Hoy tenemos el gusto de hablar sobre uno de los reyes carlistas, don Alfonso Carlos, hijo de don Juan de Borbón y hermano menor de Carlos VII con quien pasó sus primeros años de vida, primero en Módena, luego en Praga y, más tarde, en Viena.
A partir de 1868 entró como soldado en los Zuavos Pontificios, pues desde 1860 los Estados Papales habían ido perdiendo territorios en Italia ante el proceso unificador de Victor Manuel. Finalmente, en 1870 dirigió como alférez la defensa de la Puerta Pía de Roma. No obstante, Roma acabaría cayendo también ante las tropas unificadoras y don Alfonso Carlos marchó a Vevey, ciudad suiza donde se encontraba su hermano Carlos.
En 1871 se casó con María de las Nieves de Braganza, hija del rey depuesto Miguel I que perdió la guerra civil portuguesa.
En 1872 se inicia la Tercera Guerra carlista y Carlos VII nombró a su hermano general del ejército de Cataluña. Don Alfonso Carlos cruzó la frontera en diciembre de 1872 y se puso al frente de los carlistas catalanes. Al mando de sus tropas, don Alfonso Carlos fue capaz de tomar Ripoll y Berga. Atacó a Puigcerdá y venció junto a Francesc Savalls en la batalla de Alpens, donde murió el brigadier liberal Cabrinetty.
En 1873 don Alfonso Carlos consiguió que se uniesen los ejércitos carlistas de Cataluña y del centro. Entonces, decidió dejarle el mando de los carlistas catalanes al general Tristany, mientras él inició una ofensiva por Aragón y Valencia. Alfonso Carlos dirigió a las tropas en las acciones de Gandesa y Alcora, también atacó Teruel en dos ocasiones y tomó Cuenca en 1874.
A partir de entonces, Alfonso Carlos organizó los ejércitos de Cuenca y de Guadalajara y los dejó en manos de Villalain. También organizó la expedición del coronel Lozano por la zona de Alicante y Murcia, mientras Villalain llegaba a Aranjuez. No obstante, estas expediciones no terminaron de manera satisfactoria para el carlismo y Alfonso Carlos con unos cuantos zuavos y escoltas carlistas del Maestrazgo llegó a Seo de Urgell, zona que aun dominaba el carlismo, y cruzó la frontera hacia Francia.
Una vez finalizada la guerra (1876), don Alfonso Carlos vivió en Austria, mientras su actividad política continuaba de un modo activo e inició campañas a favor de la ilegalización de los duelos, además de escribir artículos para el Correo Español.
Alfonso Carlos cuando superaba los 80 años asumió la jefatura de la causa carlista en 1931 y se convirtió en pretendiente legitimista a la muerte de su sobrino don Jaime. Jaime, hijo de Carlos VII, murió sin hijos y, por ello, Alfonso Carlos, fue proclamado por el carlismo legítimo rey de España como Alfonso Carlos I.
Durante la jefatura de Alfonso Carlos I, el carlismo volvió a unirse y mellistas e integristas se reincorporaron a la Comunión Tradicionalista. En la Segunda República el legitimismo se mantuvo muy activo en casi toda España y, aunque al principio Alfonso Carlos I no estaba de acuerdo con el planteamiento del levantamiento militar que estaba diseñando el general Mola, el asesinato de Calvo Sotelo por parte de la Guardia de Asalto y del PSOE hicieron que finalmente, y a pocos días del alzamiento, el carlismo se sumase al alzamiento.
Alfonso Carlos I falleció en un accidente en Viena el 28 de septiembre de 1936. Al no haber descendiente directo, la jefatura de la causa legitimista recayó en su sobrino Javier de Borbón-Parma quien tomó el título de regente.
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