David Engels- Traducción: Carlos X. Blanco
En los últimos meses, el fantasma del «Polexit» ha rondado por Europa. Polonia y la UE se han enzarzado en una disputa sobre el Estado de Derecho y esta semana (N.del T.: el artículo original es del 31 de octubre de 2021) el Tribunal Europeo ha anunciado que multará a Polonia con un millón de euros cada día hasta que suprima su controvertida cámara disciplinaria para jueces, lo que ha llevado a algunos a especular con que Polonia podría encaminarse hacia la salida de la Unión Europea. Pero, ¿es el Polexit realmente un riesgo? Posiblemente no. Pero una cosa está clara: la crisis entre Varsovia y Bruselas no se acumulará durante mucho más tiempo sin un compromiso o sin consecuencias drásticas.
Antes de considerar la posibilidad del Polexit, hay que recordar que la inmensa mayoría de los polacos está claramente a favor de permanecer en la UE y que el país, como uno de los principales receptores de fondos comunitarios, necesita imperiosamente las subvenciones para el Covid. El Polexit no es una opción realista para el gobierno polaco a pesar de su actual oposición a Bruselas.
Pero Bruselas también tiene un incentivo para mantener contenta a Polonia: tras el desastre del Brexit, un Polexit sumiría a la UE en una crisis existencial fatal, sobre todo porque a la salida de Polonia bien podría seguirle la de Hungría y otros estados. Esto destrozaría la narrativa de la «unión cada vez más estrecha» y dañaría profundamente la credibilidad de Bruselas. La salida de Polonia también afectaría a la economía de la UE, ya que gran parte de las ayudas de la UE a Polonia vuelven a Occidente, especialmente a Alemania, que se beneficia de los grandes contratos polacos. Polonia y sus fabulosas tasas de crecimiento son también un destino de inversión para los mercados occidentales, especialmente en tiempos de depresión económica.
¿Por qué, entonces, si ambas partes salen perdiendo con el Polexit, se está debatiendo actualmente? La razón es sencilla: para la UE, el Polexit es una amenaza destinada a presionar tanto al gobierno polaco como a su pueblo, y a obligarles a seguir el actual rumbo ideológico de Bruselas. Mientras que desde la perspectiva polaca, el Polexit se utiliza para demostrar que el país no tiene que someterse a la voluntad de la UE.
Bruselas y Varsovia están jugando una partida de póquer de alto nivel para ver quién aguanta los nervios. Pero si ninguno de los dos jugadores quiere ceder, la apuesta podría ser demasiado alta, lo que llevaría a consecuencias extremas e indeseables para ambas partes.
Hay tres formas de resolver la crisis del Estado de Derecho fuera del Polexit. Sin duda, Bruselas espera que el partido Ley y Justicia pierda la mayoría en las próximas elecciones, para ser sustituido por el candidato liberal de izquierdas preferido por Bruselas, Donald Tusk. Polonia podría tener en mente un escenario diferente en el mejor de los casos: una crisis económica europea, o un posible cambio de gobierno conservador en Italia o Francia, podría desviar masivamente a las instituciones europeas de su curso actual.
Una solución intermedia sería un compromiso prudente y realista: Polonia podría acelerar sus reformas legales para señalar al mundo exterior que se toma en serio el Estado de Derecho, mientras que Bruselas, en vista de las crecientes críticas a la Corte Europea de Justicia por parte de los Estados miembros, podría revisar el tribunal como parte de la próxima «Conferencia sobre el Futuro de Europa». Este parece ser el escenario más realista para todas las partes y difuminaría este enfrentamiento.
Pero, ¿siguen siendo realistas los compromisos políticos en una época de políticas identitarias y «valores» absolutos, aunque difusos? No se puede descartar en absoluto que la línea dura liberal de izquierda cada vez más radicalizada en el Parlamento Europeo, así como los patriotas indignados en Polonia, azuzados por sus respectivos medios de comunicación, hagan que esta partida de póquer continúe. El Brexit tampoco era una intención seria de Bruselas, ni de Londres, y sin embargo se ha convertido en una realidad política. Ambas partes tendrán que andar con cuidado si no quieren que Polonia siga a Gran Bretaña fuera de la Unión Europea.
Publicado originalmente en https://www.spectator.co.uk/article/can-poland-and-the-eu-resolve-the-rule-of-law-crisis-
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