El sábado 29 de enero se celebró en Montserrat un acto de desagravio por la retirada del Monumento al requeté moribundo que se encontraba a la entrada de la Cripta construida por la Hermandad del Tercio de Requetés de Nuestra Señora de Montserrat para enterrar a sus muertos durante la Cruzada.
El acto fue una convocatoria unitaria de varios grupos carlistas, así como de otros grupos no carlistas, pero celosos de la Verdad Histórica. Hubo miembros de la CTC, de Asociación 16 de Abril, de la Asociación Oriamendi, de la Asociación Cruz de Borgoña, de la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz, de la CT, de la Asociación Editorial Tradicionalista (único medio que retransmitió en directo la convocatoria), e incluso descendientes de destacados miembros del carloctavismo, de la Regencia de Estella y del Partido Carlista. E igualmente hubo falangistas vinculados a la memoria de la Centuria de Nuestra Señora de Montserrat, miembros de Somatemps, y miembros de la Hermandad Antiguos Caballeros Legionarios Barcelona, además de público procedente del grupo del Padre Alba, del Cordis Iesus y de la misa tradicional en Barcelona.
La celebración del acto fue todo un éxito en cuanto a la asistencia de público, a la brillantez del acto, y a la repercusión mediática. Y ello a pesar de lo improvisado del mismo y que la convocatoria se hizo sin publicidad, sino directamente por el boca a boca. Y el éxito se fundó, única y exclusivamente, en que por fin se había llegado a un acuerdo para la unidad de acción.
Ello demuestra que, en efecto, nuestras organizaciones deberían ir por la senda de la unidad de la acción (no de la unidad organizativa, que esa llegará, andando el tiempo, si se sigue promocionando la unidad de acción). Y demostró, igualmente, que las diferentes fidelidades dinásticas, o ausencia de las mismas; y que la cuestión litúrgica; y que otras cuestiones políticas secundarias no son impedimento para celebrar actos conjuntos exitosos.
Por eso, el acto de Montserrat debe ser un punto de inflexión y un modelo para la organización de futuros actos patrióticos en defensa de la esencia de España.
Sin embargo, al respecto, y con ánimo de ser constructivos y sacar enseñanzas de cada acto que celebremos, debemos citar unos «pecadillos» sin citar a los «pecadores», pues la intención de este medio no es solo informar sobre la realidad tal cual es (duela a quien duela), sino también favorecer la unidad de todos aquellos que creen en Las Españas Católicas.
Además, esta denuncia de los «pecadillos» no debe entenderse como denuncia de aquellos pertenecientes a determinados grupos, que asistieron todos ellos al acto y mostraron todos su concordia y ánimo de seguir realizando actos conjuntos; sino como apelación a sus dirigentes.
Y es que, en efecto, un grupo (da igual cual) intentó apropiarse del acto, anunciando en sus medios que fue el convocante (no siendo, cierto, pues era unitario, y por tanto tenía co-convocantes); o que de ese grupo partió la iniciativa (lo cual es igualmente falso); o que fueron los autores del manifiesto (lo que tampoco es cierto por ser la autoría de un profesor militante en otro conocido grupo carlista).
Nos consta que este intento de apropiación no ha sido compartido por las bases de tal organización, y ha sido decisión impuesta por sus máximos representantes, que no estuvieron en el acto y por tanto no tuvieron noticia directa de la hermandad genuina que había entre los asistentes.
Si denunciamos aquí estos hechos es para corregir estos errores para el futuro, y no con ánimo de denunciar por denunciar, o de perjudicar a ninguna organización concreta. Y es que habiendo sido un éxito la acción conjunta, si algún grupo se lo intenta apropiar, solo consigue, para el futuro, poner piedras en el camino de la unidad de acción. Y es que levanta desconfianzas para próximas ocasiones, pues al público asistente a este tipo de actos no les gusta ser manipulados y que luego se les considere públicamente como pertenecientes a una organización en la que no militan. Y si este triste precedente se transforma en norma, dejarán de acudir a otros actos, y así habrá fracaso un connato de sana reacción que hacía tiempo no vivíamos.
Por eso apelamos a todos los carlistas asistentes, sea cual sea su filiación, a que actúen en conciencia y lealmente en este tipo de actos, y que cada cual (sea de la organización que sea) interpele a sus superiores si los mismos faltan al honor o al acuerdo de caballeros para que rectifiquen y reconozcan la labor del conjunto.
Este mismo medio reconoce sus «pecadillos», pues editó un artículo que hacía público estos hechos, pues como medio informativo que es debe informar sobre lo sucedido, no pudiendo aplicar la censura ni los amiguismos que aplican los medios del sistema, siempre dados a tapar las vergüenzas de los suyos. Sin embargo, a solicitud de varios lectores lo retiramos, y no porque faltara a la verdad, sino por el compromiso de estos mismos lectores de interceder ante aquellos que se apropiaron del acto para desistir de su actitud. Y como creemos en el perdón si hay propósito real de enmienda, así lo hicimos. Sin embargo han pasado los días y los medios de expresión de la jerarquía de tal organización (y repetimos, da igual cual sea, pues aquí lo que se pretende es corregir actitudes para mejorar la labor conjunta futura, y no buscar culpables de nada) no han desistido en su pretensión, y no han cambiado uno solo de los artículos en los que se apropian del acto.
Por eso, rogamos a aquellos carlistas con conciencia que no dejen de recordar a sus máximos representantes la obligación moral de la colaboración sincera, eficaz y desinteresada para defender conjuntamente lo esencial, favoreciendo la colaboración con otros grupos y rectificando cualquier comportamiento que pueda desincentivar en otros esta necesaria colaboración. Y pedimos a nuestros lectores que considerando el momento actual de España, si los representes de alguna organización no está por la labor de la lucha conjunta en defensa de lo esencial (Las Españas Católicas), sea cual sea esta organización (pues es un error en el que pueden caer varias de ellas) y siendo necesaria esta unión de acción, recapaciten y valoren sin deben empezar a colaborar con otras organizaciones que sí que estén a favor, de esta unidad de acción.
Desde tradicionviva.es ofrecemos nuestro medio, que es hoy por hoy el más leído de nuestro entorno, como altavoz para todas sus iniciativas siempre que estén presididas por esta voluntad de unión, no de desunión.
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