El bioquímico Johannes Krause trabaja en el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva. Junto con Thomas Tappe, publicó recientemente un trabajo de divulgación científicaque describe la prehistoria y la historia temprana del hombre como una serie de luchas por la supervivencia que abarcan decenas de miles de años. Fue una «chispa divina» que «hizo de nuestros antepasados los gobernantes del mundo» y les ayudó a afirmarse incluso en las situaciones más difíciles. Al mismo tiempo, sin embargo, también hay un «instinto autodestructivo» en la naturaleza humana. ¹

Es incierto si la mencionada «chispa divina» puede algún día identificarse con los medios de las ciencias naturales. ² Sin embargo, el examen del material genético de los esqueletos de los humanos de la Edad de Piedra permite sacar conclusiones sobre partes de la prehistoria humana y la historia temprana que hasta ahora han estado en la oscuridad:

• La gente del presente no es lo suficientemente consciente de que son los «descendientes de sobrevivientes». Muchas de las líneas humanas estudiadas por Krause terminaron «en la ceniza volcánica, en el mar o en la nada de África y Eurasia» sin dejar descendientes. Es fácil olvidar que «nuestros antepasados tuvieron que pasar por innumerables cuellos de botella evolutivos, que las pandemias, las catástrofes climáticas y las guerras han aniquilado repetidamente a grandes partes de poblaciones enteras». No hay garantía de supervivencia para los humanos. ³
• El hombre moderno ha tenido que luchar por Europa durante muchas decenas de miles de años. Una y otra vez, pequeños grupos de personas han avanzado sin éxito hacia la Europa glacial habitada por neandertales. Los hallazgos documentados milenios de «la carrera fallida contra la fortaleza de Eurasia» hasta que los antepasados más antiguos delos europeos de hoy finalmente pudieron afirmarse hace unos 40.000 años:⁴ «Nuestros antepasados vinieron a ganar. Vinieron para quedarse». ⁵ Las obras de arte más antiguas de la historia de la humanidad, creadas poco después en Europa, mostraron que el hombre había aprendido a vivir aquí y no sólo a sobrevivir. ⁶

En el presente, debe ser una cuestión de «no aplaudir lo que se ha ganado». ⁷ Sin embargo, los autores son escépticos en cuanto a si los humanos serán capaces de afirmarse en el futuro. Ven en su naturaleza un «impulso autodestructivo» que lo mueve a «expandirse, a consumir, a absorber los recursos que nos rodean hasta el punto de agotamiento» y así a destruir sus medios de vida. ⁸ Para el resto del siglo 21, los autores esperan una combinación de creciente vulnerabilidad de la civilización técnica, crecimiento de la población, conflictos de recursos y armas cada vez más poderosas que es desfavorable para la continuidad de las civilizaciones humanas. ^noveno

El pesimismo de los autores también se refiere a pensamientos de físicos como Enrico Fermi y Stephen Hawking,que habían especulado que la aparente inexistencia de inteligencia extraterrestre podría deberse a una tendencia de la vida inteligente a destruirse a sí misma: «¿Somos el último intento en la galería ancestral de civilizaciones perdidas de la Vía Láctea?» ^10º

El hombre debe desarrollar una cultura que le permita dominar los desafíos descritos a largo plazo. Si el hombre logra sobrevivir a largo plazo, entonces esto será «un logro cultural, uno de los cuales nuestros descendientes pueden informar tan reverentemente como hablamos hoy sobre las primeras pinturas rupestres de la gente de la Edad de Piedra». ¹¹

La poeta católica Gertrud von le Fort alentó en sus «Himnos a la Iglesia» a estudiar la historia profunda de Occidente, que para ella incluía el legado de la prehistoria euroasiática y la historia temprana:

«Todavía tengo flores del desierto en mis brazos, todavía tengo rocío en mi cabello de valles de las primeras edades […].

¡He aquí, en mí arrodilla a las naciones que se han ido hace mucho tiempo, y de mi alma muchos gentiles brillan después del Ew’gen! […]

Yo era el anhelo de todos los tiempos, yo era la luz de todos los tiempos, yo soy la plenitud de los tiempos.

Yo soy su gran juntos, yo soy su unidad eterna.
Yo soy el camino de todas sus calles: en mí los milenios atraen a Dios». ¹²

Además de las ciencias naturales, la investigación de mitos ha logrado recientemente obtener nuevos conocimientos relevantes sobre la prehistoria y la historia temprana. Presumiblemente, la historia más antigua de la humanidad con una edad de al menos 60,000 años es el mito de la lucha del dragón, que también juega un papel central en el cristianismo.

El biólogo evolutivo Richard Dawkins, al igual que Krause y Tappe, se expresó en el sentido del cuarto mandamiento cristiano ( «Honra a tu padre y a tu madre para quepuedas vivir mucho tiempo en la tierra que el Señor tu Dios te da.»)cuando señaló que el hombre tiene una larga línea de antepasados que ha tenido que probarse a sí mismo durante cientos de millones de años en cada generación. Esta «élite de ancestros» es venerada con razón en todos los pueblos que veneran a sus antepasados. El hombre puede estar orgulloso del hecho de que sus antepasados no incluían seres fallidos. Desde el comienzo de la vida, cada uno de sus antepasados había prevalecido con éxito contra los desafíos que enfrentaba, ya fueran enemigos, enfermedades o los peligros de la naturaleza. Los que fracasaron no están entre los antepasados del hombre. ¹³

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El genetista Francis Collins señaló que debe haber habido al menos un paso decisivo en la historia del desarrollo humano que no pudo explicarse evolutivamente. Como único ser vivo conocido, el hombre tiene la capacidad de mirar más allá de sí mismo y percibir aspectos trascendentes de la realidad, como lo verdadero, lo bueno y lo bello. También tiene libre albedrío e intelecto, lo que no es el caso de ningún otro ser vivo conocido, por lo que es poco probable una aparición evolutiva de estas propiedades. Estos probablemente aparecieron abruptamente en un punto previamente sin fecha en la historia humana. ¹⁴ (FG5)

Este artículo se publicó originalmente en alemán en Renovatio Institute

Fuentes

1. Johannes Krause/Thomas Tappe: Hybris. Die Reise der Menschheit zwischen Aufbruch und Scheitern, Berlín 2021.
2. Ibíd., págs. 51 y 52.
3. Ibíd., pág. 297.
4. Ibíd., pág. 108.
5. Ibíd., pág. 298.
6. Ibíd., pág. 54.
7. Ibíd., pág. 298.
8. Ibíd., pág. 8.
9. Ibíd., págs. 295 y 296.
10. Ibíd., pág. 295.
11. Ibíd., pág. 298.
12. Gertrud von le Fort: Hymnen an die Kirche, Múnich 1948, p. 24.
13. Richard Dawkins: Y un río brotó del Edén. Das Uhrwerk der Evolution, Múnich 1996, pp. 13-14.
14. Francis S. Collins: The Language of God,Nueva York 2006, págs. 6, 23 y ss.

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