Por Samuele Maniscalco
En Italia, a pesar de las cifras oficiales, todavía se está matando a muchos niños inocentes.
Más allá de la propaganda institucional que anuncia números decrecientes de año en año, los datos del último Informe del Ministro de Salud sobre la implementación de la Ley 194 sobre aborto no toman en cuenta los abortos «invisibles» por los llamados anticonceptivos de emergencia.
Entre las píldoras del “día después” (Norlevo) y “cinco días después” (EllaOne), solo en 2019 se distribuyeron más de medio millón.
Es una catástrofe «humanitaria» que tarde o temprano, si no cambiamos de dirección, despoblará nuestra querida Italia.
En eso, los últimos datos demográficos son alarmantes.
Un largo e interesante artículo que apareció recientemente en La Lettura, suplemento cultural de la edición dominical del Corriere della Sera 1, hablaba de ello .
En 2008, los nacimientos en Italia fueron 577.000. A finales de este año tendremos 190.000 menos …
Una tendencia negativa que se agrava de año en año. En la práctica, en solo 13 años Italia ha perdido un tercio de sus nacimientos.
Un problema tan subestimado que incluso en el NRP no hay rastro de maniobra alguna para frenar este desastre.
Evidentemente, para el gobierno de Mario Draghi hay otras emergencias, reales o presuntas.
Roberto Volpi, autor del artículo, comenta la situación en el Bel Paese de la siguiente manera:
la población italiana es presa de un impulso suicida del que evidentemente no es consciente, pero que actúa como un agente encubierto en lo más profundo de sus entrañas, que se infiltran con demasiada facilidad por mezclas fatales de ingenio y cálculo, de inadvertencia y cinismo.
Un impulso suicida que hoy se ve acrecentado por la vacilación de las generaciones más jóvenes ante la procreación por miedo al apocalipsis climático.
Prácticamente, por miedo a criar a un niño en un mundo que alguna propaganda retrata como el final de la línea, se prefiere la autoextinción.
En los EE. UU., Según una encuesta de Social Science Research Network, el 39% de los diez mil encuestados, pertenecientes a la Generación Z, adoptan la posición descrita anteriormente 2 .
Por no hablar del fuerte aumento de jóvenes que voluntariamente se someten a vasectomías y esterilizaciones de trompas, es decir, permanentes, a los treinta años 3 .
Pero no es Estados Unidos el que está en peor situación, sino nosotros.
De hecho, Italia es el último país del mundo en número de nacimientos por cada mil habitantes.
Volpi conoce bien los números y no tiene miedo de decir lo que muchos ni siquiera quieren pensar:
Italia estará entre los primeros países del mundo en experimentar lo que es el declive de una población
Quizás no sea demasiado tarde para recordarlo, en el PNRR o más allá.
Depende principalmente de nosotros reavivar ese fuego del amor por la vida que es el único que nos permite superar todas las adversidades.
Porque donde hay vida, y vida en abundancia, la muerte nunca tiene la última palabra, sino que se convierte en una compañera en un viaje natural, sin embargo, nunca tomar la delantera.
Sin embargo, una vista horizontal no resolverá la situación por sí sola.
Necesitamos redescubrir la importancia de la trascendencia, reconocer que si no dejamos de hacer la guerra a Dios y al orden natural de las cosas, nunca podremos aceptar verdaderamente el sufrimiento y la muerte en esta tierra y, por tanto, apreciar y comprender hasta que básicamente el belleza y el propósito último de nuestras vidas.
Nota
- Roberto Volpi, Nacimientos desde 2008: un tercio menos – La Lettura 31 de octubre de 2021.
- Marianna Tognini , Y vivieron para siempre sin hijos y felices – RollingStone, 1 de noviembre de 2021.
- Idem ibidem.
Este artículo se publico originalmente en italiano en www.atfp.it
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