El artículo supone la opinión del autor, no necesariamente compartida en integridad por tradicionviva.es
Lorenzo Maria Pacini – Traducción: Carlos X. Blanco
No se trata de una guerra que haya comenzado en Ucrania hace unas horas, ni de una de las muchas vicisitudes entre dos naciones que llevan años en conflicto. Asistimos a una confrontación más general entre dos visiones del mundo: por un lado, la visión posmoderna y tecno-fluida del imperio material, la democracia importada con bombas, los derechos humanos y las revoluciones de colores que se convierten en tiranía, el big tech y el big pharma, la destrucción de las identidades y el sometimiento de las masas a las élites de poder oligárquicas, es decir, el Great Reset ; Por otro lado, la visión que afirma la autodeterminación, la libertad, las identidades de cada pueblo, la Tradición, los derechos basados en la ontología, la independencia financiera y la política para el bien común, el Gran Despertar. Se trata de una confrontación apocalíptica, intrínsecamente escatológica, y no entender el significado metafísico de esta batalla es ignorar el corazón de lo que está aquí, ante nosotros, sucediendo.
No se trata, repitámoslo, de una guerra de meros intereses, en la que el Occidente atlantista intenta, como siempre ha hecho, expandir su imperio y aplastar a los pueblos libres, actualmente representados por Rusia como líder de un pequeño remanente en el mundo; ni tampoco nos enfrentamos simplemente a dos visiones políticas, una de tiranía liberal y otra de nacionalsocialismo democrático; nos encontramos en una encrucijada evolutiva para toda la humanidad, una etapa que ya marca una toma de posición y un profundo discernimiento entre los que apoyan y alimentan la involución del gran reseteo globalista y los que, por el contrario, son los pioneros de un nuevo mundo que surgirá del despertar global de las conciencias.
La confusión mefistofélica con la que se comunica lo que está ocurriendo es tan grande que deja a uno desorientado, pero esto también es útil, pues sólo las mentes más finas consiguen atravesar la malla de esta red que separa la paja del buen grano. Es más bien con el corazón con lo que hay que decidir qué lado tomar, porque sólo a través del corazón puede cambiar el mundo.
Rusia es actualmente el baluarte contra la hegemonía del Occidente pervertido, que ha traicionado sus orígenes, su Fe, que ha subyugado a la mayoría del mundo mediante la violencia, las guerras abiertas y secretas, la colonización cultural y militar. Junto con los demás Estados que no se han plegado a ningún amo político y han conservado su identidad y su tradición, hay una luz de Oriente que, en el colapso de la dualidad de este mundo, actúa como contrapeso en la historia y nos pide que elijamos un bando. Ex oriente lux, decían los antiguos, y es precisamente esta salvación preconcebida la que podemos reconocer alegóricamente en este momento trágico.
Seamos claros: la guerra no es la forma de hacer la paz. No hay guerra de ningún tipo. La guerra es un acto que no puede producir otra cosa que guerra, antes o después, llamando a la venganza en la propia sangre de los pueblos que la hacen y la sufren. No es alimentando esta gigantesca monstruosidad como el mundo cambiará, no importa de qué lado decidamos estar. Lo que alimentamos vive, así que si seguimos haciéndonos la guerra unos a otros, el mundo sólo puede ser una guerra.
Sin embargo, es precisamente a través de los conflictos a escala mundial como, según los relatos escatológicos de las distintas religiones, se establece primero el reinado del Mal y luego triunfa el del Bien; sólo mediante el colapso total de este mundo tal y como lo hemos construido será posible construir uno nuevo.
Todo lo que se ha predicho debe cumplirse, por lo que estamos en medio de un conflicto de época, inevitable para el paso entre dos épocas y dos mundos como el que estamos viviendo. Es la batalla del Katechon contra los Antikeimenos, y los destinos ya están escritos en uno u otro campo.
Fuente: Artículo publicado originalmente en:
https://www.geopolitica.ru/it/article/katechon-e-antikeimenos-la-battaglia-geopolitica-dello-spirito
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