Los abusos sexuales que están saliendo a la luz estos días a menores de edad tutelados por el Gobierno de la Comunidad Valenciana de Ximo Puig y Mónica Oltra son terribles, espantosos, totalmente inadmisibles.
Y es que hace unos días el Síndic de greuges -el defensor del pueblo- sacó su informe anual en el que denunciaba que 175 menores tuteladas por la Generalidad Valenciana habrían sido abusadas sexualmente entre junio del 2020 y junio del 2021.
No estamos hablando de unos pocos casos aislados, lo cual sería igualmente horroroso… ¡Estamos hablando de 127 niñas y 48 niños bajo la tutela del Gobierno valenciano! ¿Cómo es posible que hayamos llegado tan lejos para que se comience a levantar la voz en este asunto tan doloroso?
Y por si fuera poco la máxima responsable de estos menores, la consejera de Igualdad y Políticas Inclusivas, Mónica Oltra, ha enmudecido repentinamente a la espera de capear el temporal y salvar su puesto una vez más.
La pésima gestión de Oltra ya se ha visto cuestionada con anterioridad por desgracias similares a las que estamos viviendo ahora. En 2021, su marido, de quien recientemente se ha divorciado, ha sido condenado a cinco años de prisión por haber abusado sexualmente de una niña que residía en el centro donde este mismo depredador trabajaba como educador social.
También años atrás, en 2017, Mónica Oltra acusó falsamente a unas monjas de Segorbe de permitir abusos sexuales en su centro. Oltra tenía un solo propósito: que la gestión del centro pasara a manos públicas porque, a su parecer, era inadmisible que hubieran menores bajo el control de aquellas monjas.
Finalmente se demostró que aquellas acusaciones no tenían verdad ni fundamento y fueron archivadas. Sin embargo, ahora se enfrenta a 175 denuncias de abusos sexuales y su única respuesta es el silencio para ver si pasa la tormenta. No lo vamos a permitir.
Desde que Oltra aterrizó en la Consejería de Igualdad en 2015 tras su pacto con los socialistas, ha tratado de atribuirse la estrategia por la que, ante cualquier sospecha de abuso a menores, el propio Gobierno cursa una denuncia ante la Fiscalía.
¿Qué ha pasado entonces con su trabajo? ¿Denunciar a monjas inocentes sí, pero defender a 175 menores no? ¿Proteger a su exmarido sí, pero investigar las denuncias de abusos sexuales a niñas tuteladas en los centros sociales no?
El Presidente Ximo Puig debe destituir de forma fulminante a su vicepresidenta y consejera. Se trata de la dignidad de todos estos menores que ya bastante sufren al tener que estar tutelados. No podemos abandonarlos. Son inocentes sin voz.
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