El fin del siglo XX es considerado por muchos conservadores como el inicio de la decadencia de los valores sociales hasta llegar a los comienzos del siglo XXI, llamado por los historiadores la era postmoderna; en la cual se puede observar una fuerte crisis de valores, enmarcada en una violencia generalizada en el individuo, sentimientos de superioridad, vanidad, egoísmo, indiferencia religiosa, entre otros tantos que sumergen a la era actual en la amoralidad. Exactamente como está ocurriendo en España. Y si no, lean y valoren.

La Comisión de Justicia del Congreso, con competencia legislativa plena, ha aprobado la Proposición de Ley de modificación del Código Civil, Ley Hipotecaria y Ley de Enjuiciamiento Civil sobre el régimen jurídico de los animales para que dejen de ser considerados cosas o bienes inmuebles susceptibles de formar parte de las herencias, embargos o tratos de divorcio, especialmente en el caso de las mascotas, en la consideración de que los animales son «seres vivos dotados de sensibilidad». 

Los postmodernos en su rechazo por lo espiritual, han despojado a los hombres de sus valores éticos, morales y espirituales, de modo que solo valoran el aspecto animal, quizá ni siquiera racional igualándonos así al resto de animales, olvidando, o no queriendo saber, que la vida espiritual es lo que nos diferencia de otros seres vivos, con los que compartimos la vida biológica y que dicha espiritualidad influye en todo los ámbitos de nuestra vida, ayudándonos a dar sentido a lo que somos y lo que hacemos. Su crecimiento es fundamental para desarrollar una vida con sentido, pues esa  dimensión mística, emocional, nos ayuda a encontrar el sentido de la verdad, el bien y la belleza.

Desconozco las razones que los diputados del PP y VOX han tenido para rechazar dicha ley, pero creo que cualquier persona normal, no perteneciente al grupo de los postmodernos haría lo mismo. Es una ley incongruente, que dice:

Artículo 1º

Todos los animales nacen iguales ante la vida y  tienen los mismos derechos a la existencia. 

GRAN FALACIA ya  en el primer artículo, pues ese sentido de la verdad y el bien, nos impulsa a protestar contra esa ley engañosa, porque si el ser humano es considerado como un ser sin esos valores de racionalidad y espiritualidad y es uno más entre los seres vivos que pueblan el mundo, le debería ser de aplicación esta ley que asegura tienen los mismos derechos a su existencia. Y no es verdad, es tan gran mentira que aceptan el Proyecto Metic para impedir que esa existencia que procuran para el lagarto, le sea aplicada a un futuro ser humano, de modo que coartan la libertad del ginecólogo que se niega a asesinar al bebé por nacer o multan y pretenden encarcelar a aquellos que recen en la vía pública pidiendo porque eso no se produzca.

Artículo 2º

 b) El hombre, en tanto que especie animal, no puede atribuirse el derecho a exterminar a los otros animales…excepto si se trata de exterminar a un futuro animal racional, en cuyo caso, hasta será premiado, no tardando mucho.

c) Todos los animales tienen derecho a la atención, a los cuidados y a la protección del hombre… aún cuando, sean excesivos (dicho eufemísticamente), como en el suceso de las menores de Baleares tuteladas por el Estado, en cuyo caso, los poderes públicos, cual gallinas, esconden la cabeza bajo el ala, sin acordarse del artículo 6º b que acusa de que un acto de abandono  (de un animal, solo es aplicable a un animal) es cruel y degradante.

Articulo 7º: Todo animal de trabajo tiene derecho a una limitación razonable del tiempo e intensidad de trabajo, a una alimentación reparadora y al reposo. Es de suponer que este artículo lo hayan apoyado los miembros de sindicato de este gremio que es innecesario decir quiénes son y donde se ubican.

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Artículo 8º: a) La experimentación animal que implique sufrimiento físico o psicológico es incompatible con los derechos del animal, ya se trate de experimentos médicos, científicos, comerciales, o de cualquier otra forma de experimentación. La ONU y la UNESCO, son fieles defensoras de imponer estos derechos siguiendo las directrices de la secta y esto nos induce a pensar si los problemas suscitados por las vacunas contra el Covid 19 no se habrán producido por utilizar, (siguiendo este o similar artículo), como medio probatorio experimental a animales racionales en vez de los habituales de laboratorio.

Artículo 11º

Todo acto que implique la muerte innecesaria de un animal es un biocidio, es decir, un crimen contra la vida.

Artículo 12º

a) Todo acto que implique la muerte de un gran número de animales salvajes es un genocidio, es decir, un crimen contra la especie.

Exacto. En España se ha pasado de un biocidio, con un aborto de vez en cuando provocado por diversas causas, a un genocidio, como bien dice,  un crimen contra la especie, asesinatos masivos, en este caso de humanos, que es la especie que no parece importar porque la consigna de los que mandan es reducir la población porque según sus cálculos la población humana es excesiva.

b) La contaminación y la destrucción del ambiente natural conducen al genocidio.

La mayor destrucción de ambiente natural se está produciendo con la erupción del volcán de la isla de La Palma, ¿qué van a hacer con los sulfuros, dióxido de azufre y otros gases? ¿qué dicen los seguidores de la niña Greta? Ni una palabra a favor de tantos damnificados, ni de empatía por el gran volumen de pérdidas que nos afecta a todos los españoles, ni tampoco por el daño sufrido por las plataneras, componente importante del ambiente natural del que dicen tanto preocuparse.

Artículo 14º: b) Los derechos del animal deben ser defendidos por la ley, al igual que los derechos del hombre. 

Empezamos este artículo demostrando las mentiras de este Proyecto de Ley. Terminamos con este artículo 14º que es un engaño más. Los derechos del animal dictados por obedientes discípulos de los más altos gurús mundialistas, son defendidos más y mejor que los derechos del hombre.

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El hombre, el ser humano, solo cuenta a la hora de votar y de pagar a Hacienda.

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