No creo estar descubriendo la pólvora si digo que los tiempos que corren son harto propicios para desiquilibrados mentales. Así, uno de nuestros objetivos básicos ha de ser mantenernos cuerdos, alejándonos del conformismo mental imperante, absteniéndonos de repetir los mantras que -fabricados por los medios de desinformación- se lanzan a diario a las masas idiotizadas. 

En esto consiste también ser persona: mantener la cabeza fría para poder pensar por uno mismo sin dejarse arrastrar por el emotivismo colectivo.

Tengamos en cuenta que si nuestros pensamientos están de moda, es que no son nuestros en absoluto. 

Si nuestras ideas coinciden con las de la mayoría, eso es que no hemos realizado el esfuerzo de pensar por nosotros mismos. 

Ciertamente, existe una necesidad humana de encajar con el grupo, de integrarse en el rebaño, de recibir la aprobación mayoritaria. 

Sin embargo, tal cosa conlleva las más de las veces rechazar nuestras propias percepciones y certezas, todo lo cual nos convierte en carne de cañón de oscuros manipuladores.

Al respecto, si de verdad aspiramos a cambiar las cosas, tenemos primero que cambiar muchos de esos pensamientos que siempre hemos considerado como propios y que en realidad nos han sido programados. 
Ricardo Herreras

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