Este fin de semana han confluido varios lideres de la euroderecha en Madrid, la mayoría de los cuales posicionados en lo que podríamos definir como la “euroderecha”.

El anfitrión de esta Cumbre de Madrid ha sido Santiago Abascal, dirigente de VOX en España, partido político posicionado a la derecha del PP, del cual procede, es decir, a la derecha de la derecha. VOX es, a fin de cuentas, una escisión conservadora del PP por su derecha. Eso y no otra cosa es este partido de disidencia controlada, cuyo programa económico neoliberal le incapacita para ser verdaderamente patriota y no patriotero, que eso es.

No se trata ahora de desvelar lo que es VOX, que ya es de sobras conocido. Pero si es interesante comentar, qué o quienes se mueve detrás de esta Cumbre de Madrid. Y para darse cuenta de que no todos los asistentes a esta Cumbre bailan al mismo ritmo, hay un detalle que lo revela, y es que es significativo que Santiago Abascal se haya dejado ver con el anti*ruso primer ministro polaco Morawiecki, pero no con el húngaro Viktor Orban ni con Marine Le Pen, que también han asistido, lo que evidencia en qué bando geopolítico se ubica Abascal y VOX, al igual que el reaccionario polaco. En esta Cumbre, Abascal sólo ha acompañado al primer ministro polaco en las ruedas de prensa, ni a Viktor Orban ni a Marine Le Pen. El presidente de VOX ha acompañado solo al primer ministro polaco cuando ha comparecido ante la prensa, pero ni ha acompañado al líder húngaro ni a la representante francesa cuando respondieron a los periodistas. Obviamente, Abascal no quería arriesgarse a que las opiniones vertidas ante los periodistas por Viktor Orban o por Marine Le Pen se asociasen con él. Este detalle es muy significativo. 

Marine Le Pen hace tiempo viajó a Moscú, y no por turismo. Evidentemente buscaba un apoyo de la Rusia de Putin. Entonces, ¿por qué ha asistido a esta Cumbre de Madrid? A Marine Le Pen, el sistema le ha sacado ahora a un competidor, el sionista Eric Zemmour, un judío de origen argelino que pretende hacerse con el voto patriota francés, y que cuenta con el apoyo mediático que no tiene Marine Le Pen, con la evidente intención de dividir el voto de cara a las próximas elecciones presidenciales francesas. Más aún, Eric Zemmour, por el hecho de ser un judío de origen argelino puede decir sin mayores consecuencias lo que Marine Le Pen no puede decir porque para ella si tendría consecuencias, lo que no significa que Eric Zemmour tenga un discurso más radical, sino que está ahí para lo que está, que es para dividir el voto patriótico en Francia, y para obligar a Marine Le Pen a echarse en manos se Steve Bannon y de Israel. De ahí que Steve Bannon haya elogiado públicamente a Marion Maréchal Le Pen con la intención de perjudicar a Marine Le Pen. 

No olvidemos que en el 2017, Marine Le Pen obtuvo un apoyo del 19.58% del electorado francés, muy superior al que nunca logró su padre, Jean Marie Le Pen, obteniendo Marine el mejor resultado electoral de la historia de la alternativa política nacionalista e identitaria francesa.

Se equivocan quienes piensan que Zemmour es más radical que Marine. Zemmour es un candidato del sistema, mucho más que Marine, especialmente en lo social y en lo económico. Y de eso se trata, de empujar al RN hacia la derecha social y económica. Marine y el RN es aún mucho más social que Zemmour, VOX; AfD, etc. Y por eso, Steve Bannon le está arrebatando el liderazgo que hasta ahora el RN tenía en Europa. Más aún: le está obligando a cambiar de bando geopolítico, lo que la va a privar de la ayuda de Rusia. De hecho, se la nota molesta en estas reuniones y cumbres de la euroderecha. Pero parece que Bannon tiene mucho más poder del que parecía.

Por eso Marine Le Pen está teniendo que someterse a la estrategia de Steve Bannon, que es el personaje que está detrás de toda la derecha populista europea, lo cual es preocupante porque está empujando a los partidos patrióticos a un nicho político desde el que no podrán llegar a su clientela social potencial en un momento en el que crece el descontento de los trabajadores por su salario. La consecuencia de esto es que partidos como VOX y sus simpatizantes y votantes, se creen muy patriotas por sacan a pasear la bandera rojigualda, pero a la vez defienden mitos neoliberales, sabiéndolo unos y sin saberlo otros, o a contradicciones como la de oponerse solo a la inmigración ilegal y no a toda la inmigración, también la legal, que es la más numerosa, y la que desea la patronal. Y es que han empeorado tanto las condiciones laborales, que al final el sistema se ha roto. Pero a los patrioteros no les importa esto ni poco ni nada, su mayor preocupación es sacar la bandera y tratar de imponer su modelo centralista a toda España, motivo por el que su voto está también centralizado en Madrid y alrededores, pero VOX es minoritario en Cataluña, e inexistente en Galicia y el Pais Vasco. Si no hubiese inmigración legal, la crisis se traduciría en una mejora sustancial de las condiciones de trabajo. Pero ahí está la inmigración legal para mantener bajos los salarios de los trabajadores españoles. Si el patriotismo no es social, solo es pura reacción. Y es inoperante a pesar de disponer de una realidad objetiva que es actualmente favorable. La síntesis de patriotismo y sociedadlismo es la acertada en un momento en el que las clases trabajadoras de los países desarrollados asisten a un deterioro continuo de las condiciones de trabajo y de sus derechos sociales, laborales y sindicales, así como de sus salarios reales. Asistimos a un ataque del capitalismo global contra las conquistas sociales y laborales de los trabajadores. Y vemos que hoy no existe ninguna autoridad política capaz de sobreponerse al poder del dinero. Solo los Estados nacionales y aquellas instituciones supranacionales que se apoyen en los Estados nacionales tienen la posibilidad de someter al poder del dinero a los valores del modelo social europeo, de la civilización europea y a los intereses de las clases trabajadoras. Pero ningún partido de la Derecha Nacional va en esta línea. Ya hemos visto por dónde van….

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