El Quijote, en compañía de su inseparable Sancho, llega a Toboso ya entrada la noche. Buscando la morada de la bella Dulcinea se pierde en el pueblo hasta llegar accidentalmente a la iglesia principal, ante la cual exclama: “con la iglesia hemos dado” alegrándose de tener un punto que le facilitase la orientación. Esta frase fue posteriormente transformada en: “con la iglesia hemos topado” y es utilizada para expresar impotencia o resignación al no poder realizar una determinada acción por impedirlo un mando superior. 

Nuestra sociedad, desde hace varios años, no topa ya con la iglesia y sus sabias y tradicionales enseñanzas, sino con estados cuya injerencia e influencia es cada vez mayor; interviniendo de manera arbitraria en aspectos que deberían ser personales y privados. 

A nivel prácticamente mundial, el estado ha ido expandiendo su área de control. Empezaron sutilmente, por nuestra mesa, exigiendo espacios libres de humo e imponiendo nuevos impuestos a productos considerados poco saludables. Paradójicamente, el encomiable propósito de mejorar nuestros hábitos alimenticios ha dado como resultado una sociedad con un nivel de obesidad sin precedentes. Y mientras el cigarrillo después del almuerzo paso a ser historia, la mariguana para uso recreacional se legaliza y extiende en cada vez mas lugares. 

El estado, siempre guiando a sus ciudadanos, se introdujo a nuestras alcobas. Bajo diferentes lemas se fomento una familia pequeña y cuidadosamente planeada fomentando una mentalidad utilitarista. De ahí, a la promoción cada vez mas abierta del aborto, hubo solo un paso. 

A través de innumerables campañas, los estados, apoyados por los medios de comunicación e instituciones internacionales, lograron que la gran mayoría de la sociedad viese la fertilidad, no como un don, sino como una situación que debe evitarse hasta con la ley en la mano. De hecho, en Estados Unidos, un par de representantes demócratas propusieron codificar legalmente el concepto llamado: “concepción errónea”. Este permitiría a las mujeres que conciban un hijo, sin haberlo deseado mas en relaciones consensuadas, buscar acciones legales contra el padre. Y, aunque esto afortunadamente causó gran revuelo e indignación dejando el proyecto en el cajón, de seguir así las cosas varios países occidentales se verán en un futuro cercano en el espejo de China, donde es el estado quien determina cuantos hijos se pueden tener. 

Y bueno, si hablamos de información, es bien sabido que es el discurso imperante y políticamente correcto quien controla los medios con el beneplácito de la mayoría de los gobiernos.  En nuestro mundo tan tolerante y relativista, la disidencia, aunque se base en argumentos sólidos, esta prohibida. Las grandes plataformas tienen un férreo control de lo que se publica y lo que no. Varios medios han eliminado de sus plataformas a intelectuales, científicos, médicos y políticos altamente calificados porque sus opiniones difieren del discurso único. Por ejemplo, el conocido científico, Collin Wright fue vetado de una red social por explicar que, al tener los varones ventaja física sobre las mujeres, estos no deberían competir en los deportes femeninos. La teoría de un calentamiento catastrófico provocado directa y mayoritariamente por el hombre es otro de sus dogmas intocables. Y mientras los estados y medios promueven un ecologismo que ve al hombre como el depredador del planeta, los políticos, filántropos y celebridades, dioses del ecologismo, pasean en yates y avionetas, privadas, a placer.

Y, la intervención de un estado que juega a ser Dios, ha tocado lo más puro e inocente: nuestros hijos. A través de la llamada educación sexual. Tan cruda y detallada que raya en la pornografía, y tan amplia que no bastan las letras del abecedario. El rechazo a la sana sexualidad masculina y femenina es el rasgo distintivo de la ideología sexual de género, la cual es apoyada y promovida por la mayoría de los gobiernos. Esta ideología que niega el hecho de que existan 2 sexos, es apoyada y promovida por la mayoría de los gobiernos.  Es importante resaltar que no son pocos los colegios y universidades que han expulsado a alumnos y profesores por oponerse a esta ideología. Y en lugares como Canadá, los padres que han expresado su oposición a dicha ideología son vigilados estrechamente por la policía corriendo el peligro de perder la custodia de sus hijos.

Y con la pandemia, hemos visto un aumento, del ya de suyo desmesurado poder, ejercido por muchos gobiernos. Los 15 días para aplanar la curva se acercan a los 2 años en los cuales la gran mayoría de los estados han impuesto condiciones de manera arbitraria.  Actualmente, el pasaporte de salud es requerido, en muchas partes del mundo, para utilizar el transporte publico, realizar las compras más elementales y hasta para mantener el empleo. Cualquier parecido con los regímenes totalitarios es pura coincidencia. 

Y como si esto fuese poco, en Estados Unidos desde hace unos meses, los padres que se oponen a que a sus hijos sean clasificados, según el color de su piel como opresores u oprimidos, de acuerdo con la ideología marxista de la teoría de la raza, corren el peligro de ser catalogados como terroristas domésticos, con todo y las implicaciones legales que el termino conlleva. 

La gran mayoría de los gobiernos occidentales apoyados por las grandes corporaciones e instituciones internacionales han clasificado legalmente, como desinformación, discurso y/o delito de odio todo argumento que contradice el discurso imperante que cada vez se extiende a más temas. Esto les ha permitido silenciar, perseguir, despedir y hasta encarcelar a los valientes que alzan su voz, con argumentos, en contra de la dictadura del discurso políticamente correcto. 

La falta de fe en Dios ha sido sustituida por una fe ciega en un estado que acapara cada vez más la información a la que tenemos acceso, determina nuestras acciones mas personales y se inmiscuye ya hasta en lo que podemos o no enseñar a nuestros hijos. Volvamos la vista y nuestra vida entera hacia Dios y depositemos nuevamente nuestra confianza en El. El Único que tiene palabras de Vida y el Único que cumple sus promesas. 

Termino como empecé, con el Quijote, quien sabiamente nos recuerda que: “La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad, así como por la honra se puede y debe aventurar la vida”.

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