La aparición esta Navidad (en varias ciudades de España) de cruces invertidas luminosas, ha indignado a amplios sectores de la silenciada sociedad civil, ésa que traga y calla el grueso de las embestidas perpetradas por el Régimen del 78 contra su identidad cultural y espiritual.
De estas luminarias, harto llamativas han sido las instalada en la Calle de Tomás Bretón, una de las más transitadas de Zaragoza. Así lo ha manifestado el activista Jesús Vallés en su vídeo-comunicado, haciendo llamamiento masivo a la asistencia del día 27: “Están ofreciendo Zaragoza a Satanás, pero no podrán porque aquí está la Virgen del Pilar”. (Recordamos al lector que la alcaldía de Zaragoza no está en manos de algún partido de la extrema izquierda, sino del Partido Popular, cuyo alcalde es D. Jorge Azcón).
En este contexto, y bajo el lema “Perdónales, Padre, porque no saben lo que hacen”, la asociación civil Aragón Siempre Arriba y el ente católico Cristianos por la Santa Cruz, han convocado una concentración ciudadana en Zaragoza, este lunes 27 de diciembre, en la calle de Tomás Bretón (en esquina Av. de Valencia). Tal y como informa el cartel anunciante, se trata de un “Acto-desagravio a la Santa Cruz y Sangre de Cristo”.
Sea como fuere, es un hecho incontestable que las imparables sinergias masónico-luciferinas, hoy imperantes en el mundo occidental, están exteriorizando de manera subrayada y manifiesta (lo que se dice “a cara descubierta”) sus simbologías oscuras. Y si algunos alegan, con erudita pedantería, que la cruz invertida también puede significar una referencia a la crucifixión de San Pedro, el hecho obvio y prístino es que tamaño pretexto como adorno navideño no cuela. “Piensa mal y acertarás”, sentencia el refrán: por una vez haremos caso al viejo dicho.
Sobre esta cuestión capital, relativa a la cristofobia imperante, e imposible de aprehender en su totalidad debido a la propia híper-fragmentación de los conocimientos y la disolvente tiranía de lo virtual, se ancla la problemática metafísica existente que aturde al español de a pie: este sujeto desconectado de su pasado católico, moralmente lisiado y enfermo integral a fuerza de cuidar su salud corporal, es una aberración antropológica para las Españas, por cuanto niega la propia naturaleza sustancial del ser español.
El indiferentismo en materia religiosa, y la liberalización de toda sarta de ofensas a la religión católica, afecta de lleno al grueso de los españoles de hoy: nos referimos a ese somnoliento bípedo-arquetipo post-Régimen del 78, masa quejumbrosa y amorfa de desarraigados y apóstatas, la cual quebranta con su mera (in)existencia la dignidad del español histórico y extemporáneo, recia figura cuyo pasado glorioso no se custodia sino en nuestros depósitos doctrinales del Espíritu (literatura, arte, arquitectura, etcétera).
Una mano invisible, en fin, rige los destinos de cada español amordazado y jamás regresado: se diría que el precio de nuestro rescate es inasumible, y que al devenir masa de perdición –así tras tres siglos de gradual infiltración masónica y liberalismo depredador–, perdimos el último agarradero espiritual sólido en el que guarnecernos del metálico frío postmoderno. El insulto a la Santa Cruz redunda en todo lo dicho. Quién no defiende lo más sacro, queda sentenciado al frío sepulcral de las sociedades nihilistas-ateas.
Hay, ¡qué duda cabe!, un plan oculto, como muy bien acertó a clarificar Kant, que escapa a nuestras previsiones e incluso a nuestro destino histórico (el no-ser), no ya como esa nación vejada que somos para oprobio de la memoria de nuestros muertos, sino como inexistente entidad solidaria que muere en los oscuros bloques-colmena de nuestras agónicas ciudades, allí donde las luces criminales de las luminarias satánicas iluminan los rostros mortuorios de los últimos españoles vivos y embozados.
Como botón de muestra, les ofrecemos a continuación la alocución preparada por don José Guerrero para tal evento, quien amablemente nos la ha enviado para su difusión:
«Hola amigos, buenas noches por acompañar en este acto de desagravio a la Santa Cruz, y desde nuestra asociación de Aragón Siempre Arriba queremos desearos que en lo que queda de fiestas de Navidad, os acompañe la felicidad.
Estamos acudiendo desde hace ya demasiado tiempo, a agresiones de todo signo a la cristiandad, sea al niño Jesús, a la Cruz, a la Virgen, y en nuestra tierra de Aragón a la Virgencica del Pilar, por parte de un mierdas, un tal Toledo.
Es un plan orquestado para torcer la mano del individuo de cultura y moral cristiana.
El fin es hacernos a los occidentales, a los cristianos, esclavos de un capitalismo sin alma y para ello, tienen que borrar todo trazo de identidad que nos da la Santa Cruz.
Tienen que desprendernos de esta fuerza de unión moral y cohesión social que nos da la Cristiandad que nos hace irreductibles, no olvidemos los logros sociales conseguidos y que otras culturas no tienen.
Para ello, toda maniobra o engaño posible, sirve, siempre hecho con gran sutileza, disfrazado de cualquier cosa, en este caso dicen que es un diseño interpretable. Que somos unos radicales.
En otros casos, sin entrar en circunstancias de comprensión de fuerza mayor se utiliza el aborto de una manera general y provocado a voluntad, eso sí, disfrazado de derecho y progreso. El exterminio de los no nacidos, es un derecho. ¡Qué barbaridad!
O el enfrentamiento social de lucha de clases porque si, o ahora, contra lo masculino, por un feminismo enloquecido que raya con el hembrismo, ó la aberración de la circunstancia del género. Sin la mujer, no hay sociedad normal.
Todo para desarmar la sociedad y a los individuos para que no tengamos referentes y ser más fáciles de doblegar.
Quieren que no nos reconozcamos, que venga una Nueva Normalidad, ¿lo recuerdan? y casualmente, ésta se invoca desde la “plandemia”, ya no nos podemos reunir tranquilamente por culpa de un oportuno, curioso y caprichoso bicho. De dónde ha salido.
Fijaos la última ocurrencia de esa sacerdotisa puesta en Bruselas por esos poderes ocultos, una tal Úrsula von der Leyen, que dice la tía bruja, que no debemos felicitar la navidad para que nadie, de los que asaltando nuestras fronteras violentando nuestras leyes, se ofendan. Pues yo felicitaré la Navidad, y al que se moleste ajo o puerta.
Por eso, queremos una Europa de los pueblos europeos, con nuestras costumbres, con nuestras leyes naturales que nos han traído hasta aquí, es la Europa de los pueblos, de las católicas naciones de Polonia, dé Hungría que no se avergüenzan de su identidad y origen, no como otras muchas del resto de Europa.
Acompáñenme por favor en estos “vivas”:
Viva Polonia, Viva Estonia, Viva Hungría. ¡¡Viva Cristo Rey!!
Fdo. José Guerrero – Aragón Siempre Arriba»
Hasta aquí la alocución en cuestión, una de las tres o cuatro que se pronunciarán este lunes, 27 de diciembre de 2021, en la inmortal ciudad de Zaragoza, urbe que algunos mandileros quieren consagrar a su oscuro maestro… olvidando los infames que Santa María del Pilar tendrá la última palabra cuando pise la cabeza a la serpiente.
José Antonio Bielsa Arbiol
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