Tres años después, la gente va a la calle, con lo mucho que es todo ese trasiego, de gente, pasos y risas sin miedo que esperan a la borriquita que sale. Tres años guardados, pero no escondidos, hemos estado esperando con fe los cristianos de España y de Jerez para poder encontrar nuestros sitios. Nuestros sitios tras un bello misterio en una calle céntrica y estrecha que luego acogerá al paso de palio. Ya resuenan tambores y cornetas por cada uno de los preciosos barrios de esta maravillosa España nuestra.


