España 1936 – 2022. Han pasado  86 años, desde la denominada Guerra Civil Española. En la actualidad y haciendo uso del “secuestro del lenguaje”, herramienta muy utilizada por la izquierda y grupos afines al anticristo, estamos en un tiempo “anticlerical”, cuando lo que quieren decir es “anticatólico”.

Al igual que en 1936, la persecución religiosa existe a día de hoy; no con ejecuciones evidentemente (al menos en España), pero si a través de la muerte civil. 

“Se define a la muerte civil como una ficción jurídica, mediante la cual se ataca al enemigo donde más le duele: en la eliminación de todo o en parte de sus derechos como ser humano. Por eso es más fina, sutil, cínica y cruel que las formas físicas de tortura o muerte. Persigue la destrucción moral, política y social del condenado. Es un linchamiento que incapacita a la persona de tener vida jurídica”.

China, Corea del Norte, Cuba y la Unión Soviética, entre otros, hicieron lo propio con los opositores al comunismo. En Sudáfrica se practicó el Apartheid. En Ruanda la etnia Hutu caso exterminó a los Tutsis. Mugabe lo hace con sus opositores y aniquila a sus esposas. Sobran ejemplos y falta espacio.

Es decir al igual que lo fueron  “los días de la ira” en 1936, donde se perseguía a muerte a cualquier persona que no pensara igual que los asesinos del Frente Popular, o que simplemente creía en Dios o tenía un crucifijo en su casa; ahora se hace exactamente igual sin matarlo físicamente.

A pesar de estos tiempos recios, igual que los tiempos de la Roma criminal con los cristianos, a los que se nos tiraba a los leones, existimos una serie de personas; las cuales, unas sabiéndolo y otras sin saberlo, constituimos los  Evangelizadores contemporáneos, del siglo XXI.

Religiosos valientes, laicos audaces, asociaciones, fundaciones, editoriales, televisiones digitales, medios digitales, radios, periodistas, articulistas, Hermandades, escritores, activistas, militantes, youtubers, blogeros, y un larguísimo etc., estamos contribuyendo en la defensa y apología de la Fe católica, la libertad de expresión, la defensa a ultranza del Bien contra el Mal, de la justicia y de la verdad.

  “Hay que mantener firme el propósito de la evangelización, de la gestación de nuevos cristianos y de la atención en nuestros «hospitales de campaña» (Cáritas, Centros de Orientación Familiar, etc.) de tantas personas heridas (física, psíquica y espiritualmente) que esperan nuestro amor, nuestra misericordia y nuestra ayuda, siempre desde la verdad”. 

El camino va a ser largo y difícil, ya sucedió con la abolición de la esclavitud. La maduración de las conciencias no es empresa fácil, pero nuestro horizonte, por la gracia de Dios, es el de la victoria del bien. Este es tiempo de conversión. Así pues, todos (mujeres y varones, profesionales de la sanidad y de los medios de comunicación, gobernantes, legisladores, jueces, fuerzas y cuerpos de seguridad, pastores y fieles, etc.) estamos obligados en conciencia a trabajar y defender con todos los medios legítimos «toda la vida» de «toda vida humana», desde la concepción y hasta la muerte natural, empezando por los no-nacidos y sus madres; si no lo hacemos, la historia nos lo recriminará, las generaciones venideras nos lo reprocharán y, lo que es definitivo, Dios, el día del Juicio, nos lo reclamará: era pequeño, estaba desnudo e indefenso y no me acogisteis (Cf. Mt 25, 41-46). (Monseñor Juan Antonio Reig Pla “dixit”).

El culto a la muerte que el régimen totalitario relativista, hedonista y nihilista,  nos impone, ensalzan la eutanasia y el aborto como “derecho”. Ejemplo ¿si la ausencia de latido cardiaco se considera signo de muerte; porque no se considera signo de vida la presencia de latido cardiaco? No apuestan por la vida sino por la muerte. Por ejemplo no se le da importancia alguna a la lacra del suicidio.

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En este orden de cosas, creo que las personas que hemos decidido participar en la batalla cultural, la contrarrevolución, la batalla de las ideas, la  particular  “guerra cristera” española, la defensa de la Fe católica, de la Santa Madre Iglesia, de la historia, de la verdad histórica, del orden y la ley,  de la vida, de la libertad, de la verdad y de la justicia; hemos contraído una obligación grave para con todo ello. Somos Evangelizadores.

Ahora; que la Iglesia esta perseguida, que el pensamiento unico esta impuesto, que las amenazas penden sobre nuestras cabezas como “espada de Damocles”, que la educación está en manos de los sin Dios y sin Patria, que la ingeniería social comunista, tienen sus máquinas a pleno rendimiento, ahora…. ahora….   

Como digo, somos Evangelizadores; defensores de la palabra de Cristo y del BIEN.

Teresa de Jesús; definía su vida terrena de esta manera: “Una mala noche en una mala posada”; asi como ella; debemos vivir una vida que merezca la pena ser recordada por nuestros herederos. “Ser útiles, dejar poso, iluminar con la luminaria de la Fe y del amor” (Mons. Escrivá de Balaguer “dixit”).

Sin esto, Cisneros, no hubiera sido Cisneros, ni Ignacio de Loyola San Ignacio.

 Suscitar una respuesta civil organizada y capaz de movilizar las conciencias. Hacer una llamada a promover iniciativas políticas que hagan suya, integralmente, la Doctrina Social de la Iglesia.

En este sentido, cabe destacar que en nuestro país se celebran más de 9,5 millones de Eucaristías al año. En cuanto a la estructura de la Iglesia, se compone de setenta diócesis con casi 23.000 parroquias, 87 catedrales y 639 santuarios, de las cuales 11.000 se encuentran en el ámbito rural. Además, en España hay un total de 406 congregaciones, de las cuales 298 son femeninas y 108 masculinas.

El caso es que cada vez hay más voces. Voces que dicen alto y claro el sentir de millones de católicos y españoles de Bien, que lo unico que deseamos, es el bien de España a través de la intercesión del Sagrado Corazón. El Bien para todos los españoles sea de la condición, creencia, sexo, raza, u opinión que sean.

-86 asociaciones y movimientos laicos, que conforman 413.325 miembros.

Todo esto pone de manifiesto que en nuestra Iglesia española existe una realidad viva de un laicado asociado, que debemos impulsar y animar para seguir llevando a cabo la misión evangelizadora.

Al igual que los cristianos en las catacumbas, nosotros sabemos los riesgos que corremos, somos conscientes de ello y los asumimos; con la mirada puesta en el Altísimo y en la verdad. 

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Amenazas, cancelaciones de medios digitales, injurias, calumnias, noticias falsas, tergiversación de la historia, falacias creíbles, en definitiva persecución, es la palabra. Al igual que los viejos cristianos.

Manipulación de los medios de comunicación, injerencia adoctrinadora en la educación de los niños, favorecer el aborto y la eutanasia, banalizar el suicidio, perseguir la absoluta aniquilación de la Santa Madre Iglesia y de la religión católica, permitir la divulgación de contenidos pornográficos violentos y explícitos, relativizar todo, cambiar la historia, minusvalorar el principio de autoridad de nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, ningunear y menoscabar a nuestras  Fuerzas Armadas;….todo ello tienen una “mano que mece la cuna”: y que tienen muchos nombres; “El maligno”.

Masoneria, izquierda radical, anti sistemas, separatistas, globalizadores nuevo orden mundial, no hay absolutamente ninguna época en que los enemigos de Dios no hayan intentado destruir a la Iglesia. Todos los siglos han visto un modo u otro de persecución y el siglo XX no fue la excepción ni lo es el XXI. Comenzaron por expulsar a Dios de todos los lugares que pudieran: la política, la educación, el ejército… se asesinó  a todos los sacerdotes que pudieron y a las órdenes religiosas, no se castigaban los crímenes contra los miembros de la Iglesia e incluso se alentaban mediante la prensa atea y masónica.

Me han apresado porque se me acabó la munición, ¡pero no me he rendido!; estas fueron las palabras de un niño cristero, se llamaba José Sánchez del Rio y murió tras horribles martirios. Tenía 13 años. Fue beatificado el 20 de noviembre de 2005.

¡¡No me he rendido!! Excelso ejemplo de un niño de 13 años, quien sabedor de su próxima ejecución, escribió una epístola a su madre:

“Mi querida mamá: Fui hecho prisionero en combate en este día. Creo que en los momentos actuales voy a morir, pero no importa, mamá. Resígnate a la voluntad de Dios. No te preocupes por mi muerte, que es lo que me mortifica; antes diles a mis hermanos que sigan el ejemplo que les dejó su hermano el más chico. Y tú haz la voluntad de Dios, ten valor y mándame la bendición juntamente con la de mi padre. Salúdame a todos por última vez y tú recibe el corazón de tu hijo que tanto te quiere y verte antes de morir deseaba”.

Por la memoria de tantísimos mártires españoles y extranjeros, que dieron su vida y entregaron su cuerpo al martirio; para que España fuera católica, no podemos cejar en el empeño.

“Aun no podemos rendirnos, porque no se nos ha acabado la munición”.

Cristo reina, Cristo impera, Cristo vive.

¡¡Viva cristo Rey!!

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Andrés Céspedes

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