Estas dos fotos, casi idénticas, representan a la Juventud Jaimista de Igualada el 15 de abril de 1911, Sábado de Gloria. El sábado comprendido entre el Viernes y el Domingo Santo recibía el nombre de Sábado de Gloria hasta la reforma litúrgica de la Semana Santa realizada por el papa Pío XII (encargada en 1955 a Monseñor Annibal Bugnini). Se hacía así porque la celebración de la Resurrección (la Vigilia Pascual) tenía lugar ya en la mañana del sábado, debido a la norma del ayuno preparatorio a la Comunión sacramental desde la medianoche precedente; y es que considerando que el viernes había sido de ayuno, parecía excesivo que también lo fuera el sábado.

En ese Sábado de Gloria las juventudes carlistas salieron a cantar las caramellas. Estas eran canciones populares típicas de la Cataluña Vieja y del norte de la Nueva, que se cantaban para celebrar la resurrección de Jesús. Cantando recorrían la población y los vecinos les entregaban huevos y vianda, así como alguna cantidad de dinero, todo lo cual servía, después para realizar una comida en grupo.

Aquella fue la primera ocasión en que la Juventud Jaimista salía a cantar las caramellas, y hubo de competir con otros cuatro coros. El director del coro jaimista fue el joven Miguel Solá.

El día empezó con una misa en la Iglesia de Santa María. De allí marcharon en diversos grupos.  En su recorrido recogieron numerosas viandas, que almorzaron en animado grupo en la Masía Morena, en el término de Odena. Terminado el almuerzo, se dividieron en dos grupos, uno marchó al pueblo de Odena, en el que visitaron la Iglesia y las dos sociedades allí existentes y después de cantar en la plaza del pueblo regresaron a la Masía Morera. El otro grupo se entretuvo pescando en el torrente próximo, el torrente del Raval. Después vino la comida, servida por las dos hijas del Sr. Torra de Jorba. Y después de la comida se realizaron varias fotos, entre ellas estas dos que acompañamos.

Finalmente partieron de vuelta a Igualada, entrando en la ciudad a los acordes de la marcha de don Carlos, en dos filas, mientras sus vecinos contemplaban sus evoluciones. 

Adjuntamos tres fotos de Can Morera en la actualidad, que todavía conserva en la piedra, en su arco de entra, inscrito: «Benehida sea la Santa Inmaculada Concesión de la bienaventurada Virgen Maria. 1794».

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