Hoy no hablaremos de política, sino de mitos, aunque por el título pudiese parecerlo. La cuestión es que desterrada ya toda la cultura clásica de las escuelas, grandes referencias literarias se han perdido, y hoy, venimos a rescatar una de ellas.

Europa era, según la mitología grecolatina, una princesa fenicia, hija de Agenor. Un día, Europa paseaba por las playas de lo que hoy podría llamar el Líbano, y allí, Zeus la distinguió por su especial belleza y se sintió atraído por ella.

Entonces, Zeus se transformó en un toro blanco para tratas de seducirla, y se mezcló con el resto de animales que tenía el padre de la joven Europa. Ella, que fue capaz de ver al toro blanco por resaltar entre todas las bestias que allí había, se acercó a Zeus sin saber quien era y acarició sus costados. Al ver la supuesta mansedumbre del toro, Europa decidió montarse sobre él. En ese momento, Zeus comenzó a correr hacia el mar y se llevó a Europa consigo.

Con Europa a sus lomos, Zeus llegó a la isla de Creta, y allí, le reveló a la princesa quien era él en realidad.

Europa se convirtió en la primera reina de Creta y recibió de Zeus varios regalos: a Talos, un autómata gigante de bronce que protegía la isla;  a Lélape, un perro que siempre atraparía a su presa; y una jabalina que jamás fallaría. 

Europa tuvo tres hijos con Zeus en la isla de Creta: Minos, Radamantis y Sarpedón. Más adelante, Europa se casó con el rey de Creta, Asterión, quien aceptó a los tres hijos del dios como propios. 

Finalmente, Zeus se marchó y dejó en el cielo la forma del toro blanco en las estrellas. Es lo que hoy conocemos como la constelación de Tauro.

El mito del rapto de Europa ha sido llevado al arte en multitud de ocasiones. En el Museo del Prado, por ejemplo, tenemos una pintura de Rubens en la que se recrea la escena del rapto y que estuvo inspirado en uno similar de Tiziano de quien Rubens imitó la técnica, el empleo de los colores y una composición ligera que dio paso a una pincelada más suelta.

Pero no sólo debíamos hablar de Tiziano y Rubens en la representación de este mito, pues Rembrandt lo pintó en estilo barroco con un carácter más realista y menos épico que los artistas que acabamos de citar. El rapto de Europa de Rembrandt representará ropajes contemporáneos a su época y un paisaje propio holandés.

Finalmente, no quisiera acabar este artículo sin citar al Rapto de Europa de Goya y a invitarle al lector a apreciar las bellas obras hoy aquí mencionadas.

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