Según informa elconfidencialdigital.com Alberto Núñez Feijóo ha comunicado a su Comité Ejecutivo que el PP no va a derogar la ley del aborto.
Para algunos esta noticia será una sorpresa, pero para la mayoría es la confirmación más clara que demuestra que el Partido Popular hace política seguidista de las élites globalistas empeñadas en la cultura de la muerte, y en la esclavización de los pueblos.
Feijóo en realidad no es una alternativa al gobierno socialcomunista de Pedro Sánchez, sino que es reemplazo natural programado para proseguir el avance de la revolución en contra de la libertad. Para las grandes élites Pedro Sánchez ya está amortizado, pues sus continuos despropósitos ya no pueden ser maquillados ni por los mejores expertos en comunicación y necesitaban un nuevo títere para mantener su teatro de confrontación ideológica entre una izquierda y una derecha inexistentes.
El líder popular, que lleva años engañando a los gallegos, se ha propuesto engañar a todos los españoles, y para ello cuenta con los principales medios de comunicación dispuestos a blanquear su pasado y vender su figura como la de un hombre centrista en lo ideológico, pausado en las formas, y comprometido con la correcta gestión de los fondos públicos.
No obstante Feijóo tiene un gran problema, pues entre la vida y la muerte no existen posturas centristas, entre la libertad y la esclavitud de los pueblos tampoco existen términos medios. Feijóo ha sido elegido para defender los intereses del gran capital apátrida, por lo que ni derogará la criminal ley del aborto, ni se opondrá a la ley de la eutanasia, ni realizará ninguna reforma educativa tendente a mejorar la formación de los jóvenes para que estos puedan ganar en capacidad crítica, ni se enfrentará a esa vergüenza que llaman matrimonio de parejas del mismo sexo. Para Feijóo, como para el movimiento globalista, lo importante es seguir apostando por falsas democracias en las que la única libertad posible será la libertad del vicio, de la corrupción de las costumbres, y del error. El nuevo sistema social que están implantando las élites mundialistas solo permitirá los derechos de braguetas, siempre que el pueblo se muestre sumiso a las depravaciones morales más repugnantes.
Feijóo renuncia a dar la batalla cultural, no por estrategia, sino por convicción, pues él mismo es un defensor a ultranza del homosexualismo, de la política de la muerte, de la eutanasia, del aborto, de la eugenesia de las vidas más desvalidas, del laicismo, y de la esclavitud laboral y económica de un pueblo que inadvertidamente ha caído en las redes del liberalismo económico, y del marxismo cultural.
Feijóo está dispuesto a ser la muleta de todos aquellos que solo ofrecen al pueblo miseria, y dependencia del poder político.
Si el PSOE utilizaba como mantra la idea de “progresismo”, el Partido Popular utilizará la idea de “gestión”. Si el socialcomunismo avanzó en la destrucción moral del ser humano, el Partido Popular avanzará en la destrucción de cualquier residuo de libertad y en la destrucción de nuestra soberanía económica y territorial. Bajo la batuta del gallego la política avanzará en la destrucción de la educación, para cercenar la única posibilidad que tienen nuestros jóvenes de conocer la verdad. Bajo su dirección el futuro gobierno avanzará en la expropiación del patrimonio familiar, creando las condiciones macroeconómicas que llevarán al cierre de pequeñas y medianas empresas para facilitar el monopolio de los grandes capitales. Se apostará por la persecución de los trabajadores autónomos para convertir a todos los trabajadores en funcionarios del tirano poder político, o en dependientes del tirano poder económico mundialista.
Feijóo no quiere luchas ideológicas, por lo que seguirá profundizando en los avances de la Ley de Memoria Histórica, en la cultura de la cancelación, en la imposición de la corrección política, y en la persecución a los disidentes del mundialismo masón.
De momento el nuevo líder popular no se ha pronunciado sobre otro de los grandes debates que enfrente a la sana sociedad con la corrupta clase política, pero ya le anticipamos que antes o después se pronunciará a favor del tráfico de esclavos que representa la inmigración irregular, se manifestará a favor de la gran sustitución de los pueblos occidentales de tradición cristianas, por los pueblos de religión musulmana. Feijóo nos venderá aquello de que hay que acoger, de que hay que abrir nuestra cultura, de que es necesario apostar por el multiculturalismo protector de todas las culturas, salvo la cristiana. Nos engañará diciendo que la inmigración subsahariana viene a nuestra tierra en busca de la libertad, cuando todos sabemos que vienen a nuestra tierra para ser esclavizados por un sistema económico dispuesto a pagar sueldos de miseria.
Feijóo seguirá engañando al pueblo español como han hecho todos los políticos desde hace 50 años, seguirá manipulando el sentimentalismo más absurdo para enterrar el raciocinio de una población que embrujada por despreciables flautistas de Hamelin se dirige borreguilmente al despeñadero.
La cristiandad y la cultura occidental están en peligro, en Feijóo la libertad tiene un nuevo enemigo del que es necesario defenderse.
Carlos Mª Pérez- Roldán y Suanzes- Carpegna
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