A estas alturas Putin y el resto de dirigentes rusos deben de haberse dado cuenta ya de que las componendas con los financieros satanistas genocidas traficantes de drogas y asesinos de niños con capital en la City de Londres, siempre salen muy caras; su empeño en formar parte del nuevo orden o desorden mundial como socios de peso no les han servido de nada. Putin llegó a exclamar que los rusos no consentirían que los echaran de dicho nuevo orden o desorden, pero afortunadamente para ellos y para todos los han echado igualmente.

A pesar de su connivencia con los banqueros sabateos de la City de Londres, una connivencia por desgracia universal en la actualidad y por así decirlo: de rigor, Putin no es una marioneta de los mismos como Zelensky, ya sea por iniciativa propia u obligado por las circunstancias.

Se opuso abiertamente a sus diabólicos designios al menos en dos ocasiones: cuando detuvo la destrucción de la nación siria por parte de los sionistas y sus estados satélites occidentales y cuando puso fin a la masacre de Armenios en Nagorno-Karabaj por parte de Erdogan y Aliyev que ya sabemos que recibieron el visto bueno de Tel Aviv y Londres para la odiosa y genocida invasión; en ese sentido podríamos considerarlo el único aliado, de circunstancias o no, con que cuentan tanto cristianos como musulmanes en el Cercano Oriente, ambos colectivos estaban siendo exterminados por igual por los terroristas descerebrados de ISIS, las escuadras infernales creadas por los servicios de inteligencia masones occidentales al servicio del Israel de los Jázaros y que han contribuido como nadie al engrandecimiento del mismo, sea cual sea su credo si es que tienen alguno.

Los mercenarios bestiales de ISIS y otros ejércitos paramilitares semejantes, todos ellos entrenados por el M16 la CIA y el Mossad son los mismos que Zelensky intenta reclutar para enfrentarse a la renuente invasión rusa. Se rumorea que el gobierno satélite ucraniano está intensificando sus esfuerzos para reclutar a los terroristas entrenados en Siria y respaldados por Turquía a Ucrania.

Son los mismos mercenarios al servicio del Israel sionista que destruyeron Irak y exterminaron chiitas y sunitas por igual y enfrentaron a ambas comunidades con sus ataques de falsa bandera, también se dedicaron a exterminar a los cristianos de dicho país hacia los cuales los sionistas masones sienten una especial inquina como no podía ser menos.

En realidad los mercenarios de ISIS podrían en realidad considerarse una de las escuadras del ejército globalista de la ONU algunos de cuyos efectivos arremetieron, al parecer, contra los pacíficos manifestantes canadienses que protestaban contra las políticas liberticidas de Trudeau.

Está muy claro que la guerra que los globalistas han provocado en Ucrania es una sucia maniobra de distracción destinada a desviar la atención de la gente del inmundo genocidio todavía en curso causado por las falsas vacunas contra la falsa pandemia y del colapso económico que se avecina a causa de los confinamientos injustificados y el saqueo salvaje de las arcas de todos los estados occidentales.

Aquí el único interrogante es si la guerra o el combate está amañado, si hay tongo, si los dirigentes rusos son cómplices de la farsa. Es difícil creerlo, el gobierno ruso han soportado durante mucho tiempo todo tipo de provocaciones y sus ejércitos han entrado en Ucrania tarde y mal; a regañadientes por así decirlo.

Es comprensible que no quieran ser los únicos en oponerse a la tiranía bancaria global, si es que de verdad quieren hacerlo que lo dudo; que se resistan a convertirse en los mártires que se sacrifican por defender la libertad y la verdad en el mundo, que prefieran seguir actuando como una especie de barrera de contención de las hordas satánicas al servicio de los Rothschild mientras el nuevo orden mundial se desintegra desde dentro. Esa es su verdadera piedra angular: la codicia sin límites de los banqueros Iluminati.

La prensa alternativa le reprocha a Putin con frecuencia su asociación con numerosos globalistas, sus vínculos con el Foro Económico Mundial, su espaldarazo al gran reinicio de Schwab, los lazos de amistad que parece mantener con Henry Kissinger.

Pero lo cierto es que aquellos que han desafiado abiertamente a Kissinger han acabado asesinados, empezando por Aldo Moro. Pero la lista es larga. Interminable diría yo. Todos los países del mundo están trufados ya de traidores globalistas y es preciso andar por todas partes con pies de plomo.

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Para Ucrania, la anexión a Rusia sería una especie de bendición. La Rusia de ahora no es la Rusia soviética luciferina liderada por monstruos como Lenin o Stalin, ahora la vanguardia de las hordas comunistas satánicas se halla en Wall Street, no en Moscú. El mal absoluto es la OTAN. Rusia será en todo caso un mal relativo. El problema de los dirigentes rusos es que no han renegado completamente de su pasado soviético, prefieren blanquearlo como el que blanquea una tumba o una espantosa fosa común.

Justifican dicho pasado aduciendo que la URSS derrotó a los Nazis, es decir a la Alemania que se enfrentó a los Rothschild y las intrigas de los financieros masones de la City simplemente porque estaba en juego su supervivencia como pueblo y como nación. Curiosamente eso es lo que tendrán que hacer ahora los rusos si pretenden defender su vida y su soberanía. Ironía trágica y sangrante de la historia, tendrán que imitar y mirarse en sus antiguos enemigos si no quieren ser aniquilados.

Los laboratorios biológicos destruidos por el ejército invasor que los satanistas globalistas levantaron en Ucrania para crear armas biológicas destinadas a exterminar al pueblo ruso no son ninguna broma. Esta historia si no es cierta, es perfectamente verosímil.

Los líderes rusos actuales todavía se niegan a aceptar lo que Solzhenitsyn dijo muy claramente: que fueron invadidos, sojuzgados, adoctrinados miserablemente durante años. No está de más dejar que el heroico y laureado escritor lo exprese con sus propias palabras.

El linchamiento mediático de que son víctimas los rusos recuerda curiosamente el que sufrió Alemania antes de la primera y la segunda guerra mundiales. Los banqueros masones quieren hacer de ellos el nuevo chivo expiatorio en quien proyectar sus ansias obscenas de saqueo y exterminio. Porque a eso es a lo que estamos asistiendo: al saqueo del mundo por parte de los globalistas.

Olaf Scholz es un traidor a Alemania si ha decidido, como dicen, un aumento masivo del presupuesto militar de Alemania para enfrentarse a Putin cuando debería enfrentarse como todas las naciones de la tierra a los Rothschild y a la City de Londres, la capital del nuevo orden mundial satánico que se quiere instaurar en el mundo. Ellos son los que han organizado esta guerra en beneficio del Israel jázaro y sionista. Y los que pretenden entronizar al diablo y al anticristo en la Jerusalén ocupada por los masones satanistas

Lo que desconcierta y suscita nuestras sospechas es la actitud de China, la prisión modelo de los banqueros satánicos que están impacientes por importar a Occidente con sus sistema de créditos sociales o antisociales incluido.  ¿Se están insubordinando los líderes chinos como algunos optimistas pretenden? Habría que rastrear todas las cancillerías del mundo con un detector de mentiras para averiguar quién está o quién no está en el ajo, aunque mejor sería visitarlas con un botafumeiro.

¿Están sacando momentáneamente los banqueros sabateos y sus satélites la carta marcada del liberalismo y la democracia y pidiéndole a los chinos que se mantengan en un discreto segundo plano? Sabemos que son comunistas luciferinos hasta el fondo de su alma podrida y que su defensa de las libertades siempre fue un simple ardid, una treta. El liberalismo masón se ha quitado por fin la máscara ahora que nos la han puesto a la fuerza a todos.

Todavía algunos politicastros en España y otros estados europeos tienen el santo valor de argumentar que hay que ir a la guerra en Ucrania para defender las libertades occidentales cuando nos la han arrebatado todas con su falsa emergencia sanitaria. Uno no puede dejar de compadecer a muchos racionalistas y humanistas que creían sinceramente que al hombre le bastaba recurrir al uso de su razón para crear un orden justo. Es una pretensión que la modernidad ha desmentido de la forma más brutal. Las intrigas asesinas de los banqueros y políticos masones luciferinos los ha dejado a todos con el culo al aire, que es lo que nos enseñan cuando pretenden defender la supuesta libertad actual de occidente a cara descubierta; no tienen cara ya, la han cambiado por sus posaderas, las mismas que utilizan para ocupar sus escaños.  En realidad no pueden hacer otra cosa que defender la mentira, de lo contrario tendrían que adjurar de su ridículo credo humanista devenido transhumanista (en realidad es infrahumano) y abrazar las cruces que derriban. Es decir abrazar: a Dios y a abrazar a Cristo; algo que nunca harán porque la vanidad los ciega y prefieren la muerte eterna

El estado profundo luciferino del cual los políticos occidentales son las meras marionetas es un gigante con pies de barros; los terroristas y mercenarios a su servicio no bastan para domeñar al mundo, se mantiene por la parálisis de los líderes militares de todos los países que parecen embrujados por una nueva Circe que podría convertirlos en puercos.

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Una parálisis alimentada por el silencio cómplice de tantos líderes cristianos, muchos de ellos apóstatas, que prefieren agachar la cabeza no sea que se la corten. La voz tronante de Monseñor Viganò nos parece una voz solitaria que clama en el desierto. Pero si los dirigentes occidentales la escucharan y enarbolaran la enseña de la cruz como Constantino el nuevo desorden mundial satánico se derrumbaría en pocos días.

Jose Francisco F-Bullón.

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