Adaptarse a los tiempos. Adaptarse a la sociedad. Adaptarse al progreso. Progresar. Evolucionar.

Frases oídas por todos. Frases promovidas por los que diseñan los tiempos, los nuevos tiempos, siempre definidos como mejores que los pasados -porque ellos quieren-, abandonando tradiciones -adjetivadas como superfluas, como rituales- para instaurar, ellos, sus propios rituales… y su propia religión, para lo cual destruyen todo lo bueno previamente con sus apisonadoras propagandísticas y legales -que no legítimas-.

Ya lo sabemos: se difunde una idea como no punible; propaganda; se finge salvar víctimas; propaganda; se finge restituir derechos o indemnizaciones; propaganda; se defienden esos supuestos como evolución imparable; propaganda; se define como un derecho, una necesidad; propaganda; ya veremos si se prohíbe discrepar o si el derecho se hace obligatorio por el bien de todos; que no pare la propaganda. Viva la Libertad, si es obediente al poder. Y así evoluciona nuestra sociedad en manos de los gestores del mundo… ¿a mejor?

Y en lo político, está claro.  El falso progreso es imparable, coordinado desde el Poder. El poder. Hay muchas referencias históricas de jerarcas de la Iglesia que flirteaban con él. Los tejemanejes con emperadores, reyes, nobles, gobernantes y sus facciones son interminables… Esas jerarquías eclesiásticas, muy a menudo, han sido una muestra de “adaptación a los tiempos” y al Poder. Como se decía respecto a los poderosos en el “Romance de la Jura de Santa Gadea”: “nunca hubo rey traidor ni papa excomulgado”. Adaptarse o morir. Lo segundo, mejor no: eso de los martirios y persecuciones se lo dejamos a otros cristianos, lejos…  En las jerarquías de hoy se produce, salvo honrosas excepciones, una mezcla de adaptación, pereza y falsa modernidad que, por lo menos, permite alejarse de problemas o, en muchos casos, facilita los resultados de las ambiciones personales, siempre dependientes del poder terrenal… Lo distintivo entre lo histórico y lo actual es que, en general, se planteaba en otros momentos históricos mantener la influencia de la Iglesia, aunque fuese como plataforma de poder. Hoy, los jerarcas de la Iglesia no tienen, ni siquiera, esa visión y se entregan, y nos entregan… ¿sumisión?

Los de la Abadía de Montserrat son un prodigio de adaptación. El mensaje evangélico en esas montañas parece verse decorado con la moda política del momento, además de las perversiones que durante años callaron. Lo malo es que la moda del momento, en estos tiempos, además va contra Dios y contra España… y los que siguen esa tendencia son, como poco, desleales…

Estos días, con la eliminación del monumento requeté en Montserrat, de nuevo algunos jerarcas de la Iglesia han vuelto a lucirse como hicieron al abandonar a los cristeros, abandonando hoy a los que se enfrentan al aborto, a la eutanasia, al materialismo -en cualquiera de sus disfraces-; abandonando a los que luchan por la dignidad y libertad profundas del ser humano como semejante al Creador; abandonando a los que no quieren profanaciones de tumbas; abandonando a tantos que tienen a Dios como última meta. 

Sabemos la evolución de los habitantes de esa Abadía… y recordar “viejos tiempos” nos arranca una dolorosa sonrisa amarga y algún insulto ordinario. Según la investigación del historiador A. Javier Nicolás, en el ABC Edición de Andalucía de 27 de enero de 1942, Franco visitó Montserrat el 26 de enero y estas fueron algunas de las palabras del abad Marcet a él dirigidas:

“Señor: Con nuestro canto os hemos dicho que hoy es para Montserrat Día de júbilo […] Y a vos, señor, que sois el jefe del Estado; a vos que no solo profesáis nuestra misma fe sino que la habéis hecho triunfar con vuestra espada contra la furia de sus enemigos; a vos que supisteis reconocer que solo con la protección y ayuda muy patente de Dios, disteis cima a vuestra admirable gesta de la reconquista de España; a vos, que ofrendasteis al Omnipotente vuestra espada victoriosa, haciendo votos para que todo el mundo reconociese a Jesucristo como verdadero Hijo de Dios vivo; a vos, digo, corresponde os tributemos el máximo honor, con corazón más que de súbditos, con afecto casi filial, gozosos, y que como a Cristo os rendimos.

¡Ah!, es que además vemos en vos al instrumento de la Providencia para devolvernos nuestros templos y hogares, y con ellos el ejercicio del derecho de cristianos y españoles.

Recordamos, agradecidos, que hace tres años, al impulso de vuestro Ejército victorioso, se abrían las puertas de nuestra Basílica, treinta meses cerradas, y podíamos reanudar el esplendoroso y tradicional, multisecular culto a Nuestra Moreneta, y nos era dado continuar luego en la paz del claustro nuestras tareas culturales y reanudar nuestra vida benedictina. Y por eso, nosotros en particular, al patentizar nuestros sentimientos de respeto y veneración a vuestra persona, nos complacemos en contemplar en vos al continuador y émulo de los grandes protectores y amigos de Montserrat. […]”

“Mientras, nosotros, que nos consideramos honradísimos de teneros como hermano mayor de nuestra Cofradía, continuaremos ante esta venerable imagen de nuestra Señora rogándole que os guíe y proteja en vuestra misión sobre España. […], ya vemos a la Religión colocada en el supremo grado que le corresponde; la familia favorecida con singular cuidado; la justicia social progresivamente establecida según los principios de las encíclicas pontificias; la enseñanza ennoblecida con la preponderancia de la formación clásica y religiosa que la elevan y hacen eficaz en la disciplina del espíritu humano, y todo esto a Dios gracias y a vuestra visión certera de su bien, en un ambiente de paz, mientras hierve el mundo en la más horrenda de las discordias bélicas”. […]

Advertisement. Scroll to continue reading.

Puede leer:  Pretendientes a "bailar" con España

TE NECESITAMOS: Google nos ha censurado la publicidad por ser peligrosa nuestra información. Somos un espacio de análisis lejos de los dogmas de la corrección política por lo que puedes  colaborar haciendo una DONACIÓN (pulsando aquí)

El documento sigue en tono laudatorio.  Los requetés que lucharon para llegar a ese régimen tan alabado por Marcet -en ese momento- hoy son castigados con el insulto y el olvido al retirarse la estatua del Requeté Yacente en enero de 2022.

Si la adaptación se convierte en traición, tomamos nota y ya veremos cómo buscamos dentro de nuestra amada Iglesia a sacerdotes no tan adaptados, no tan traicioneros.

Ánimo, católicos. Si dentro de la Iglesia existen almas mezquinas, también la sangre de nuestros mártires de todas las épocas lavará y arrastrará esas manchas, dejando a la auténtica Iglesia, aquella que ama a Cristo, más reluciente que nunca, porque:

Ante Dios no hay héroes anónimos. 

Dios tiene una condecoración para cada héroe.

COMPARTE: