El castrochavismo es el sistema que ha usurpado el poder en países como Cuba, Venezuela, Bolivia, Nicaragua, y recientemente Colombia, y que no puede ser considerado como un proceso político, sino como la toma del poder para usos personales poco confesables.

El castrochavismo es una forma de totalitarismo encubierta con ropajes democráticos, una ficción de democracia en la que las instituciones son tomadas por los afines al líder político de turno y usadas sin consideración al bien común. Para el castrochavismo es primordial la toma de la justicia, de los medios de comunicación, y la manipulación de los procesos electorales.

Pues bien, las últimas decisiones tomadas por Pedro Sánchez demuestran que el castrochavismo ha llegado a España y que Sánchez no solo no tiene intención de abandonar la Moncloa, sino que tiene el objetivo de tomar el Palacio de la Zarzuela.

Las elecciones andaluzas, el detonante.

Ningún español puede estar satisfecho con la victoria de Bonilla en Andalucía, pues el líder del PP está plenamente alineado con la agenda globalista y no luchará por los derechos de los andaluces, sino por los privilegios de las élites globalistas, pero menos que ninguno Pedro Sánchez no puede estar satisfecho con los resultados electorales que suponen su imposibilidad para mantener el poder.

Efectivamente las elecciones andaluzas han demostrado que el Partido Popular no solo es capaz de fagocitar a los electores de Ciudadanos, sino que además es capaz de apropiarse de votos socialistas. Por su parte VOX ha demostrado que aún por debajo de las expectativas su crecimiento resulta continuo, y que en unas futuras elecciones nacionales la dupla PP-VOX será capaz de alcanzar la mayoría en el Parlamento. De igual forma los resultados electorales demuestran que el PSOE pierde votos en su principal granero, y que los partidos a su izquierda se desinflan a una velocidad vertiginosa.

En este escenario Pedro Sánchez ha despertado de su sueño de gloria y percibe que el desencanto del pueblo le impedirá renovar su mandato gubernalmental por lo que se ve forzado a articular nuevas formas de presión para adulterar la opinión social, controlar todos los resortes del Estado, e incluso controlar el recuento de votos en unas futuras elecciones.

La izquierda sin posibilidades.

De los socios de gobierno de Sánchez parece que solo conservan sus fuerzas los independentistas catalanes, pues el Partido Nacionalista Vasco (PNV) está cada día más preocupado del avance de la izquierda vasca que con el condenado por terrorismo Otegui está empeñada en formar un nuevo Frente Popular que pone en jaque el liderazgo indiscutible del PNV en las provincias vascas.

La nueva izquierda representada por Podemos y toda la estela de micropartidos, formaciones y plataformas que le acompañan en su suicida viaje están seriamente tocada, no solo por las luchas de poder entre sus diferentes bandos, sino por los espectáculos judiciales que están protagonizando tanto Mónica Oltra como Ada Colau. La única alternativa posible era el proyecto de Yolanda Díaz que se ha demostrado como un proyecto fallido antes de nacer (los resultados electorales de Andalucía son claros)

Sánchez y su golpe castrochavista.

Ante estos datos, Sánchez no se ha inventado una nueva agenda, sino que a decidido aplicarla con una celeridad que no tenía prevista. Desde hace años lleva ocultando al Jefe de Estado, Felipe de Borbón, para ocupar la pista central del circo, y facilitar la expulsión de la Zarzuela de un personaje que le estorba para sus sueños megalómanos, pero sin duda esta semana Pedro Sánchez se ha quitado la última careta que le quedaba y todos podemos ver ya su cara de Maduro, y su poses castristas, pues esta semana ha decidido asaltar la empresa INDRA, empresa estratégica que además de otras cosas controla el recuento de los votos electorales. En este asalto se ha visto apoyado por el dinero apátrida representado por Amber Capital que curiosamente mantiene al deficitario diaria el País.

El control de INDRA no es una jugada maestra, sino una auténtica declaración de guerra para todos aquellos que aún creen en la democracia, pues INDRA será la encargada del recuento de votos en las próximas elecciones, es decir, controlar INDRA es tener la posibilidad de manipular los resultados electorales a su antojo, y no se si los lectores recordarán lo sucedido en las últimas elecciones de Estados Unidos, o en las últimas elecciones colombianas.

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Pero el control de INDRA no le resulta suficiente a Pedro Sánchez, pues es necesario manipular a la opinión pública y crear antes de las elecciones una estado de opinión para que después el pueblo no se sorprenda con unos hipotéticos resultados electorales adulterado, por eso Pedro Sánchez ha decidido reforzar el control que ya tenía del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), y autorizó el pasado miércoles a Tezanos a contratar cuatro “personas de confianza”  para “asesoramiento especial” y realizar “análisis de datos sensibles que sirvan para el asesoramiento de la Administración y Gobierno”. Es decir Tezanos tendrá un equipo para manipular al pueblo antes de las próximas elecciones, y enmascarar cualquier posible manipulación de los resultados.

Pero como golpista bolivariano es necesario ocultar la realidad, manipular los datos, y vender triunfos donde solo existen fracasos, por ello Pedro Sánchez entiende imprescindible controlar igualmente el Instituto Nacional de Estadística (INE), empeñado en publicar datos que no interesan al gobierno como la evolución de los precios de la electricidad o el cálculo del PIB. Para ello ha prescindido de su Presidente, don Juan Manuel Rodríguez Poo, y lo ha sustituido por el afín don Israel Arroyo, hasta la fecha secretario de Estado de Seguridad Social. Con el control del INE Pedro Sánchez se asegura poder cocinar todas las estadísticas oficiales, y vender la imagen que desee en cada momento.

Y como buen castrochavista ha decido intensificar el control que ya tiene de la Justicia, pues no le es suficiente controlar la fiscalía con doña Dolores Delgado, sino que esta misma semana anunció que pretende renovar la la mayoría en el Tribunal Constitucional mediante un cambio legislativo que contará con el apoyo del bolivariano PODEMOS.

La necesaria reacción.

Del popular y globalista Feijóo poco cabe esperar, pues su gestión en Galicia nos da la medida exacta del personaje, por ello resulta necesaria la reacción del pueblo. Resulta necesario que el pueblo tome las calles y denuncie la escalada de precios, la elevada tasa de desempleo que ha generado la política económica de Sánchez, denuncie la manipulación de la Justicia y los medios de comunicación, denuncia la altísima tasa de personal elegido a dedo para controlar los diferentes organismos oficiales, denuncie la manipulación de los menores mediante un aberrante sistema educativo diseñado para eliminar cualquier sentido crítico, denuncie la ideología de género y al movimiento LGTBi que se nos está colando de forma descarada, denuncie la venta de nuestro país a la élites globalistas, y denuncie por último, y más importante, el poco respeto a la vida de unos políticos desalmados empeñados en defender el asesinato de niños y el ajusticiamiento de nuestros mayores, mediante inmorales leyes como las del aborto, y la eutanasia.

Carlos María Pérez- Roldán y Suanzes- Carpegna

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