Recientemente, la revista Político publicó un artículo sumamente interesante que revela quién gobierna verdaderamente Rusia, Estados Unidos, la Unión Europea y el resto del planeta: la mafia jázara, cuya organización religiosa preferida no es otra que la Chabad Lubavitch que poca gente conoce. El artículo muestra claramente el tipo de estafa llevada a cabo por los gánsteres jázaros que predominan en el mundo empresarial en los Estados Unidos, en Rusia y en todas partes. Pero, aunque este artículo decía la verdad y nada más que la verdad, no decía toda la verdad.

Podemos afirmar sin ambages que la mayoría de los dirigentes de oriente y occidente son los títeres del globalismo jázaro, masón o sionista ya sean entusiastas o remisos, y esto incluye a Xi Jinping, Joe Biden, Donald Trump y a Putin, que es o, al menos fue, el candidato jázaro o manchú para Rusia. El papel que juega Rusia en el nuevo orden mundial es ambiguo y sumamente problemático. No sabemos si Putin contemporiza con el sistema mundial masón y sionista por obligación o por devoción. Resulta imposible desde luego ignorar el poder acaparado por la masonería y el sionismo en todo el mundo, un poder que ningún gobernante actual se ha atrevido a desafiar abiertamente. Es dudoso en cualquier caso que Putin haya decidido convertirse en un héroe nacional de motu propio, pero en estos tiempos que corren o eres un villano globalista o eres un héroe nacionalista, no hay más alternativas posibles a menos que te suicides con un chute de la vacuna “moderna” de Pfizer o de Moderna.

Es muy probable que Putin no purgara a su país de saqueadores judíos o jázaros; sino simplemente de saqueadores jázaros como Vladimir Gusinsky, que no pertenecían a la Chabad rusa, y pusiera en su lugar a saqueadores jázaros como Abramovich y Leviev, que sí que pertenecen a la Chabad rusa, que es la facción pseudo judía o jázara que ahora saquea Rusia, si bien es cierto que no de forma tan salvaje como la Chabad ucraniana. Creo que es muy importante dejar de calificar a los judíos askenazi como judíos por el bien de ambos colectivos, ya declaró Nesta Webster que los judíos sefarditas no eran tan proclives a intrigas y a conspiraciones de todo tipo como los askenazi, ni tenían su mismo historial delictivo. Los judíos askenazi no proceden de Judea, no pertenecen ni al Israel de la Carne ni al Israel del Espíritu. Son simplemente una tribu turco mongola que se convirtió al talmudismo en la Edad Media; su lugar de origen abarcaba aproximadamente los territorios ocupados por el reino de Gog y Magog mencionado en la Biblia como el mayor enemigo del pueblo de Dios. Algo que es preciso enfatizar de cara a los cristianos sionistas por si alguna vez se les ocurriera entrar en razón, en cuyo caso tendrían que renunciar a la generosa financiación de los Rothschild que los financian con dinero de los sufridos contribuyentes de clase media o baja. Son los nuevos bárbaros, los nuevos hunos los nuevos escitas que siempre vienen de las estepas y acaban con toda forma de vida civilizada. En esta ocasión han instaurado el denominado muy acertadamente capitalismo “salvaje”. Esta última invasión es la más insidiosa porque es una invasión en gran medida encubierta.

La distinción entre jázaros askenazis y judíos sefarditas resulta muy útil para bajarles los humos a muchos jázaros que se empeñan en considerarse el pueblo elegido. No los ha elegido nadie para nada, a parte de sí mismos. A no ser que los haya elegido el diablo para conquistar el mundo. O ellos a él y esto no supone una condena racista del conjunto del pueblo jázaro, sólo de muchos de sus líderes y su supremacismo racista y genocida.

Parece que fue Abramovich quien recomendó a Yeltsin que eligiera a Putin como su sucesor. Lo que demuestra que todavía son los jázaros quienes eligen a los gobernantes rusos. El rabino de la Chabad Berel Lazar es el “Rasputín” de Putin o su guía «espiritual» si podemos hablar de espiritualidad con respecto al judaísmo de la Chabad Lubavitch. Escoltó al líder ruso hasta el lamentable Muro de las Lamentaciones y asistió a la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Sochi que, por cierto, tuvo lugar durante el Sabbat judío. Creo que el domingo habría sido una opción mucho apropiada.

Es raro encontrar a un político o a un dirigente que no tenga un rabino como director espiritual hoy en día. ¿Habrá encontrado ya Pablo Iglesias el suyo? Todos los comunistas son gnósticos cabalistas sin saberlo y deberían agenciarse un rabino asquenazi para les tire de una oreja y se lo diga o se lo recuerde. A los comunistas hay que entenderlos. Si tienes una vena idealista y rechazas el Cristianismo no te queda otra opción que el socialismo o el comunismo que es un idealismo para primos en el mejor de los casos y en el peor un falso idealismo para villanos o criminales con mala conciencia.

Por cierto que Eduardo Garzón recomendaba hace poco que no comiésemos carne para combatir el inexistente cambio climático predicado por los líderes que se reúnen periódicamente en Davos, pero si la internacional comunista globalista sigue en el poder mucho tiempo, tendremos suerte si tenemos algo que llevarnos a la boca ya sea carne, pescado o pan con cebolla. Todos los comunistas acaban por imponer el ayuno obligatorio al pueblo llano mientras ellos se atiborran de caviar iraní o ruso, aunque en nuestro caso lo más probable es que se atiborren con jamón de Jabugo de pata negra. Es curiosos como todos estos idealistas socialistas acaban en el mismo sitio, en Suiza, codeándose con la élite más carroñera.

Los jázaros han gobernado Rusia desde la sangrienta Revolución Soviética anticristiana y siguen haciéndolo ahora. Todos estos jázaros libran sus batallas a la sombra de Jacob Rothschild, el rey del nuevo orden del inframundo que preside en la sombra sus torneos o sus reyertas de cantina. Los miembros de la Chabad ucraniana están en desacuerdo con los miembros de la Chabad rusa y ésa es probablemente la razón del conflicto entre ambos países. Todos ellos son alumnos aventajados de Mazzini, el sucesor de Adan Weishaupt como líder de los Illuminati y fundador de la mafia siciliana.

Dos destacados miembros estadounidenses de la Chabad Lubavitch, Mordejai Korf y Uriel Laber, viajaron a Ucrania tras su independencia de la Unión Soviética como voluntarios en una supuesta misión humanitaria y regresaron años después como dueños de un imperio comercial valorado en más de mil millones de dólares. Parece que en esta era cabalística que estamos viviendo, no hay forma más efectiva de lucrarse que dirigiendo una organización sin ánimo de lucro. No hace mucho, el Departamento de Justicia de Estados Unidos los acusó de ayudar a dos magnates ucranianos durante diez años a lavar cientos de millones de dólares en fondos malversados ​​a través de un banco con sede en Kiev. Como era de esperar, las investigaciones penales llevadas a cabo por el Departamento de Justicia y el FBI fueron neutralizadas por los superiores de ambas organizaciones. Uno de esos magnates ucranianos no era otro que Ihor Kolomoyskiy, el padrino del cómico convertido en trágico presidente ucraniano Volodymyr Zelensky. Los millones malversados ​​procedían del Fondo Monetario Internacional liderado por la “femme fatale” de las finanzas internacionales Christine Lagarde y cuya junta directiva siguió al pie de la letra las sugerencias de Hillary Clinton, secretaria de Estado en ese momento, y su subsecretaria de Asuntos Europeos, Victoria. Nuland.

Todo parece indicar que los burócratas chupatintas de la Unión Europea de banqueros cabalistas comandados por Goldman Sachs han tomado partido por la Chabad ukraniana cuyas directrices siguen cuando se reúnen en las logias masónicas francesas, suizas o alemanas dirigidas por el B’nai Brith si es que no las reciben directamente en alguna de las numerosas sedes de la Chabad repartidas por la Unión Europea. Su última decisión ha sido convertir a Notre Dame de París en un parque temático para globalistas sionistas. No tiene nada de extraño que se propusieran prohibir la Navidad para convertirla en una versión invernal alargada del Black Friday. Después de todo, ¿acaso no es la masonería a la que todos pertenecen la nueva religión de los mercaderes del templo de Salomón que se pretende reedificar? Aunque más bien cabría denominarlo el templo de Herodes, el artífice de la matanza de los inocentes. Una hazaña que los masones pretenden repetir vacunando a los niños con la falsa vacuna contra el covid.

De acuerdo con el mencionado artículo de la revista “Político”, Korf y Laber son dos de los patrocinadores más importantes de la secta Chabad en Florida, una de las ramas más poderosas del movimiento en el mundo. Mordechai Korf es uno de los nueve hijos del rabino Abraham Korf que fundó el Centro Chabad de Miami. Sus padres, Abraham y Rivka, llegaron a Miami a principios de la década de 1960 como emisarios del rabino de la Chabad, Menachem Mendel Schneerson. La Chabad es también la “rama orgiástica” del judaísmo preferida por Trump y con la que le gusta establecer vínculos comerciales. Mantuvo una relación muy rentable con la firma Bayrock-Sapir, uno de cuyos directivos Felix Sater es un ex convicto que mantiene estrechos vínculos con la mafia. Sater pertenece a la casa Chabad de Port Washington que lo designó en 2014, su «hombre del año». Dos antiguos ejecutivos de la firma Bayrock Sapir demandaron a la empresa por evasión de impuestos, lavado de dinero, extorsión, soborno, y fraude. Sater se jacta de colaborar con gobierno estadounidense en asuntos delicados de seguridad nacional. El fundador de la casa Chabad de Port Washington Shalom Paltiel recibió una autorización especial no hace mucho para acompañar a Sater a una ceremonia en el edificio federal de Manhattan. Los funcionarios de todas las agencias de inteligencia estadounidenses aplaudieron el trabajo secreto de Sater según Paltien. Sater mantiene una estrecha amistad con el rabino de Putin Berel Lazar.

Según numerosas fuentes, y aquí es donde el asunto se vuelve sumamente inquietante, la secta Chabad Lubavitch es la principal defensora de un grupo jázaro que se autodenomina el «Sanedrín» empeñado en reconstruir el templo en la Explanada de las Mezquitas para restablecer los arcaicos y rituales sacrificios animales. También se propone someter a las «70 naciones» de los gentiles a su gobierno teocrático global regido por las «Leyes de Noé», tal y como las definen e interpretan los rabinos. Todas las demás religiones serán abolidas como «idolatras» y «blasfemas».

Sus «Leyes de Noé» exigen que los gentiles respeten a los sabios judíos y prohíben terminantemente a cualquiera criticarlos a ellos o a su dogma. El nuevo Reino jázaro de Israel se dispone a instaurar un nuevo organismo mundial “la Organización de las 70 Naciones», con el que Israel pretende reemplazar a la ONU. Muchos comentaristas de la prensa alternativa advierten que los globalistas aspiran a convertir a la ONU en el único gobierno mundial, pero en realidad lo que pretenden es convertir al Sanedrín en el único gobierno o tiranía global. En realidad ya lo han hecho, sólo que se trata de momento de un gobierno extraoficial o en la sombra y con menos competencias de las deseadas.

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El Sanedrín se propone igualmente establecer un tribunal internacional con sede en Jerusalén que, en última instancia, tendría el poder de ejecutar a cualquiera que cometiera «blasfemia» al no someterse a la forma de culto talmúdica chabadista. A Josef Yitzhak Schneerson, el sexto líder dinástico de la Chabad Lubavitch, se le permitió viajar en primera clase en un tren desde Varsovia a Berlín en enero de 1940; a los desconcertados agentes de la Gestapo que presenciaron su traslado se les dijo que se encontraba bajo protección diplomática total. El rescate de Schneerson fue supervisado por el almirante Wilhelm Canaris, que era masón y por lo tanto un traidor a su país y yo diría que a todos los países. Que el líder de la secta pudiera atravesar Europa sin problemas cuando estaba siendo devastada por la guerra más sangrienta de la historia nos da una idea del poder de que gozaba ya la organización en ese momento.

La Chabad Lubavitch es, en palabras de Tim Fitzpatrick, «la cabeza de la serpiente Illuminati”. La secta Illuminati fue creada por los seguidores del falso mesías Sabbatai Zevi, o para ser más exactos de su sucesor Jacob Frank y la dinastía rabínica de la Chabad cultiva el mismo tipo de mesianismo judío. Un mesianismo, por así decirlo, operativo y pragmático.

Ahora sabemos que la modernidad no implicó más que la sustitución del mesianismo cristiano por el judío. El estado supuestamente laico no supone más que la inversión del Cristianismo. No es laico, es gnóstico y cabalístico, sus templos son, por supuesto, las logias masónicas y los nuevos clérigos gnósticos todos aquellos que las frecuentan. El líder supremo del nuevo orden no es Dios hecho hombre, sino un hombre que se considera un dios, un mortal endiosado. Esta “tentación” es tan antigua como el hombre, los emperadores romanos ya se consideraban con frecuencia dioses, así como los faraones que son el verdadero prototipo de los líderes masones; lo mismo puede decirse de los líderes comunistas soviéticos que si no se declararon divinos por simple estrategia, vivían y se comportaban como dioses y eran tratados como tales por sus fieles. En Asia, de donde proceden los jázaros o los judíos askenazi el endiosamiento del líder supremo siempre fue una práctica muy extendida; una práctica que conlleva siempre o casi siempre la comisión indiscriminada y a gran escala de los crímenes más atroces.

El inminente colapso económico que tantos economistas predicen podría evitarse por cierto con una nueva desamortización, esta vez de los bienes del clero gnóstico, es decir: los grandes banqueros masones que son los nuevos sumos sacerdotes del nuevo orden mundial. Puede que el clero cristiano fuera ineficiente o negligente en la administración de sus bienes, pero éstos no fueron la consecuencia de la práctica extensiva del fraude como en el caso de la clerecía gnóstica dispuesta a matar de hambre a la mayoría de sus seguidores.

El rabino Shneur Zalman de Liadi, un experto en la Cabala de Isaac Luria y fundador de la rama del jasidismo representada por la Chabad, fue acusado de ser sabateo por sus contemporáneos. Es imposible dudar de la conexión entre los Sabateos y la Chabad, son el tipo de organizaciones cabalistas que están detrás del Nuevo Orden del Inframundo.

El rabino Menachem Mendel Schneerson yerno del citado rabino Josef Yitzhak Schneerson y séptimo líder dinástico de la Chabad Luvabitch todavía es considerado el Mesías por numerosos miembros de la secta a pesar de que está muerto, pasó a mejor o peor vida en 1994. En 1978, el Congreso de Estados Unidos le pidió a Jimmy Carter que designara el cumpleaños de Schneerson como el Día Nacional de la Educación de dicho país. En 1994, fue galardonado póstumamente con la Medalla de Oro del Congreso por sus «sobresalientes contribuciones en pro de la mejora de la educación mundial, por su moralidad y por sus numerosos actos de caridad». Estas son algunas de las esclarecedoras y caritativas enseñanzas de Menachen Schneerson: “Los judíos son una extensión de Dios y los gentiles están destinados a ser sus sirvientes. Los judíos son divinos y el resto de la humanidad es basura ”. “Los judíos que se convierten al Cristianismo obstaculizan la llegada del Mesías y no son más que enfermos mentales que precisan de inmediato tratamiento”.

El rabino Ginsburgh, un importante rabino de la Chabad, ha argumentado que debido a que los gentiles son genéticamente inferiores a los judíos, un judío debería poder arrebatarle sus órganos a un gentil si los necesita. Lo curioso es que estos psicópatas ni siquiera son judíos, son jázaros descendientes de Gog y Magog, no descienden de Abraham como sí descienden por cierto los árabes y los judíos sefarditas. Aparentemente, la secta se afana por precipitar un holocausto global que acelere el regreso de su falso mesías; una empresa que por desgracia están llevando a cabo con éxito creciente. Al parecer, Jared Kushner, el cuñado de Trump pertenece a esta adorable secta. A Nancy Pelosi, Joe Biden y el resto de la camarilla globalista les encantaría ingresar en la misma, pero como son gentiles (es decir basura) no se les permite; simplemente se les permite actuar como tontos útiles. Tienen que conformarse con convertirse en masones de grado 33 a lo sumo. Numerosas fuentes argumentan, por cierto, que la mayoría de los ejecutivos de las grandes farmacéuticas que han secuestrado a todos los gobiernos del mundo y se han enriquecido ilícitamente con las vacunas venenosas contra el inofensivo virus Covid 19 destinadas a diezmar la población mundial son Jázaros y practicantes sin duda de la nueva religión materialista mundial representada por la Chabad Lubavith cuyo objeto de adoración no es otro que el dinero, preferentemente el robado a los sufrido ciudadanos. Por supuesto, la Iglesia Ortodoxa Rusa se volvió jázara heterodoxa cuando sancionó o santificó la falsa pandemia, así como numerosas sectas protestantes, y casi todos los líderes de el mundo con la excepción de Bolsonaro y algún que otro gobernante del tercer mundo que está a punto de convertirse en el primero. Esta secta satánica perderá la batalla al final sin la menor duda (el diablo no puede derrotar a Dios, por mucho que los gnósticos y los masones así lo crean), pero mientras tanto millones de seres humanos sufrirán las terribles consecuencias de sus espantosas y criminales intrigas.

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