Muchas personas en la actualidad tienen la idea de que da lo mismo la religión a la que se pertenezca, que igual vale ser judío, musulmán, budista, protestante o católico. Pero ¿acaso es esto así? Respondamos a esta pregunta sin rodeos y con convicción, ¡no!, no da lo mismo cualquier religión; así como tampoco da lo mismo la verdad que la mentira.
Como católicos que somos debemos estar orgullosos (un sano orgullo desde luego) de serlo, y debemos dar gracias a Dios por ello, dar gracias al Señor porque nos ha hecho católicos y no cismaticos, herejes o paganos.
Pero, ¿qué tiene de especial nuestra santa religión católica para que tengamos que estar orgullosos de pertenecer a ella? Muchas cosas sin duda, pero en primer lugar y sobre todo, su fundador. Sabemos muy bien que el fundador de nuestra Iglesia y por tanto de nuestra religión es Jesucristo, ¡que es nada más y nada menos que el mismísimo Dios todo poderoso, Dios infinito y eterno, el ser más poderoso y perfecto que existe, hecho hombre! Si, ese es Jesús, ese es el fundador de la Santa Iglesia Católica, es por eso que la Iglesia es Santa, por su fundador y es por eso también que la Iglesia no es una institución humana sino Divina.
¡¿Qué otra religión de las tantas que existen puede presumir de haber sido fundada directamente por Dios?!, ninguna puede, absolutamente todas fueron fundadas por simples hombres y en consecuencia no son más que meras instituciones humanas. Buda no afirmó ser Dios, sino sólo un iluminado, Mahoma dijo ser un profeta y Confucio fue un pensador, Lutero pues un simple hereje y cismático, al igual que todos sus seguidores. En realidad en nuestra era moderna un hombre creyó ser dios, el emperador Hirohito, pero como ya sabemos, dos bombas atómicas lo convencieron de lo contrario.
Jesús afirmó ser Dios (Ju 17, 21) y no sólo eso, sino que también lo probó haciendo muchos milagros y resucitando Él mismo de entre los muertos.
Jesús fundó la Iglesia sobre el simiento de los Apóstoles según se lee en los Evangelios (Mt 16, 18 ) y es principalmente por esto que la Iglesia Católica y apostolica, es decir que procecede de los Apóstoles, es única y verdadera y no tiene punto de comparación con las demás religiones falsas.
Por eso estemos orgullosos de estar al servicio del único Dios verdadero y a su vez de ser miembros de la única Iglesia verdadera y en consecuencia de practicar la única Religión verdadera.
Y si alguien nos viniera a decir que afirmar que sólo nuestra religión es verdadera y en consecuencia todas las demás son falsas, es soberbia y falta de humildad, tendremos que responder con Santa Tersa de Avila «la humildad es andar en verdad» (VI Moradas 10,7), por tanto andar en verdad, o sea afirmar la verdad, es también ser humildes.
“Una vez estaba yo considerando por qué razón era nuestro Señor tan amigo de esta virtud de la humildad, y púsoseme delante, a mi parecer sin considerarlo, sino de presto, esto: que es porque Dios es suma Verdad, y la humildad es andar en verdad, que lo es muy grande no tener cosa buena de nosotros, sino la miseria y ser nada; y quien esto no entiende, anda en mentira.” (VI Moradas 10,7)
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