ¿A los mercados? ¿O debería devolverse a las naciones, cerrando las fronteras? Algún día la humanidad comprenderá que tiene mucho que ganar si se une a un gobierno democrático del mundo, yendo más allá de los intereses de las naciones más poderosas, protegiendo la identidad de cada civilización y gestionando los intereses de la humanidad de la mejor manera posible. Un gobierno así existirá algún día. Después de un desastre, o en su lugar. Es urgente atreverse a pensarlo, por el bien del mundo.”
¿Qué más hace falta saber para comprender que la casta de iluminados que dirigen, en buena medida, los acontecimientos mundiales, no se detendrán ante ningún obstáculo, hasta que hayan logrado instaurar su tan anhelado gobierno mundial? Habría que ser muy ingenuo para suponer que semejantes genocidas -todos activos promotores de la eutanasia y del aborto, que despedaza a cincuenta millones de niños cada año- serían incapaces de servirse de medios inmorales para alcanzar su objetivo, como podrían serlo un atentado de falsa bandera, el desencadenamiento de una crisis financiera, de un conflicto bélico o de una “pandemia”…
¿Cómo es posible que la gente crea a pies juntillas la narrativa oficial acerca de lo que está ocurriendo? Hay que rendirse ante la evidencia: el grado de lavado cerebral operado por los medios de desinformación del sistema, infundiendo el pánico de manera continua, les ha dado resultado. La mayoría de la gente ha perdido todo rastro de espíritu crítico, de independencia de juicio y de apego a su libertad personal, y está presta a sacrificar todo en aras de conservar su salud y su seguridad física, supuestamente amenazadas por esta “crisis sanitaria global”, completamente ficticia y artificial.
Los mundialistas deben de estar frotándose las manos, al comprobar cuán sencilla les ha resultado la tarea de engañar y de manipular al conjunto de la población mundial en un tan breve lapso de tiempo. Un auténtico juego de niños. “Pan comido”, se dirán a sí mismos, jactanciosos, con una sonrisa socarrona perfectamente justificada. Siendo así las cosas, la consigna será, evidentemente, ne varietur. Les bastará con perseverar en la misma estrategia tan eficaz de hacer cundir el pánico generalizado, de inducir miedo, de azuzar el temor, de provocar inquietud, de sembrar incertidumbre, de generar angustia y de suscitar terror en la gente.
Terror sanitario. Terror económico. Terror social. Terror ecológico. Terror bélico. Terror de cualquier tipo, sabiamente orquestado y hábilmente explotado para ajustar aún más las clavijas de un engranaje totalitario, cada vez más sofisticado, de control estatal, sobre una población masificada, amorfa, carente de toda lucidez y con una capacidad de reacción prácticamente nula, fruto de un adoctrinamiento mediático sistemático y del poder disuasorio exhibido por el omnipresente aparato represivo estatal.
Volviendo a nuestro personaje de marras, figura emblemática de los iluminados mundialistas, en un reportaje difundido por el canal Public Sénat el 16 de febrero de 2010, intitulado El futuro de Jerusalén, Jacques Attali declaró:
“Podemos soñar con una Jerusalén convertida en capital del planeta, el cual un día estará unificado en torno a un gobierno mundial. Es un lindo lugar para un gobierno mundial.”
El 5 de junio de 2010, en el canal Arrêt sur Images, Attali se refirió nuevamente a la cuestión de la gobernanza global:
“Pienso que hay que apuntar a un gobierno mundial como una estrategia. Además, cuando los gobiernos hablan del G-20, es una ilusión, una especie de retraso antes del gobierno mundial. Hacia ahí nos dirigimos. ¿Lo haremos en lugar de la guerra o después de la guerra? Lo ignoro. Pero ése es el objetivo.”
El 9 de abril de 2011, en el canal Public Sénat, Attali volvió a pronunciarse sobre el tema del gobierno mundial:
“Primeramente, hay algo que puede hacerse en 24 horas: fusionar el Consejo de Seguridad -de la ONU-, el G-20 y el Comité Monetario del FMI. Es decir, las tres instancias clave (…) Es muy simple. Si hoy se fusiona el Consejo de Seguridad y el G-20, tenemos un instrumento de acción. Es muy simple, se puede decidir en 24 horas. (…) Ninguna nación está a la altura de los problemas mundiales. (…) Lo único que podría estarlo, es un Consejo de Seguridad planetario, con un verdadero poder ejecutivo planetario. Eso ocurrirá. La única cuestión es saber si ocurrirá luego de una catástrofe o en lugar de una catástrofe.”
En un reportaje de 1981, publicado en forma de libro, El futuro de la vida, Attali habló acerca de su manera de concebir la libertad, la eutanasia y el suicidio, en el marco de una futura sociedad planetaria regida por una suerte de síntesis monstruosa de capitalismo y socialismo:
“La eutanasia será uno de los instrumentos esenciales de nuestras sociedades futuras. En una lógica socialista, para empezar, el problema surge de la siguiente manera: la lógica socialista es libertad y la libertad fundamental es el suicidio; por ende, el derecho al suicidio directo o indirecto es un valor absoluto en este tipo de sociedad. En una sociedad capitalista, las máquinas de matar, las prótesis que eliminarán la vida cuando sea demasiado insoportable o económicamente demasiado cara, surgirán y serán una práctica común. Entonces creo que la eutanasia, ya sea un valor de la libertad o una mercancía, será una de las reglas de la sociedad futura. Podríamos aceptar la idea de extender la esperanza de vida a condición de que las personas mayores sean solventes y así se pueda crear un mercado. Por mi parte, como socialista, estoy objetivamente en contra de prolongar la vida porque es una ilusión, un problema falso. En todo caso, la eutanasia será uno de los instrumentos esenciales de nuestras sociedades futuras. (…) Desde el punto de vista de la sociedad, es mucho mejor si la máquina humana se detiene abruptamente en lugar de deteriorarse gradualmente. Eso queda claro si recordamos que dos tercios del gasto sanitario se concentra en los últimos meses de vida.”
Hasta aquí, las ideas preconizadas por este gurú del mundialismo, en guisa de caso ejemplar de esta perniciosa corriente ideológica. Del mismo modo podrían citarse las de cualquier otro miembro de la élite “progresista”, pues encontraríamos en todos ellos una convergencia en lo esencial. Este es el mundo globalizado que esta banda de terroristas psicópatas busca denodadamente construir, a expensas de la libertad de las naciones y de sus habitantes, en beneficio exclusivo suyo, de esta élite megalómana e inescrupulosa de millonarios “filántropos” que se arrogarán el derecho a decidir por cada uno de nosotros cómo deberemos vivir, bajo qué condiciones podremos viajar libremente, lo que deberemos pensar, lo que estaremos autorizados a decir y a hacer, qué vacunas recibiremos, cuántos hijos podremos tener y a qué edad habremos de morir…
Llegado a este punto, me parece esencial tener presente que no es posible hacerse una idea cabal de la situación actual sin adoptar una mirada teológica frente a los acontecimientos que se desarrollan ante nosotros, en particular desde el comienzo de esta supuesta “crisis pandémica mundial”. Y una mirada escatológica, para ser más precisos.
El libro del Apocalipsis, en su decimotercer capítulo, describe el panorama que ofrecerá ese mundo unificado política y religiosamente, bajo el mando del Anticristo y del Falso Profeta, ambos al servicio del Dragón, con los “moradores de la tierra” sucumbiendo masivamente ante el engaño universal montado por esta trinidad diabólica. Y quien no se deje arrastrar por su poder seductor, y rehúse recibir “la marca de la bestia” en la mano derecha o en la frente, no podrá “comprar ni vender”, se convertirá en un paria social y sufrirá una persecución despiadada.
El Anticristo aun no se ha manifestado públicamente, y la “vacuna salvadora” decretada por el “filántropo” Bill Gates para toda la humanidad -que nadie debe dejarse aplicar, pues está concebida para causar daño-, no es la “marca de la bestia”. No obstante, todo lo que viene sucediendo desde hace seis meses apunta inequívocamente en esa dirección, es un entrenamiento, un ensayo general, que persigue el objetivo último de instaurar ese Nuevo Orden Mundial a cuya cabeza estará el Hombre de Pecado.
Así pues, esta crisis “plandémica” global nos ha hecho entrar de lleno en la “recta final” que conduce inexorablemente a los tiempos escatológicos anunciados por el apóstol San Juan. El período conocido como “Apocalipsis” se refiere, bíblicamente, a la fase histórica que precederá la Parusía o regreso glorioso de Nuestro Señor Jesucristo, y su duración es de siete años. El libro de Daniel es claro al respecto: habla de una “semana de años”, conocida como la “septuagésima semana”, de su célebre profecía de las “setenta semanas”, en su capítulo noveno.
Esta semana de años aún no ha comenzado y, obviamente, ignoro cuando lo hará. Su inicio estará dado por la venida del profeta Elías para evangelizar al pueblo judío, cuya misión ocupará la primera mitad de la semana. La segunda mitad corresponderá al reinado universal del Anticristo. Esta semana de años -es decir, el Apocalipsis-, como es bien sabido, será un tiempo muy difícil de sobrellevar, para emplear un eufemismo. Nuestro Señor lo expresó con claridad:
“Habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá” (Mt. 24, 21).
Para no sucumbir al desaliento tendremos que armarnos de paciencia y encomendarnos a la protección de Dios, con total fe y esperanza en su misericordia. Jesucristo nos enseñó que, cuando estos tiempos lleguen, a pesar de lo difíciles que serán, lejos de dejarnos arrastrar por el desánimo, nuestra esperanza deberá redoblar, pues esto significa que su glorioso retorno está muy próximo, y con él, nuestra liberación:
“Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca” (Lc. 21, 28).
Por lo tanto, velemos y oremos, para que, en estos tiempos aciagos, podamos perseverar en la fe, en la esperanza y en la caridad, a la espera de que se cumpla la promesa divina:
“Los hombres prudentes resplandecerán como el resplandor del firmamento, y los que hayan enseñado a muchos la justicia, brillarán como las estrellas, por los siglos de los siglos.” (Dn. 12, 3).
La cuenta regresiva – 09/06/2021
“La normalidad solo volverá cuando hayamos vacunado a toda la población mundial” Bill Gates, 02/04/2020, entrevista con el Financial Times: https://gloria.tv/post/LKFbpfnE8Pvs4bEUa1vNWBXov
La mayoría de los gobiernos han seguido servilmente las instrucciones de este “filántropo” iluminado, destruyendo la economía y la salud física y psíquica de la gente, a la que aseguran querer “proteger del virus”. Esto es no solo completamente absurdo y surrealista, sino, sobre todo, falso y, peor aún, lisa y llanamente criminal. Gates y sus secuaces (Schwab, Fauci, Tedros, etc.) han decretado que no podremos volver a vivir normalmente hasta que los casi ocho mil millones de habitantes del mundo hayamos recibido la “vacuna” genética experimental que ellos han hecho fabricar en tiempo record, con el pretendido objetivo de “salvarnos” de un supuesto virus cuya letalidad es insignificante. Los cuales, por otra parte, son partidarios declarados del programa eugenésico de reducción de la población mundial.
A quien no lograra percibir que todo este circo macabro, esta comedia grotesca, esta farsa colosal, de principio a fin, en su conjunto, sin matices ni circunstancias atenuantes de ningún tipo, es una locura absoluta, un descomunal atropello a la razón, un engendro jurídico de una perversidad a toda prueba, un lavado de cerebro permanente, una manipulación emocional descarada, una gigantesca maniobra de ingeniería social, una agresión caracterizada contra el ser humano, un ataque alevoso del mundialismo tecnocrático contra las naciones soberanas, un acto de un despotismo tan hipócrita como brutal y malévolo, la instauración en toda regla de una tiranía sanitaria mundial sin precedentes y un auténtico crimen contra la humanidad, solo tengo una cosa para decirle: con gente como tú, decididamente, la humanidad está perdida.
Espero que nadie vaya a sentirse ofendido por mis palabras, que no buscan sino suscitar una indispensable toma de conciencia y una necesaria reacción, por tardía que pudiera ser. La realidad es que, si todavía quedara alguna posibilidad de poner un término a esta tiranía sanitaria, ella solo podría venir de la disidencia, es decir, de aquellos que, viendo el problema, lo denuncian y advierten del peligro -a riesgo de sufrir la incomprensión y el repudio de sus semejantes-, y no de quienes aceptan sumisamente y sin cuestionamiento el discurso oficial y se someten sin rechistar al abuso cotidiano y al maltrato sistemático que nos infligen desde más de un año los gurús del confinamiento, del enmascaramiento, de la “neo-vida-virtual” y de la “vacunación-experimental-para-todos”.
Pero, aparentemente, a la mayoría de la gente, quince meses de vejaciones continuas no les han sido suficientes ni tan siquiera para comenzar a comprender de qué se trata todo esto. Lo cual, debo confesarlo, constituye para mí un impenetrable misterio. Las distopías imaginadas por Huxley y Orwell el siglo pasado, sobre el control mental totalitario y la manipulación psicológica de las masas, se están verificando delante de nuestras narices día tras día, pero, curiosamente, casi nadie parecería darse por enterado.
Para colmo, ante el estrés y la angustia que genera la incertidumbre de esta situación inédita, prolongada indefinidamente y con un desenlace imprevisible, se activa en el inconsciente colectivo un mecanismo reflejo de auto preservación -completamente ilusorio- que conduce a la justificación de la situación y a la defensa de quienes la han provocado, algo análogo a lo que ocurre con el síndrome de Estocolmo entre las víctimas y sus secuestradores, por el cual estos son percibidos como benefactores a quienes se debe lealtad.
Entonces, a quien se atreva a cuestionar la versión oficial -señalando sus numerosas incoherencias-, a dar la señal de alarma y a acusar a quienes dicen querer “confinarnos”, “enmascararnos” y “vacunarnos” mirando solo por nuestra salud y por el bienestar de la población, automáticamente se lo considera peligroso, se lo ignora, se lo censura y se lo ridiculiza, acusándolo con un desdén palpable de ser “conspiracionista” y de difundir “fake news”, cuando no directamente de sufrir de alguna patología mental.
Como si las conspiraciones no existiesen y como si las explicaciones oficiales fuesen siempre necesariamente verdaderas -pensemos, por ejemplo, entre muchos otros casos, en las famosas “armas de destrucción masiva” que sirvieron de pretexto a la guerra contra Irak en 2003-. Como si los “fact checkers” no estuviesen financiados -directa o indirectamente-, por “Big Pharma” y “Big Tech”, los únicos que se han beneficiado -y de manera exponencial- con la “pandemia”. Y, sobre todo, como si fuese imposible que un engaño de tal magnitud pudiese acontecer, olvidando que el demonio es el “padre de la mentira” y nada menos que el “príncipe de este mundo”…
Por último, al cristiano que no atinara a vislumbrar el carácter claramente diabólico e inequívocamente anticrístico que reviste absolutamente todo lo que viene ocurriendo desde hace más de un año, no puedo sino compadecerlo profundamente por la ceguera espiritual de que adolece, por su inquietante miopía profética y por su incapacidad teológica radical para discernir los signos de los tiempos escatológicos en los que esta “crisis sanitaria global” nos ha hecho ingresar.
La cuenta regresiva ha comenzado y ella conduce de manera ineluctable al cada vez más próximo reino universal del Anticristo, secundado por el Falso Profeta -quizás Bergoglio, o algún sucesor suyo-, quien hará que toda la humanidad reciba la marca de la bestia “en la mano derecha o en la frente”, sin la cual no se podrá “comprar ni vender”, y de la cual no me cabe la menor duda de que esta minuciosamente orquestada y mundialmente ejecutada “vacunación mundial”, es un siniestro preludio y un ensayo a gran escala…
“El gobierno te cuida” – 31/07/2020
La inmensa mayoría de la gente no puede o no quiere comprender lo que está ocurriendo, a pesar de que todo muestra con claridad meridiana la flagrante anormalidad y el carácter arbitrario, surrealista y deshumanizante de la situación que atravesamos desde el mes de marzo. Seguramente se trata de un mecanismo de defensa psicológico, por el cual se prefiere desviar la mirada ante lo que podría resultar inquietante o perturbador. Pero la realidad debe mirarse de frente. Y esta realidad, por difícil que nos resulte aceptarla, es que, desde hace casi cinco meses, el totalitarismo sanitario impuesto por los poderes globales en cada país, secuestra nuestras vidas, destruye las economías, avasalla las libertades personales y arruina la salud de la gente. Y esto hay que proclamarlo a los cuatro vientos. Nuestro honor y nuestra libertad nos va en ello.
El discurso practicado, de una arrogancia y un autoritarismo intolerables, y digno de una novela distópica terrorífica, es, a grandes rasgos, el siguiente:
“Quédate en casa. Mantén la distancia social. Ponte la máscara. Haz fila para entrar al supermercado. Pide permiso al gobierno cada vez que debas alejarte de tu domicilio. No uses el transporte público si no eres un trabajador “esencial”. Si estás en Capital Federal, ni se te ocurra ir a la Provincia de Buenos Aires, y viceversa, aunque tus familiares y amigos vivan al otro lado de la autopista General Paz. Si no tienes covid -cuyo grado de letalidad es infinitesimal-, no acudas a hospitales -que están vacíos, cancelaron los turnos dados hace meses y no atienden nuevas consultas- y que Dios te ayude si formas parte del 99, 99 por ciento de los enfermos que sufren de otras dolencias. Pero no dudes en recurrir a sus servicios si lo que quieres es abortar, porque ese sí que es un servicio “esencial” -sobre todo en tiempos de “pandemia”- y un auténtico “derecho humano”.
La libertad de culto, de trabajo y de movimiento, en cambio, ya no lo son: solo las ejercerás en la medida en que cuentes con el beneplácito del omnímodo poder estatal. No te reúnas con amigos ni visites a tus familiares. Que los ancianos se las arreglen como puedan -muchos morirán de tristeza, pero en el acta de defunción figurará “por coronavirus”-. Que los niños no vayan a la escuela, ni a los parques, ni vean a sus amiguitos. Que se pudran el cerebro con ingentes dosis de tele, internet y videojuegos. Y que se acostumbren a no salir nunca de entre cuatro paredes y a llevar una vida de encierro malsano y de total pasividad física y mental. Y tú, no trabajes, así se hunde tu empresa, tus finanzas y las del país; de ese modo, todos dependerán del subsidio estatal y no se atreverán a cuestionar las políticas del gobierno.
No desarrolles tu espíritu crítico ni te dejes tentar por los cantos de sirena de la disidencia: tienes que creer a pies juntillas lo que digan los noticieros y los medios de prensa del sistema, y repetirlo como un loro a todo el mundo. Cuando oigas versiones alternativas, que se atrevan a poner en tela de juicio la veracidad del relato oficial, no debes caer en la trampa: se trata de despreciables fake news y de peligrosos delirios complotistas. Cuando llegue la vacuna de Bill Gates, para inmunizarte contra un virus artificial -que para entonces habrá mutado y que por ende no tendrá utilidad alguna (salvo para modificar tu ADN, con vistas a debilitar tu sistema inmunitario, así el “filántropo” multimillonario podrá continuar con su lucrativo negocio de vacunador universal)-, sé un buen ciudadano y confía en nosotros, que, como bien sabes, solamente perseguimos tu bienestar.
Si cumples con las reglas del juego, te dejaremos tranquilo, y podrás seguir viviendo sin mayores sobresaltos en la prisión física y mental que te hemos asignado. Pero si te atreves a insubordinarte, haremos caer sobre ti todo el peso de la ley -en aras del bien común, por supuesto-, para neutralizar tu egoísmo asocial y debilitar tus reticencias conspiranoicas. No olvides que pronto deberás tener tu carnet digital de vacunación al día; de lo contrario, las represalias administrativas, judiciales y financieras te convertirán en un paria: padecerás incontables dificultades materiales, serás objeto del escarnio proferido por la masa conformista y tendrás que vivir en un aislamiento social creciente y extenuante.
Para terminar, queremos que te quede bien en claro que, todo esto, lo hacemos por ti, para que puedas disfrutar plenamente de los beneficios de la “nueva normalidad” que hemos decidido instaurar, arrasando tu vida anterior, haciendo añicos tu pasado, trastornando tus hábitos y fragilizando tus vínculos, por seguir al pie de la letra las directivas recibidas de nuestros amos mundialistas, sin cuyos subsidios no podríamos ni en sueños mantenernos en el poder. Por último, hacemos votos para puedas disfrutar de este “mundo feliz” que hemos preparado para ti y los tuyos, sin consultarte, y del cual, tenlo por seguro, no podrás evadirte. Pero recuerda lo esencial de nuestro mensaje, para que sea éste la guía segura de tus pasos de ahora en adelante: todo lo que hemos hecho, desde el comienzo de esta “crisis sanitaria”, ha sido siempre mirando por tu bienestar. Firmado: Big Brother (I am always watching you).”
Conclusión: Considero indispensable comprender que nos hallamos ante una gigantesca operación de ingeniería social y de manipulación mental, sin precedentes en la historia de la humanidad. En primer lugar, por su extensión geográfica y, sobre todo, por las herramientas tecnológicas altamente sofisticadas de control de la población y de lavado cerebral de las masas de que disponen los autores de esta siniestra “plandemia”.
Auténtica agresión contra la humanidad, minuciosa maniobra de inteligencia del poder global, criminal y totalitaria, planificada y disparada desde los organismos internacionales, que los gobiernos títere que padecemos, supuestamente “democráticos” y “soberanos”, acatan servilmente y sin ningún tipo de espíritu crítico. Tristes y dañinos lacayos de los señores del mundo, de los cuales esperan con avidez y deshonor recibir las retribuciones contantes y sonantes que usualmente los amos prodigan a sus esclavos diligentes.
Somos testigos de una operación subversiva global, cuyo único objetivo es dar un paso más -quizás decisivo esta vez, vistos el sopor y la pasividad inaudita que exhibe el rebaño humano- hacia la unificación política y monetaria del planeta, en beneficio exclusivo de la élite financiera internacional, cuyo rostro visible se encarna en magnates falsamente “filántropos” y pretendidamente “humanistas”, como Bill Gates, cuya lucrativa fundación promueve por doquier el aborto, la teoría de género y la reducción de la población mundial.
Dictadura Sanitaria Mundial y Mentira Universal – 26/08/2020
Me parece que ha llegado ampliamente el momento de convencerse de que esta situación que vivimos es un despropósito absoluto y un atropello flagrante a la razón y a las libertades básicas del ser humano. Lo que vivimos desde el mes de marzo parece salido directamente de la peor pesadilla distópica imaginable: aislamiento, distanciamiento, confinamiento, enmascaramiento, prohibición de circular, de visitar a familiares, de reunirnos con amigos, de visitar a los ancianos enfermos, de dar cristiana sepultura a nuestros seres queridos, de trabajar, de practicar el culto religioso, de reconocernos visualmente y de poder expresarnos gestualmente, de sonreírnos y darnos un abrazo, de poder hablar y respirar normalmente, de ver a los niños en las calles, jugando libremente y riendo felices, y esto durante ya más de cinco meses.
Cinco interminables meses durante los cuales el gobierno se la ha pasado destruyendo la economía nacional, fundiendo las empresas, empobreciendo a la gente, vulnerando las garantías constitucionales, cercenando las libertades individuales, desatendiendo a la inmensa mayoría de los enfermos, perjudicando la salud y las finanzas de todos los argentinos, por una “pandemia” artificial e imaginaria, con cifras manipuladas, falsos positivos, y una campaña de pánico ininterrumpida orquestada desde todos sus órganos propagandísticos.
Se ha vuelto indispensable hablar con claridad y llamar las cosas por su nombre: esta situación que padecemos y que nos ha sido impuesta por la oligarquía política que nos oprime, sin distinción de signos partidarios, con una brutalidad incalificable, bajo la apariencia engañosa de un supuesto “cuidado sanitario”, es absolutamente demencial, completamente inhumana y ciento por ciento diabólica.
No es razonable que nos sigamos tapando los ojos ante esta “nueva normalidad” aberrante que una banda de terroristas psicópatas pretende imponernos: estamos ante una agresión caracterizada contra el ser humano y contra la sociedad en su conjunto, perpetrada por la élite mundialista que persigue la reducción de la población mundial y el control totalitario de cada aspecto de nuestras vidas -sanitario, laboral, financiero y digital-, a través de este auténtico golpe de Estado planetario, efectuado bajo el pretexto de una “pandemia” artificialmente provocada y estadísticamente manipulada e implementada minuciosamente por las autoridades locales a su servicio.
Con respecto a la vacuna de Bill Gates, que se fabricará en Argentina, la consigna es simple y clara: no dejarse vacunar, bajo ningún concepto, sea cual fuere el tipo de presión o de chantaje psicológico padecido. Rehusar serena pero firmemente dar su consentimiento a este atentado contra la libertad individual y contra la salud personal, ejecutado por esta dictadura sanitaria, autoritaria e inmoral, de Bill Gates, la OMS y “Big Pharma”. No dejarse adoctrinar por los serviles medios des-informativos del sistema, que no son más que la caja de resonancia infernal de las directivas recibidas de los amos del mundo a cambio de espurios intereses financieros. Mantener en toda circunstancia la paz y la libertad interiores. Confiar siempre y en todo momento en la Divina Providencia y en la misericordia infinita de Dios, que jamás abandonará a quienes lo aman y le son fieles.
Considero indispensable comprender que nos hallamos ante una gigantesca operación de ingeniería social y de manipulación mental, sin precedentes en la historia de la humanidad. En primer lugar, por su extensión geográfica y, sobre todo, por las herramientas tecnológicas altamente sofisticadas de control de la población y de lavado cerebral de las masas de que disponen los autores de esta siniestra “plandemia”. Verdadero atentado contra la humanidad, minuciosa maniobra de inteligencia del poder global, criminal y totalitaria, planificada y disparada desde los organismos internacionales, que los gobiernos títere que padecemos, supuestamente “democráticos” y “soberanos”, acatan servilmente y sin ningún tipo de espíritu crítico.
Tristes y dañinos lacayos de los señores del mundo, de los cuales esperan con avidez y deshonor recibir las retribuciones contantes y sonantes que usualmente los amos prodigan a sus esclavos diligentes. Somos testigos de una operación subversiva global, cuyo único objetivo es dar un paso más -quizás decisivo esta vez, dada la pasividad inaudita que exhibe la masa, complemente aletargada- hacia la unificación política y monetaria del planeta, en beneficio exclusivo de la élite financiera internacional, cuyo rostro visible se encarna en magnates falsamente “filántropos” y pretendidamente “humanistas”, como Bill Gates, cuya lucrativa fundación promueve por doquier el aborto, la teoría de género y la reducción de la población mundial.
Bill Gates ya controla nuestra salud a través de la OMS, de la cual es el principal contribuyente. En abril decidió que la humanidad en su conjunto deberá recibir la vacuna anti coronavirus que él fabricará y venderá al mundo entero, para “solucionar” esta crisis pandémica planetaria totalmente artificial provocada por él y por sus cómplices mundialistas. Mientras el confinamiento arbitrario al que estamos sometidos por los dementes que nos gobiernan -serviles marionetas del poder global- destroza las economías locales y empobrece masivamente a la gente, la empresa Microsoft, por él fundada, embolsa dividendos a carradas gracias al “teletrabajo” y al “telestudio” generalizados.
En definitiva, este hombre controla, en gran medida, nuestras comunicaciones, nuestro trabajo, nuestra salud y pronto nuestra alimentación. Me parece de capital importancia alertar al respecto, para que la gente comience a abrir los ojos ante lo que está ocurriendo: la instauración progresiva de un estado totalitario a escala global, promovido por un grupo de magnates mundialistas iluminados -Gates, Soros, Rockefeller-, quienes, con sus inmensas fortunas, controlan los principales organismos internacionales y promueven activamente el inmigracionismo de masa, los movimientos subversivos del tipo “Antifa” y “Black Lives Matter”, la ideología de género, la eutanasia, el aborto y la reducción de la población mundial.
Covid-1984 – Mirar la realidad de frente – 07/09/2020
“Mensaje de Alerta Internacional de profesionales de la salud a los gobiernos y ciudadanos del mundo”: https://gloria.tv/post/M7bNLEJ6Qvx72eLX8mZNr139S
Este documento sobre la crisis actual, firmado por destacados científicos independientes, cuya atenta lectura y amplia difusión recomiendo calurosamente, es un texto de una enorme importancia, pues en él se desmontan una a una las falacias del relato oficial acerca de la supuesta pandemia de coronavirus, promovido por los adalides del sistema mundialista, con el único propósito de mantener asustada a la gente, aislada, encerrada, distanciada de sus seres queridos, sin acceso a las relaciones interpersonales y presenciales normales que todo ser humano necesita para llevar una vida sana y equilibrada, con trabajo, viajes, reuniones en familia y con amigos, práctica de deportes al aire libre, contacto con el sol, el aire y la naturaleza, etc.
Todo está hecho con la única finalidad de desmoralizarnos, empobrecernos económica y afectivamente, impedir que desarrollemos la inmunidad natural de nuestro organismo, fragilizar nuestros vínculos sociales, familiares y afectivos; en definitiva, deshumanizarnos, volviéndonos pusilánimes, temerosos, dependientes de la ayuda estatal para subsistir, sometidos al permanente lavado de cerebro 24/7 a través de los medios de desinformación masiva que ellos controlan financieramente y mediante la censura sistemática en la prensa y en las redes sociales de las voces disidentes que ponen en entredicho el relato oficial, inmediatamente tachadas de “conspiracionistas” y “negacionistas”, cuando no de “egoístas sociópatas”, incapaces de sacrificar su interés particular en aras del bien común, etc.
Me parece que ha llegado la hora de decir basta a esta farsa siniestra. Abramos los ojos de una buena vez. No hagamos el juego de esta panda de manipuladores sin escrúpulos ni seamos cómplices de su engaño por pasividad, indiferencia o pusilanimidad, ya que solo la verdad nos hará libres, como nos enseñó Nuestro Señor Jesucristo (Jn. 8, 32). No renunciemos a nuestra libertad personal por temor a una falsa pandemia provocada por un virus artificialmente producido para crear un control masivo de la población y una crisis económica generalizada, con vistas a volver a la gente ciento por ciento dependiente del Estado tiránico y totalitario, lacayo servil del poder global financiero y apátrida.
Que el virus es de origen artificial no lo digo yo, sino científicos de renombre, como el doctor Jean-Luc Montagnier, premio nobel de medicina y descubridor del virus del SIDA, quien además afirmó que pudo comprobar personalmente que el Covid-19 contiene una secuencia genética del virus del HIV añadida en laboratorio.
Contrariamente a lo que afirman los “filántropos” sanitarios megalómanos que gobiernan el planeta, no nos están “cuidando” ni nos quieren “curar” absolutamente de nada, sino mantenernos en una continua dependencia de sus productos farmacológicos, en particular de sus lucrativas e incesantes vacunas, con las cuales buscan disminuir la fertilidad de la gente y debilitar su sistema inmunológico, para reducir la población mundial y para que sigamos atrapando nuevos virus, que obviamente requerirán nuevas vacunas, y así indefinidamente.
Me permito subrayar que el omnipresente “humanista” Bill Gates, quien financia la OMS y es gran accionario de la “Big Pharma”, financia desde hace décadas, siguiendo con la tradición eugenésica de su familia, el aborto, la contracepción y la esterilización en todo el mundo -la “salud reproductiva”, en la neo lengua orwelliana- (recordemos que su padre fue un importante dirigente de Planned Parenthood) y afirmó públicamente que se debe reducir la población mundial. ¿Quién en su sano juicio podría en esas condiciones confiar en la vacuna acerca de la cual él decretó solemnemente en marzo -cual oráculo infalible del Altísimo- que toda la humanidad deberá aplicársela para recobrar una vida normal? Y esto casualmente poco tiempo después del gran ejercicio de simulación de una pandemia de coronavirus a escala global que él organizó en octubre del año pasado. Son hechos de dominio público.
Es tiempo de despertar del letargo y de abrir bien los ojos ante lo que está sucediendo. Nos tienen anestesiados e intimidados, reducidos a un lamentable estado de miedo y de angustia permanente con el cual nos manipulan y chantajean emocionalmente sin solución de continuidad, aprovechándose igualmente de nuestra pasividad y credulidad no exentas de responsabilidad personal.
Hago hincapié en el hecho de que no solo existe el conflicto de intereses por las inversiones de Gates en la industria farmacéutica y su financiación de la OMS, sino que es él mismo quien dice, al igual que todos los iluminados globalistas que dirigen el sistema -los Soros, Rockefeller, Clinton, Ford, foros de Davos y Bilderberg, etc.-, que debe reducirse la población mundial “por el bien del planeta”. Es el mismo discurso ecologista de la Carta de la Tierra, texto de corte gnóstico-panteísta, que inspira también los relatos catastrofistas referidos al “cambio climático”.
Nos tienen controlados mentalmente por el discurso de miedo al que nos someten 24/7 por el sistema mediático a su servicio: cuando no es el “calentamiento global” provocado por el hombre es una supuesta pandemia que usan como pretexto para someternos, debilitarnos y aislarnos. Vivimos una hora crucial en la historia de la humanidad, esto no tiene precedente alguno en los anales, cuando menos, no a esta escala planetaria y con los sofisticados medios tecnológicos de los que dispone esta banda de terroristas de guante blanco para llevar adelante su objetivo.
Es esencial que no nos dejemos engañar y que preservemos nuestra libertad interior. Debemos comunicar entre nosotros, cuidar los vínculos interpersonales, no ceder ante el discurso de pánico que promueve el sistema, no perder el espíritu crítico ni la capacidad reflexiva, no dejar que introduzcan en nuestros cuerpos substancias acerca de las cuales es perfectamente fundado -como mínimo- desconfiar, que además serían contra un virus de una bajísima letalidad y para cuya neutralización basta con la actividad normal de nuestro sistema inmunitario, que para eso Dios lo concibió.
Sistema inmunitario, dicho sea de paso, para cuyo normal funcionamiento justamente no es aconsejable vivir encerrados, aislados, confinados, sin contacto con el sol y la naturaleza, estresados, angustiados, deprimidos, con una pobreza vincular creciente, enmascarados, sin poder vernos la cara ni comunicar normalmente -gracias a las expresiones faciales, a las sonrisas, los abrazos, el contacto físico, cálido y presencial, con nuestros congéneres-, sin poder reconocernos, hablando y respirando con dificultad, etc. Paz interior y unión con Dios ante todo, eso es lo más importante, pues Él no abandona jamás a quienes le son fieles.
Bill Gates: “Prepárense para la siguiente pandemia como si fuera una guerra” – 29/01/2021
Bill Gates afirmó que el mundo debe prepararse para la próxima pandemia “como si se tratara de una guerra”, incluyendo la inversión de decenas de miles de millones de dólares cada año, en una carta publicada el miércoles 27 de enero.
Hagamos un sucinto recordatorio de los dichos y hechos de este hombre en relación a la “pandemia” para luego atar cabos que nos permitan comprender quién es este personaje omnipresente en los medios de prensa y en los organismos internacionales que gestionan la “crisis sanitaria”.
En octubre de 2019, Bill Gates y compañía organizaron el “Evento 201”, simulando una pandemia planetaria de coronavirus. En diciembre apareció el virus Covid-19 en China. En marzo la OMS -cuyo principal contribuyente es Bill Gates- declaró el estado de “pandemia”. Tres semanas después, Bill Gates dijo que solo se podrá volver a la normalidad cuando haya sido vacunada “toda la población mundial”.
Al cabo de un par de meses el augur de calamidades anunció la llegada de una nueva “pandemia”. Y he aquí que ahora nos advierte que debemos prepararnos para ella tal como lo haríamos para “una guerra” y que deberíamos ejercitarnos practicando “germ games” (juegos de gérmenes), al modo como hacen los militares con los “war games” (juegos de guerra). El cinismo y la malicia de este individuo son incalificables: realmente no hay palabras para caracterizar adecuadamente lo que este pretendido “benefactor” de la humanidad está haciendo, junto con sus cómplices criminales de la élite mundialista eugenésica.
El cariz satánico de todo cuanto viene acaeciendo desde el inicio de la “crisis sanitaria global” salta a la vista de cualquier espectador medianamente lúcido e intelectualmente honesto. Nos mantienen en un estado de incertidumbre permanente, de infantilización sistemática, de un chantaje emocional detestable y atizan el pánico por todos los medios imaginables. Todo lo cual constituye un cóctel explosivo, deletéreo para la salud física y psíquica, un poderoso generador de angustia y de estrés, factores estos que perturban profundamente la vida de la gente, disminuyendo las defensas naturales del organismo, sin mencionar los casos de aislamiento, pobreza, marginalización, enfermedades no tratadas, adicciones, depresión y suicidio que esta situación absolutamente inhumana provoca.
Una pregunta: ¿No les “hace ruido” todo esto? ¿Qué tiene de normal que un técnico informático devenido en “vacunador universal” y en “profeta de catástrofes” -de las cuales él asegura querer “salvarnos”, no faltaría más- se la pase tomando decisiones que conciernen a toda la humanidad y anunciándonos lo que va a suceder en el futuro del mundo?
¿Es aceptable acaso que este individuo -al igual que sus colegas “filántropos”- continúe amasando dinero a carradas con el negocio redondo que este confinamiento mundial representa para sus acciones en las industrias digital y farmacéutica -las únicas ganadoras en la “pandemia”-, en esta situación inaudita y demencial que dura desde hace ya casi un año?
Y esto mientras la inmensa mayoría de la gente se empobrece día tras día con esta política brutal y absurda del confinamiento generalizado y permanente, con las graves consecuencias que esto acarrea.
Pregunto nuevamente: ¿A alguien le queda todavía alguna duda razonable de que este “filántropo” multimillonario es un psicópata de la peor especie que se está burlando de nosotros con un sadismo a toda prueba?
Este iluminado megalómano es, muy probablemente, un poseído por el demonio, y está, sin lugar a dudas, trabajando activamente para la instauración del gobierno mundial del anticristo, el cual se avecina a pasos agigantados.
Por todos estos motivos es que nunca me cansaré de repetirlo: Bill Gates es un auténtico enemigo del género humano y cuanto antes lo hayamos comprendido, mejor será. El momento de despertar, de abrir los ojos y de alzar la voz contra esta diabólica tiranía sanitaria mundial es AHORA.
Hay valores superiores a los de la vida biológica. El sentido del honor, el testimonio de la verdad, el resguardo de la libertad interior y la preservación de la dignidad personal son algunos de ellos. Los esbirros de Satanás como Bill Gates y sus cómplices carecen por completo de ellos. A esos agentes infernales les ha sido concedido poder por un tiempo efímero para ejecutar sus planes criminales. Podrán arrebatarnos, como mucho, la vida corporal, pero no la vida eterna ni la resurrección gloriosa a la que están llamados los hijos de Dios, en Jesucristo Nuestro Señor.
Totalitarismo Sanitario Brutal – 12/04/2021
La policía reprimiendo violentamente a pacíficos manifestantes anti confinamiento en Holanda
Ver el video: Totalitarismo sanitario brutal y despiadado bajo el pretexto de “cuidarnos”.
Hay que abrir los ojos de una buena vez. Ya ha transcurrido más de un año desde el comienzo de este atropello inaudito a la razón, a nuestros derechos personales y a nuestras libertades fundamentales y la mayoría de la gente sigue como si nada ocurriera, sumida en la pasividad y la indiferencia más absolutas, cual rebaño de borregos masificados, incapaces de pensar por sí mismos, de cuestionar la versión oficial, de investigar recurriendo a fuentes de información independientes, sin conflictos de interés con la industria farmacéutica ni con el Estado, de percibir la profunda anomalía de todas las medidas brutales que se han impuesto a escala mundial y que están devastando la economía, la salud y la vida social y familiar de la gente.
Basta ya de hacerse eco de la propaganda del miedo impartida por los medios de prensa subvencionados por el sistema para adoctrinar a la gente, silenciando sistemáticamente a las voces disidentes y descalificando como “conspiracionistas” a quienes se atreven a señalar las incoherencias del relato oficial y la nocividad de las disposiciones adoptadas por los gobiernos, que siguen servilmente las consignas emanadas de los organismos eugenésicos mundialistas, promotores de la “cultura de la muerte” contraria a la familia y a la simple decencia natural (aborto, eutanasia, homosexualismo, transexualismo, etc).
Hay que tener muy en claro cuál es la mentira de base sobre la cual se funda esta patraña global: esto no es ni nunca ha sido para cuidar nuestra salud de un supuesto “virus devastador” -su tasa de letalidad es bajísima-, acá no hay ni nunca ha habido una “pandemia”, las cifras así lo demuestran: la mortalidad en 2020 ha sido la misma que la de los años precedentes, en Argentina y en cualquier país del mundo.
La verdadera pandemia es la de los falsos positivos, fabricados en serie con una prueba de PCR que no fue concebida para efectuar diagnósticos médicos. Así lo declaró públicamente su inventor, Kary Mullis, premio Nobel de química en 1993, quien curiosamente “falleció” poco antes de que este circo infernal comenzara.
Mullis, hombre de gran personalidad e independencia de juicio, se habría opuesto categóricamente a que se utilizara su invención para declarar una “pandemia”, confinar al mundo entero e imponer la “vacunación universal” preconizada por Bill Gates. Es en base a estos “diagnósticos” falsos que se han tomado todas las medidas nefastas para la vida de la gente -desde el “confinamiento” hasta la “virtualidad”- en prácticamente todos los ámbitos de la vida social.
Pongamos las cosas al derecho: no es la “vacuna” la que vendrá a poner un término a la “pandemia”, sino que es la “pandemia” la que fue artificialmente creada para forzar a toda la humanidad a recibir la “vacuna”. Y para ello utilizarán todo tipo de extorsión, coacción y chantaje imaginable: emocional, administrativo, profesional, familiar y financiero -pensemos, por ejemplo, en el proyecto de pasaporte sanitario digital-.
Detrás de la fachada de “filántropos” que se han fabricado, se disimula una casta de multimillonarios perversos y megalómanos, carentes de toda conciencia moral y desconocedores de lo que es la empatía hacia sus congéneres, a quienes solo consideran como parte de sus estadísticas de población, producción y consumo, con vistas a incrementar sus colosales fortunas.
Ya es tiempo de dejar de mirar hacia otro lado y de ignorar la realidad. Todo esto APESTA y transpira la MENTIRA por donde se lo considere. La verdad es que nos hallamos ante un ENGAÑO CRIMINAL sin precedentes, ante una MANIPULACIÓN PSICOLÓGICA de una perversidad nunca vista, ante un GOLPE DE ESTADO planetario del mundialismo financiero eugenésico (Bill Gates y sus secuaces), y ante lo que es, sin asomo de duda, la mayor operación de INGENIERÍA SOCIAL de la historia y el mayor CRIMEN CONTRA LA HUMANIDAD que se haya perpetrado jamás.
Atrevámonos a llamar las cosas por su nombre: estamos confrontados a una auténtica TIRANÍA SANITARIA MUNDIAL, cuyo único objetivo es el de empobrecernos, silenciarnos, controlarnos, doblegarnos psíquica y emocionalmente, disminuir drásticamente la población mundial, reemplazando al ser humano por la robótica y la inteligencia artificial, y convertir a quienes sobrevivan a las tóxicas “vacunas” experimentales en una suerte de esclavos -auténticos zombis espirituales- del mundialismo tecnocrático, ciento por ciento dependientes de las subvenciones del Estado -ya se habla de instaurar una “renta básica universal”-, sin las cuales casi nadie podrá subsistir.
SALGAMOS DE NUESTRO LETARGO. MIREMOS LA REALIDAD DE FRENTE. LA HORA DE REACCIONAR ES AHORA:
ALZAR LA VOZ, CON SERENIDAD Y PACÍFICAMENTE, PERO CON FIRMEZA Y CONVICCIÓN – DECIR BASTA AL ATROPELLO, A LA PREPOTENCIA Y A LA ARBITRARIEDAD – ALERTAR A NUESTROS SERES QUERIDOS – PERDER EL MIEDO – PROTEGER NUESTRA LIBERTAD – DEFENDER NUESTROS DERECHOS – DENUNCIAR LA MENTIRA – REHUSAR SER CÓMPLICES DEL ENGAÑO – NO DEJARSE VACUNAR BAJO NINGUNA CIRCUNSTANCIA Y RECHAZAR TODO TIPO DE CHANTAJE EMOCIONAL AL RESPECTO – OBRAR SIEMPRE CON PLENO DISCERNIMIENTO Y SOLO DAR NUESTRO CONSENTIMIENTO LIBRES DE TODA PRESIÓN SOCIAL, EXTERNA O INTERNA – PROTEGER A NUESTROS NIÑOS – RESPIRAR, HABLAR Y ESCUCHARNOS NORMALMENTE – DECIR “NO” AL CONFINAMIENTO, AL DISTANCIAMIENTO, AL ENMASCARAMIENTO Y A LA “VIRTUALIDAD”.
PRESERVEMOS NUESTRA HUMANIDAD: EL SER HUMANO VIVE DE “PRESENCIA” Y SE EXPRESA A TRAVÉS DE SUS GESTOS FACIALES Y CORPORALES Y DE LA MODULACIÓN DE SU VOZ: SONRISAS, ABRAZOS, ENTONACIONES Y TODA LA GAMA DE SU SOCIABILIDAD NATURAL Y ESPONTÁNEA.
VIVAMOS SIN TEMORES ARTIFICIALES, INOCULADOS POR UNA BANDA DE PSICÓPATAS QUE BUSCA REDUCIRNOS A UN ESTADO PATOLÓGICO DE ANGUSTIA PERMANENTE Y A CONTROLARNOS A TRAVÉS DEL MIEDO Y DEL AISLAMIENTO SOCIAL.
MARCHEMOS CON LA FRENTE EN ALTO Y LA MIRADA SERENA PUESTA EN EL CIELO, NUESTRA VERDADERA PATRIA, ADONDE ALGÚN DÍA IREMOS, JUNTO A QUIENES AMAN LA VERDAD Y DAN TESTIMONIO DE ELLA.
Digamos NO a la tiranía sanitaria mundial – 27/04/2021
Hay que abrir los ojos de una vez por todas y manifestarnos públicamente, por todos los medios a nuestro alcance, de una manera clara y contundente, diciendo NO a esta tiranía sanitaria aberrante, que deteriora cada día más la economía, la salud física y mental y la vida social y familiar de la gente.
BASTA YA de creer en la narrativa oficial del temor, machacada 24/7 por los medios de “desinformación” masivos subvencionados por el sistema.
BASTA YA de tragarnos las mentiras propaladas por el “adoctrinamiento del miedo” masivo y la metódica “propaganda del pánico” a la que nos exponen sin solución de continuidad. Sin esta campaña publicitaria digna del régimen soviético la farsa “covídica” se desvanecería al instante.
BASTA YA de dar crédito a la pretendida necesidad de una “vacuna” para retornar a la “normalidad”, al surgimiento de “peligrosas cepas”, a la irrupción de “brotes” alarmantes, a la inminencia de un “colapso sanitario”, a la prolongación sine die de las medidas insensatas y liberticidas que están devastando el país y arruinando la salud física y mental de la gente, principalmente la de los más vulnerables: las personas mayores, los niños y los adolescentes.
BASTA YA de aceptar el maltrato permanente e intolerable que supone este lavado de cerebro incesante, cuya única finalidad es la de mantenernos atemorizados, angustiados, distanciados, infantilizados, atontados, incapaces de pensar y de decidir nada por nosotros mismos, despersonalizados, fragilizados emocional, física y psíquicamente. Nos quieren ASUSTADOS Y AISLADOS para poder controlarnos mejor: ¿cómo es posible que no nos demos cuenta de algo tan notorio?
BASTA YA de esta credulidad malsana que consiste en creer a pies juntillas -sin ningún espíritu crítico y desestimando con arrogancia a las voces disidentes- el relato monopólico gubernamental acerca del “covid” y de esta “pandemia” eterna, con una tasa de mortalidad ínfima y con estadísticas de fallecidos en 2020 similar a la de los años precedentes, tanto en Argentina como en el resto del mundo. “Pandemia” basada en el fraude mayúsculo de la prueba PCR, que no fue concebida para realizar diagnósticos médicos.
BASTA YA de aceptar sumisa y pasivamente el insoportable confinamiento indefinido, el distanciamiento perpetuo, el enmascaramiento asfixiante, el aislamiento social, familiar y profesional deletéreo, la erradicación perversa de la “presencialidad” natural y la imposición generalizada de una “virtualidad” inhumana, el avasallamiento de nuestras libertades básicas y de nuestros derechos fundamentales a circular libremente, a trabajar, a practicar la religión, a viajar, a estudiar y a llevar una vida social y familiar normal.
NINGUNA DE LAS MEDIDAS ADOPTADAS POR EL GOBIERNO SE JUSTIFICA. Todas y cada una de ellas llevan la impronta inequívoca de la irracionalidad, la prepotencia, la estupidez y la irresponsabilidad más absolutas. Por todas y cada una de ellas las autoridades que las adoptaron deberán rendir cuentas minuciosas y exhaustivas ante el tribunal de Dios, de Quien -es cosa bien sabida-, NADIE SE BURLA.
Todas estas medidas -dignas de una novela distópica barata y de una tragicomedia infernal-, SIN EXCEPCIÓN ALGUNA, son absurdas, arbitrarias, odiosas, brutales y profundamente nocivas para el ser humano y para la sociedad en su conjunto. Las consecuencias nefastas que resultarán de ellas son INFINITAMENTE PEORES que los eventuales daños provocados por un supuesto virus de insignificante letalidad, los que en nada se distinguen de los causados por cualquier gripe estacional.
JAMÁS se había paralizado la economía del país ni restringido la libertad de sus ciudadanos para, supuestamente, tratar de “evitar contagios” y que haya menos gente engripada. Son medidas nunca antes vistas, tan absurdas y dañinas como carentes de todo sustento científico. ¿Acaso esto a nadie le “hace ruido”?
Sin mencionar la duración absolutamente DEMENCIAL de esta farsa siniestra, prolongada continuamente por un gobierno de incompetentes, corruptos e imbéciles, enteramente al servicio de los organismos mundialistas y de su proyecto tecnocrático totalitario de “reseteo global” y de “vacunación universal”, con el control absoluto de la vida privada y la libertad de la gente a través del “pasaporte sanitario” orwelliano en gestación.
Miremos la realidad de frente: estamos ante un flagrante atropello a la razón, ante un atentado colosal contra la vida en sociedad, somos testigos de una operación de manipulación psicológica caracterizada, presenciamos un arrebato de locura e insensatez colectiva sin precedentes.
Atrevámonos a llamar las cosas por su nombre: asistimos, desde hace ya más de un año, a una inédita PSICOSIS COLECTIVA artificialmente inducida y a un CRIMEN CONTRA LA HUMANIDAD de un refinamiento diabólico. No tengamos miedo en proclamar esta verdad a los cuatro vientos: contribuyamos a que se produzca una indispensable y liberadora toma de conciencia colectiva. Nuestro futuro y el de nuestros hijos están en juego, no menos que nuestra honra y nuestra dignidad personal.
En definitiva, nos hallamos confrontados a la puesta en práctica progresiva y sistemática -cínica e hipócritamente encubierta en razones humanitarias y en pretextos de “urgencia sanitaria”- de lo que amenaza con convertirse en el mayor GENOCIDIO jamás perpetrado.
Crimen de proporciones bíblicas y que clama al Cielo, ejecutado maquiavélicamente por una banda de multimillonarios psicópatas -astutamente disfrazados de “filántropos”-, cuyos objetivos son los de constituir un Nuevo Orden Mundial transhumanista -el “Gran Reinicio” de Klaus Schwab- y efectuar una drástica reducción de la población mundial, mediante la “vacuna” experimental impuesta al género humano por Bill Gates y sus secuaces.
No percibir el sesgo diabólico de los acontecimientos actuales ni percatarse de su proyección anticrística constituye, a mi entender, algo que no vacilo en calificar como un inquietante síntoma de CEGUERA ESPIRITUAL, cuyas consecuencias, a corto o a mediano plazo -una vez que se haya manifestado el “hijo de perdición”-, podrían ser, no solo de una gravedad extrema, sino, sobre todo, irreversibles…
El totalitarismo sanitario es absoluto – 26/05/2021
La policía reprimiendo violentamente a pacíficos manifestantes anti confinamiento en Rosario
Mirar el video: https://gloria.tv/post/1Ggnp1NovBBB2kZXUkjPgo76z
La policía encarceló ayer al Dr. Mariano Arriaga, fundador de Médicos por la Verdad de Argentina, junto con varios otros integrantes del grupo, impidiendo la realización del acto patrio del 25 de Mayo previsto en la ciudad de Rosario, en señal de protesta contra las medidas absurdas, arbitrarias y dañinas adoptadas por el gobierno desde hace más de una año, bajo el pretexto de una falsa pandemia -las cifras, groseramente fraguadas por una prueba PCR inespecífica, así lo demuestran-, cuyo objetivo principal es lograr la inoculación masiva de la “vacuna” genética experimental de Bill Gates, quien busca reducir la población mundial a través de la vacunación de toda la humanidad, mediante el odioso chantaje emocional de no poder retornar a una vida normal.
A estos médicos lúcidos, valientes y honestos -sin conflictos de interés con la industria farmacéutica ni con organismos gubernamentales- no solo se los ignora olímpicamente en los medios de prensa del sistema y son sistemáticamente censurados en las redes sociales de las “Big Tech”, sino que ahora, directamente, se los arresta cuando quieren expresar su punto de vista en público, para lanzar un mensaje de alerta a la ciudadanía acerca del atropello inaudito que padecemos desde hace más de una año, con grave ultraje de nuestras libertades personales y de nuestros derechos fundamentales -familiares, laborales, de culto, de reunión, de circulación, de asistencia médica, etc-.
La represión, la censura y el totalitarismo sanitario imperantes en nuestro país saltan a la vista de cualquier observador medianamente lúcido y atento al desarrollo de los hechos, a condición de no creer a pies juntillas en la incesante propaganda del pánico machacada por los medios de comunicación al servicio del sistema, para mantenernos aislados, angustiados y controlados mentalmente a través del miedo constante, la incertidumbre creciente y una percepción de la realidad cada vez más difusa y alterada.
Este 25 de Mayo ha sido una triste fiesta patria en la que escandalosamente los patriotas han sido maltratados, vilipendiados, detenidos y arrestados por denunciar el atentado terrorista perpetrado por la élite mundialista eugenésica -con la abyecta complicidad de los gobiernos locales-, consistente en la supresión de hecho de lo que todavía subsiste de las naciones soberanas e independientes, para instaurar en su lugar un gobierno global totalitario, tecnocrático, transhumanista y anticristiano, preludio evidente del reinado universal del anticristo, el cual probablemente no se encuentre demasiado lejos…
¿Es pecado recibir la “vacuna” experimental? – 15/08/2021
Me han hecho esta pregunta, referida a la “vacuna” contra el “covid”: “¿Es pecado dejarse vacunar o no?”. La cuestión no es sencilla, y ciertamente requiere de distinciones necesarias y de matices importantes. Para aquellos que aún no hayan comprendido de qué va esta “vacuna” y todo el contexto “pandémico” en curso -de manifiesto corte criminal-, mi respuesta es negativa. En este caso, considerando la acción desde un punto de vista subjetivo o formal, la persona no cometería un pecado.
No obstante, si a alguien se le presentaran dudas sobre su seguridad y su moralidad, estaría obligado en conciencia a informarse al respecto y a investigar de manera seria el tema antes tomar una decisión. Y, en caso de no hacerlo, ya sea por pereza o bien intimidado por la coacción externa recibida, sería imputable, en mayor o menor grado, dependiendo del nivel de conciencia que tuviera acerca de la malicia intrínseca de estas falsas vacunas y verdaderas manipulaciones genéticas experimentales, cuya inoculación constituye, objetivamente, un pecado, es decir, una acción intrínsecamente mala, moralmente desordenada y reprobable, por atentar contra la salud y la vida del ser humano.
En cambio, para aquellos que hayan comprendido que estas “vacunas” constituyen un atentado bioterrorista de la élite mundialista para reducir la población mundial, la situación sería muy diferente, en lo que a la imputabilidad se refiere. En ese caso, sí habría pecado formal -como mínimo, de imprudencia grave-, el cual guarda analogía con, por ejemplo, la práctica de “ruleta rusa” o con cualquier tipo de actividad en la que se asume un daño o un riesgo de manera innecesaria o imprudente, en clara transgresión del quinto mandamiento, que dispone el cuidado y la preservación de la vida humana inocente, incluida la propia.
Por otro lado, está el aspecto “abortivo” que revisten estas “vacunas”, las que fueron desarrolladas y/o probadas empleando cultivos celulares obtenidos de células de fetos provenientes de abortos provocados, y cuyos tejidos -de múltiples órganos-, además, les fueron extirpados en vida -requisito indispensable para que sean de utilidad en la experimentación biológica-, lo cual añade al infanticidio una capa suplementaria de crueldad de una malicia propiamente luciferina.
A mi entender -pero esto es solo una opinión, no soy moralista de formación-, quien, siendo consciente de esto, aceptara no obstante “vacunarse”, también incurriría en falta. Y esto es así porque, sinceramente, no veo como se podría evitar cierta complicidad y cooperación -aunque mas no fuera lejana-, con este crimen primordial.
El comunicado del Vaticano al respecto, que va en sentido contrario, me parece un craso error. Y, para ser franco, completamente escandaloso. ¿En qué mente cabe legitimar y remunerar los “servicios” prestados por una “industria” que basa sus multimillonarias ganancias en la ejecución programada y el desmembramiento despiadado de seres humanos indefensos e inocentes, contribuyendo de este modo con la continuidad indefinida del macabro comercio instaurado por una organización criminal de infanticidas disfrazados de sanadores?
Se dice en el documento que hay tan solo una “cooperación material, pasiva y remota” con los abortos efectuados hace años, pero ¿quién no ve que detrás de este argumento que suena a disculpa -y que considero éticamente cuestionable-, se disimula, de hecho, el visto bueno otorgado a la “cooperación formal, activa e inmediata” con una industria farmacéutica criminal, que favorece la contracepción, el aborto, la eutanasia, las manipulaciones genéticas y toda suerte de abominaciones bioéticas desde siempre y a cara descubierta, sin que nadie se atreva a interponerse en su camino?
Por otra parte, considero también, desde una perspectiva simbólica, que no sería descabellado establecer una analogía entre el bautismo cristiano y la inoculación de este brebaje maligno, el cual podría concebirse como un “anti bautismo” satánico. En efecto, en el ocultismo, la brujería y el satanismo, el valor atribuido a los símbolos es análogo al de los sacramentos cristianos, que actúan ex opere operato”, es decir, al margen de las disposiciones subjetivas de los participantes de la ceremonia. Y este aspecto a la vez simbólico y espiritual de estas “vacunas” me parece gravísimo, aunque quien las reciba carezca de plena conciencia al respecto.
Este último argumento, de todos modos, no hace sino sumarse al anterior -que no se trata de verdaderas vacunas (evito adrede abordar aquí el debate pro o anti “vax”), que no impiden ninguna enfermedad, y, sobre todo, que son, en realidad, un atentado bioterrorista camuflado-, el cual basta y sobra para rehusar categóricamente esta imposición falsamente sanitaria pero realmente tiránica y satánica impuesta por Bill Gates y la OMS a toda la humanidad, en un acto de psicopatía y de megalomanía sin precedentes en la historia…
¿Contagian los “vacunados” contra el “covid” – 27/08/2021
Las mentiras de la élite mundialista superan todo lo imaginable
Me han preguntado si “los vacunados pueden contagiarse el covid -es decir: dar positivo a una PCR- y a su vez, contagiar a los demás”. Seguidamente transcribo la respuesta:
Le respondo en base a lo que creo saber al día de la fecha, basándome en la opinión de gente de la “disidencia” mucho más instruida y competente que yo -todos ellos científicos-, aunque, por obvias razones, excluidos sistemáticamente de los medios de “desinformación” masiva subvencionados por el sistema para adoctrinar a la gente con la “narrativa” oficial:
1. No existe el virus “SarsCov2”. Se trata literalmente de una farsa, de un fraude criminal de proporciones inauditas. Su existencia no ha sido demostrada científicamente por la OMS ni por ningún ministerio de sanidad del mundo, como ellos mismos lo han dado a entender en repetidas oportunidades al serles solicitadas las pruebas de su aislamiento.
2. Por ende, es evidente que nadie puede “contagiar” ese “virus”, ya sea que uno esté “vacunado” o no.
3. Los “vacunados” pueden dar “positivo” sin problema, porque la prueba fraudulenta PCR no tiene finalidad de diagnóstico ni sirve para detectar ningún virus específico, sino que solo identifica un fragmento de ADN de solamente 300 nucleótidos -el “SarsCov2” tendría 30.000- que “teóricamente” corresponderían a este “nuevo coronavirus”, pero que, de hecho, corresponden a muchísimos otros virus, bacterias, e incluso, a secuencias de ADN contenidas en nuestro propio genoma.
4. Con lo cual el fraude es manifiesto. Y ni hablar si se amplifican los testeos más allá de 25 o 30 ciclos, en cuyo caso prácticamente todo el mundo podría dar positivo. El fraudulento test PCR es, ni más ni menos, el arma de guerra de que se vale la élite para legitimar todas las medidas terroristas adoptadas desde hace un año y medio -confinamiento, enmascaramiento, distanciamiento, vacunación universal, vida virtual, pasaporte sanitario, etc.
5. Obviamente, tampoco existen las “cepas” o “variantes”, declinadas fantasiosamente en todas las letras del alfabeto griego para inducir un estado de angustia permanente en la gente, lo que la vuelve más fácilmente manipulable y, además, contribuye a debilitar el sistema inmunitario.
6. Todo esto es pura y simplemente propaganda terrorista para mantener asustada y controlada a la población, en un acto diabólico de extorsión emocional para que la gente siga inyectándose el brebaje envenenado de la élite mundialista con vistas a reducir la población mundial.
7. Recordemos el principio fundamental que rige toda esta gigantesca patraña de la “crisis sanitaria global”: no se ha fabricado una “vacuna” para “protegernos” de un peligroso “virus”, sino que se ha inventado una “pandemia” como pretexto para “vacunar” a toda la población mundial con fines eugenésicos. A quien no comprenda esto, lamento tener que decirle que no comprende absolutamente nada de lo que está ocurriendo.
8. Ya sé que esto a más de uno podrá parecerle “excesivo” o “conspiracionista”, cuando no directamente sacado de una pieza de ciencia ficción. Pero, lamentablemente, no lo es. Lo anunciado en las obras de ficción “distópicas” de Orwell y Huxley se está verificando día tras día ante nuestras narices, pero la mayoría prefiere hacer la vista gorda y persuadirse de que nuestros gobernantes solo buscan “cuidarnos”.
9. Obviamente, eso es mucho más “tranquilizador” que mirar la realidad de frente. Pero, huelga decirlo, mucho menos eficaz para protegerse contra esta agresión caracterizada -verdadera declaración de guerra contra la humanidad- a la que asistimos desde hace casi dieciocho meses.
10. En definitiva, esta es la cruda realidad de la “pandemia”, de la “vacunación universal” de Bill Gates -sin la cual “no habrá retorno a la normalidad”: son sus textuales palabras-, del “Gran Reinicio” transhumanista de Klaus Schwab y el Foro Económico Mundial y de la “Agenda 2030” de la ONU.
Hechos que han sido meticulosamente concebidos, engañosamente publicitados y despiadadamente ejecutados, y que apuntan inequívocamente al advenimiento cada día más próximo del hijo de iniquidad…
A veinte años del 11/S – 11/09/2021
El atentado del 11-S prueba que existen conspiraciones a gran escala y que no es razonable descartar que algo semejante haya ocurrido con respecto a la “crisis sanitaria” actual. En efecto, en septiembre de 2001, los mismos personajes siniestros que hoy están detrás de la “pandemia”, del “Gran Reinicio” y de la “vacunación universal” -la élite globalista plutocrática, eugenésica y transhumanista- realizaron un atentado terrorista de envergadura inaudita en el que asesinaron a 3000 personas, con demoliciones controladas en Nueva York y probablemente un misil en Washington, haciendo creer al mundo, mediante imágenes digitales, que unos aviones habían impactado contra las torres del World Trade Center y el Pentágono (en donde no se encontraron vestigios de ningún avión ni se han hecho públicas las imágenes del impacto, que las cámaras de seguridad, omnipresentes en un sitio de máxima seguridad como ése, deberían haber registrado). Pero la realidad es muy distinta, ya que los testigos que se expresaron en el momento no vieron ni escucharon avión alguno, sino tan solo explosiones.
Ahora bien, quienes disponen de un poder tan inmenso como para preparar y ejecutar un atentado de esta magnitud, e imponer su relato falaz al mundo entero, y esto durante dos décadas, sin ser inquietados por la justicia, ¿no podrían acaso crear una “pandemia” para hacer que la humanidad en su conjunto aceptara recibir una “vacuna” eugenésica con vistas a reducir la población mundial? ¿O acaso olvidamos que el “príncipe de este mundo” es también “homicida desde el principio” y “padre de la mentira”? Quien no crea en el demonio -o viva como si no existiera-, lamentablemente, no podrá comprender jamás en profundidad las causas y el sentido de los principales acontecimientos que jalonan la historia…
Como a los conspiradores les es de vital importancia no ser descubiertos para poder conseguir sus objetivos, hacen todo lo que esté a su alcance para desacreditar a quienes buscan desenmascararlos. Con esa finalidad acuñan epítetos descalificadores -conspiracionista, complotista, negacionista, etc- que sus escribas a sueldo -los fact checkers (“verificadores factuales”, “agencias de verificación”), al igual que los mass media subvencionados por el sistema- se ocupan de endilgar a quienes rehúsan morder el anzuelo del relato oficial e intentan poner al descubierto sus incoherencias y contradicciones. La conspiración “plandémica” que padecemos no es un hecho aislado ni novedoso, solo se destaca por ser la última en curso e, incuestionablemente, la de mayor envergadura en la historia de la humanidad.
Las “conspiraciones” cuentan con un sinnúmero de precedentes históricos, como ser, por ejemplo, el ataque de falsa bandera del 11-S, que hizo posible las guerras sucesivas en Afganistán y en Irak. Hay mucho material para leer al respecto, pero no hay nada más contundente para desvelar estas bajas maniobras que ofrecer una imagen desnuda en la que se demuestra sin asomo de duda la impostura criminal de ese atentado terrorista cometido por el Deep State, sirviéndose de la excusa pueril del “complot” (porque, aparentemente, ellos sí tienen derecho a invocar su existencia, cuando sirve a sus propósitos…) de un puñado de “terroristas islámicos” secuestrando sofisticadas aeronaves, armados con cutters , con una aptitud para pilotear mediocremente rudimentarias avionetas y conduciendo esas imponentes máquinas con una maestría de la que difícilmente podrían dar muestras los más avezados pilotos profesionales. Seguidamente, les paso enlaces a una serie de videos gracias a los cuales podrán formarse su propia opinión acerca de este evento clave de la historia contemporánea:
I. 9/11: NO HUBO AVIONES – PARTE II – Dato importante: Desde la perspectiva en que fue filmada la explosión, si hubiese habido colisión de un avión contra la torre número 2 -la que aparece en el video-, la llegada de la nave hubiese quedado registrada, y se vería el impacto, como sucede en las imágenes “oficiales” difundidas por televisión. La imagen adjunta, con el plano del sitio, les servirá para comprobar lo que digo. Las pruebas fácticas y los argumentos científicos contra la impostura del 11-S son numerosísimos, pero considero que, de no existir sino este único video, sería una prueba más que suficiente para desmontar la colosal mentira sostenida por la “versión oficial”. – Video de treinta segundos: https://gloria.tv/post/8QvhWUFVpqYm4KtYzRJmamAFA
II. 9/11: NO HUBO AVIONES – PARTE IV: EL CASO DE LA TORRE 7. Como es bien sabido, la torre número 7 del World Trade Center no fue alcanzada por un avión, a pesar de lo cual se derrumbó luego de las dos torres principales, supuestamente a causa de un incendio. El inmueble, de 47 pisos y 190 metros de altura, se desmoronó sobre sí mismo en tan solo siete segundos. Nunca antes se había derrumbado un rascacielos a causa de un incendio. Pero resulta que el 11 de septiembre de 2001 fue precisamente eso lo que ocurrió, y nada menos que con tres inmensos, modernos y robustos edificios, en el breve lapso de siete horas. Y repito, la torre 7 no había sido objeto de impacto de ningún tipo, y presentaba focos de incendio solo en dos o tres pisos diferentes, de un aspecto perfectamente controlable para cualquier sistema anti incendios, reforzado por el accionar inmediato de un nutrido contingente de bomberos de la ciudad de Nueva York.
Su colapso súbito y casi instantáneo, en caída libre, perfectamente vertical, en solamente siete segundos, para un gigante arquitectónico de casi 200 metros de altura, es absolutamente inexplicable si se descarta la hipótesis de un trabajo ultra profesional de demolición controlada. Por la envergadura del edificio, semejante trabajo, según los expertos, no pudo haber sido inferior a una semana de duración, y realizado solo en horario nocturno, puesto que durante el día las oficinas estaban en servicio. Dicho sea de paso, lo mismo tiene que haber ocurrido con las dos torres principales, con la diferencia de que la tarea preparatoria en su caso tiene que haber sido bastante más prolongada, ya que su altura, de 415 metros, era de más del doble que la del edificio 7 – Video de 20 segundos:
https://gloria.tv/post/1Noepr3qS2xWAA8pnLCD4X7ah
III. 9/11: NO HUBO AVIONES – PARTE III – Lo que el mundo está padeciendo desde hace dieciocho meses es un auténtico Golpe de Estado Mundial de la élite globalista, con vistas a instaurar una tiranía tecnocrática y transhumanista -el Nuevo Orden Mundial-, preludio del reinado universal del Anticristo, probablemente muy cercano. Considero oportuno recordar aquí lo que esta misma banda de genocidas hizo a principios de siglo, para poder disponer de un pretexto ideal con vistas a iniciar, poco tiempo después, la segunda guerra del Golfo Pérsico y la invasión de Afganistán. Para aquellos que estarían escépticos con respecto a lo que yo no vacilo en calificar de atentado terrorista sin precedentes, de impostura “sanitaria” y de farsa “plandémica” -pues: “¿cómo podría alguien atreverse a hacer algo semejante?”-, será sin dudas de gran utilidad recordar lo sucedido en aquel ya lejano 11 de septiembre de 2001. Y, en caso de que alguien no tuviera en claro lo que causó esa catástrofe, le sugeriría que dedicara una parte de su valioso tiempo a investigar el hecho, ya que no hay nada más valioso que conocer la verdad, y vivir en conformidad con ella, sin importar cuál sea el precio que haya que pagar. Porque, como nos enseñó Nuestro Señor Jesucristo: “conoceréis la verdad y la verdad os hará libres” (Jn. 8, 31). Video de cuatro minutos:
https://gloria.tv/post/Sz18mAxhJB7A3fwWnQJNPr1RY
IV. 9/11: NO HUBO AVIONES – PARTE V – Video de quince minutos:
https://gloria.tv/post/GzpkTa24LxBR1ygem4M2QL1zt
V. 9/11: NO HUBO AVIONES – PARTE I – Atentado terrorista de falsa bandera del 11/09/2001: no hubo aviones, solo explosiones y un ejercicio minuciosamente preparado de demolición controlada de tres edificios, uno de los cuales, además, ni siquiera había sido alcanzado por ningún “avión”. – Video de cinco minutos:
https://gloria.tv/post/fUfVxKBMYbvx19WQx6Q1jSwnW
VI. 9/11: There were no planes – Part IV – North Tower Exploding by David Chandler. Video de cinco minutos en inglés: https://gloria.tv/post/BKtTfzZEtxUv3d6WdhwXzo2NJ
VII. 9/11: There were no planes – Part V – About the WTC 7 Collapse : SEVEN Official Trailer: A Dylan Avery Film on Building 7. Video de dos minutos en inglés:
https://gloria.tv/post/KnsExc8Cbog44nhBbu7ykcNHW
VIII. 9/11: There were no planes – Part VI: “Architects and Engineers Solving the Mystery of Building 7” – Video de quince minutos en inglés:
https://gloria.tv/post/oysqvB1RBFYV3NHL44mLLLBQa
IX. “El 11-S explicado en 5 minutos” – Video de cinco minutos:
https://gloria.tv/post/9CRU6BvjZhzR2fmA6PCA1Sngk
X. “11 de septiembre de 2001” – Canción: “No lo contó la TV” – Autor: Mero – No es mi género musical preferido -para emplear un eufemismo- pero comparto plenamente el mensaje transmitido y considero valiosa su difusión, a pesar de la “música” utilizada. Video de cinco minutos: https://gloria.tv/post/srXjzHRzL38D69UxsJsE4JtgK
Carta a un vacunado – 12/09/2021
Estimado “vacunado”: Si me lo permites, te diré un par de cosas, con la esperanza de que puedan serte de alguna utilidad. Para que así sea, te recomiendo que abras tu mente, que te quites de encima los prejuicios que te han inculcado los medios de desinformación masivos y aceptes cuestionar lo que han sido tus creencias hasta el día de hoy, en lo referido a la “crisis sanitaria”.
Desde hace un año y medio han hecho creer todo lo que han querido para poder mantenerte asustado, aislado, fragilizado, manipulado y controlado. Sin embargo, esto no habría sido posible sin tu consentimiento. Porque no te has tomado la molestia de investigar por tu cuenta, consultando fuentes de información alternativas. Y porque no has querido escuchar a los que, desde el inicio de la “pandemia”, venimos alertando noche y día sobre la falaz narrativa oficial. Porque no has indagado, reflexionado, atado cabos, analizado, utilizado tu espíritu crítico. Porque no has sido sabio ni prudente.
En el fondo, mal que te pese, no has sido razonable en tus juicios ni te has comportado de manera racional. No te has respetado. Has actuado en contra de tu naturaleza espiritual y de tu dignidad de persona libre, creada a imagen y a semejanza de Dios. Has obrado movido por el chantaje emocional, la manipulación intelectual, la extorsión administrativa, la coacción laboral, la presión financiera y un adoctrinamiento totalitario inaceptables, que deberían haber suscitado en ti un rechazo absoluto. Un non possum categórico ante el despreciable acoso de los chacales.
No te juzgo ni te condeno, tu actitud es algo que se puede comprender: todos somos influenciables, en mayor o en menor medida. Y el contexto ha sido extremadamente adverso, con una confusión mental masiva y la mentira institucionalizada y omnipresente, en una sociedad a la deriva, abandonada a sí misma por sus líderes religiosos, quienes, en vez de esclarecerla, se han alineado vergonzosamente con la retórica criminal de los amos del mundo. Tienes circunstancias atenuantes. No obstante, debes comprender que los enumerados no son motivos legítimos para tomar decisiones que ponen en juego tu integridad física, psíquica y espiritual.
Has sido irresponsable al permitir que avasallaran tu libertad y tus derechos fundamentales. Peor aún, has hipotecado los de tu familia y, sobre todo, los de tus hijos. Y esto porque una panda de psicópatas multimillonarios así lo ha decidido, por ti y por toda la humanidad. Total, aquí estamos. En un callejón sin salida. Con la gente acostumbrándose a lo intolerable. Dando crédito al gobierno, que asegura que su principal objetivo es “cuidarnos”. Vaya cuento. “Cuidar” los intereses de los laboratorios y de los organismos mundialistas, eso es lo único que tienen en mente. Te lo digo por si acaso todavía no te hubieras percatado.
La realidad es que ya han transcurrido dieciocho meses, pero sigues creyéndoles. Continúas tomando lo que te dicen en la “tele” como palabra santa, dogma de fe, verdad incuestionable. Desechando con ligereza, cuando no con desdén y arrogancia, a los lanzadores de alerta como “conspiracionistas”. Y, lastimosamente, continúas enmascarado, confinado, distanciado, “virtualizado”. No das libertad a tu espíritu inquisidor, a tu instinto profundo, a tu sed de conocimiento, los que, sin dudas, más de una vez, deben de haberte enviado señales de advertencia, susurrándote al oído que acá hay algo que “no cierra”, algo que “hace ruido”, desproporcionado, anormal, desmesuradamente publicitado, extrañamente obsesivo, sospechosamente coercitivo, excesivamente prolongado, en el tiempo y en el espacio.
A pesar de lo cual, desgraciadamente, ni en sueños dejarías de “vacunarte”, si tus “cuidadores” así te lo exigieran. Pues claro, a quien se le ocurriría desconfiar de la inyección experimental preconizada por los “filántropos” eugenistas que solo buscan “salvarnos” del “virus”. No faltaría más. Pero, lo peor de todo, es que haces que tus hijos se enmascaren, se distancien, se aíslen, se “virtualicen”, permites que les roben su infancia, que los discapaciten emocional, social y cognitivamente, con todas las secuelas tremendas que este abuso incalificable les acarrea física y psíquicamente.
Así las cosas, espero al menos que todavía te quede un resto de sentido común y de humanidad para negarte a “vacunarlos”. Si no lo hicieras, si consintieras irresponsable y culpablemente que les inyectaran el veneno génico de estas falsas vacunas y verdaderas armas biológicas, permíteme que te diga algo que, por cierto, no es muy agradable de decir -y, sin duda, aún menos, de escuchar-, pero que considero necesario, puesto que, tal vez, te permitirá salir de tu letargo, emerger de tu somnolencia, sacudir tu apatía y librarte de tu pasividad patológica y de tu patética indiferencia.
Pon mucha atención a lo que voy a decirte: si no te rehúsas a hacer “vacunar” a tus hijos, has de saber que no solo eres crédulo, sino que también eres cómplice de la política criminal y genocida de Bill Gates, la OMS y el Foro Económico Mundial. Y si, para colmo -Dios no lo quiera-, tampoco eres capaz de comprender lo que estoy tratando de explicarte, pues, entonces, lamentablemente, me veo en el deber en conciencia de tener que informarte que, además de crédulo y cómplice, eres, por voluntad propia, un idiota incurable. Y que Dios te ayude…
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SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, EN VOS CONFÍO– INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA, RUEGA POR NOSOTROS
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Miles Christi
16/09/2021 at 02:58
Muchas gracias por la publicación. Paso enlace al archivo PDF, para los lectores que desearan contar con el documento completo, con sus 100 notas a pie de página:
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