Como toda una tradición, cada 12 de octubre (o en vísperas del mismo), la horda de intelectuales y periodistas bienpensantes, tanto en España como en este lado del atlántico, salen de sus cuevas a decirnos que no hay nada que celebrar. Para esta gente, el descubrimiento de América es símbolo de la mayor barbaridad que ha conocido la historia moderna. Así, podemos leer en este twitter, por ejemplo, de Iñaki López lo siguiente:
«Al llegar los españoles y durante los siguientes siglos fueron exterminados más de 50 millones de indígenas entre conflictos bélicos, enfermedades y esclavitud. Sin duda fuimos su salvación».
Pero hasta la fecha, los únicos conflictos bélicos conocidos en estas tierras, han sido las Guerras Civiles que empezaron los independentistas, por cierto, financiados y auspiciados por el Imperio inglés en contra de los realistas: aquellos indígenas y criollos que no tenían el más mínimo deseo de separarse de la corona española. Y ¿Qué podemos decir de las luchas viscerales internas en los países supuestamente independizados? En 200 años se reportan más conflictos armados, guerras y golpes de estado en toda la Hispanoamérica «independiente», que en los 300 años de imperio español en suelo americano. Esto por una muy sencilla razón: España y América eran un solo imperio, España no tenía colonias, España era unas 80 provincias, 4 virreinatos y 8 capitanías generales. Todo eso era el Imperio español.
Así que, sin duda alguna, el contumaz del twitter merece el galardón de panfletero del año.
Peor todavía es culpar a los españoles de la muerte de los indígenas a causa de las enfermedades. Eso supone que los ibéricos planificaron una suerte de exterminio biológico en suelo americano. ¿Unos 700 hombres se recorrieron todo el continente en aviones para propagar las enfermedades? ¿Cómo es que hicieron para llevar a cabo semejante plan de exterminio masivo? Un disparate que no se apoya en ninguna evidencia pero que resulta útil para alargar la historia de los inventos del intelecto de eruditos y periodistas de élite en contra de la obra civilizatoria de los españoles. Talvez la única «referencia» que se tenga para estos supuestos hechos, no sea otra cosa que el libelo escrito por Fray Bartolomé De Las Casas. A pesar de que nadie ha podido comprobar que lo que ahí se encuentra escrito realmente haya sucedido, el padre De Las Casas es sin duda, el iniciador de la propaganda antiespañola, en suelo americano y aprovechada en Europa por Inglaterra, Holanda, Francia y Alemania.
Sin embargo, hay cosas que con la más descarada hipocrecía, se intentan justificar en las cátedras universitarias o en los medios de comunicación. Es recurrente hasta el hartazgo, escuchar hablar de las «crueldades de los conquistadores». Pero ¿Qué es lo que hacen los eruditos, historiadores, periodistas y toda la pléyade de intelectuales antiespañoles y filoindigenistas? Se pasan por el arco del triunfo las evidencias que prueban que los pueblos prehispánicos como el Imperio Azteca y otros pueblos del caribe, eran antropófagos: se comían a la gente. Literalmente. Y lo hacían litúrgicamente, es decir, en ceremonias religiosas donde sacrificaban, o es mejor decir, mataban a hombres y mujeres para complacer el deseo de sangre de sus dioses paganos. Pero de esto se escucha poco, casi nada, se minimiza, casi que se presentan como casos anecdóticos irrelevantes que no merecen mayor atención en las escuelas, universidades y medios de comunicación en América y en España.
Nos dice el argentino Marcelo Gullo en su libro Madre Patria lo siguiente:
Cuando se analiza la historia sin prejuicios y no se quiere ocultar la verdad —como sí hacen esos historiadores que escriben sobre el supuesto genocidio que implicó la conquista española de América pero que callan el tema de los sacrificios humanos realizados por los aztecas—,se llega a la conclusión de que los aztecas llevaron a cabo como política de estado la conquista de otros pueblos indígenas para poder tener seres humanos que sacrificar a sus dioses. Año tras año, los aztecas arrebataban los niños y las niñas a los pueblos que habían conquistado para asesinarlos después en sus templos (pág. 141).
Como igualmente señala Claudia Peiró en un artículo publicado en Infobae del 31 de agosto de 2021:
La historia de estos “banquetes” ( en referencia a que después que se sacrificaban las víctimas, su carne era comida por los reyes aztecas) quedó por mucho tiempo oculta detrás de la exaltación de las civilizaciones indígenas precolombinas, en contraste con el relato sobre los horrores cometidos por los españoles y un supuesto exterminio deliberado de la población autóctona, leyenda ayer creada y difundida por los enemigos y competidores de la Corona española -que codiciaban sus amplios dominios de ultramar- y hoy reavivada por referentes del populismo (…) que encuentran más fácil enfrentar a los imperios de un tiempo pretérito que cortar los nudos gordianos que frenan el desarrollo de sus países en el presente.
Así, es mejor invocar lo que no se puede controlar pero que sí se puede manipular a conveniencia y todo ello para obtener los réditos políticos de ignorantes como el presidente mexicano, que sigue con su tontería de exigirle a España que pida perdón. Talvez la novedad de este año, es que a los absurdos de disculparse se haya sumado el Papa Francisco, siguiéndole el juego al ignorante de AMLO. Pero no debemos pasar por alto que de lo que se trata todo esto «(…) es de usar el indigenismo y el victimismo para tapar la ineptitud de unas sociedades incapaces de prosperar y que después de 200 años de independencia buscan disculpas en el pasado para justificar su fracaso actual», como menciona Mateo Requesens, en un artículo publicado en El Correo de España, con fecha de 9 de octubre de 2021. Es por ello que conviene tanto salir diciendo cada 12 de octubre que no hay nada que celebrar, o exigiéndole a España que pida perdón, porque con ese discursillo se mantiene adormecido a estos pueblos hispanoamericanos que aún no despertamos de la pesadilla de la leyenda negra que nos hicieron creer los enemigos de lo que un día fuera el Imperio español.
Pero si continuamos revisando algunas publicaciones referidas a la fecha y al tópico en cuestión, vamos a encontrar artículos periodísticos como el siguiente, aparecido en El Diario con fecha de 2 de octubre de 2021, con un título tan atrofiado como este: Hispanidad: el invento que Aznar recogió del franquismo y Ayuso recicla para reescribir una historia «sin complejos». En el artículo se nos dice:
Si Franco -apoyado en Ramiro de Maeztu- buscó en el relato imperial el símbolo perfecto para levantar el mito de la nación imbatible y para insistir en el paralelismo entre la épica de 1492 y el golpe de Estado de 1936, el PP de Aznar usó el imperio para reivindicarse como heredero de un legado cultural fraguado en la lengua y las artes para vetar la memoria de la violencia invasora.
Entre otras cosas y para resumir lo que dice el artículo, la Hispanidad no existe. O a lo sumo, que Franco se lo inventó para justificarse. Pero muchos años antes de la llegada de Francisco Franco al poder, el término ya lo articulaba el filósofo Miguel de Unamuno. Incluso, hasta el poeta Rubén Darío, compuso el poema «Salutación del optimista» donde reivindica las gestas heróicas y el carácter de los españoles que, efectivamente, le hacen justicia a la idea de «nación imbatible» que el artículo intenta minimizar. La conquista de América ha sido una proeza, logros como sacar a unos pueblos del paganismo más sangriento, conquistando los corazones de los indígenas con la verdadera religión, la Fe Católica, que no les pedía sacrificios humanos, liberando a los demás pueblos circundantes de la opresión Azteca o Inca, unificando a un continente enorme por medio de una sola lengua y sin dejar de preservar las lenguas nativas, el innegable proceso de mestizaje del cual somos el fruto, la construcción de universidades, escuelas, hospitales, enormes templos cristianos o las carreteras que iban uniendo a toda América, se han visto opacados por las falacias negrolegendarias que siguen reproduciendo todos aquellos que tienen algún espacio, tanto en los medios de comunicación tradicionales, cátedras universitarias, como en los espacios alternativos: las redes sociales, Youtube, etc.
Aunque es lamentable que en ambos lados del Atlántico se haya impuesto la inescrupulosa propaganda que pone a españoles como a verdugos y a los americanos como a las víctimas, y que a partir de esa imagen confeccionada por los enemigos de España, se hayan edificado mentiras convenientes y que a los hispanoamericanos, se les haya lavado el cerebro con los relatos de pretéritos genocidios llevados a cabo por un malvado Imperio español, y que esa siga siendo la falsa historia oficial, tenemos que decir: ¡Sí señores, cada 12 de Octubre, hay mucho que celebrar! ¡Viva la Hispanidad!
Referencias
Gullo Omodeo, Marcelo (2021). Madre patria: Desmontando la leyenda negra desde Bartolomé de las Casas hasta el separatismo catalán. Espasa. Madrid. España.
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