Ni soy profeta ni soy vidente. Pero si estoy atento a la realidad de la calle y lo que dicen y piensan los de “a pie”, los mismos que se cuecen en el bus o en la calle, sin coche oficial y , menos aún, sin Falcon…

Si estamos sufriendo un “verano caliente”, el otoño que se avecina puede ser “ardiente”: con una inflación desbocada, unos problemas energéticos terribles, sin el “tirón” económico del turismo de “sol y playa” – que tampoco está siendo tan fuerte como nos habían anunciado -, sin ver la luz al final del maldito “virus chino” y, por si fuera poco, agravándose las consecuencias de la injerencia europea en el conflicto de Rusia y USA en Ucrania.

Sin gas, con las gasolinas por las nubes y la luz intocable ya veremos como enfrentamos los rigores del invierno.

Y sin olvidar el aluvión de inmigración ilegal que se agrava con la promoción de la misma desde Argelia y con Marruecos – que pese al chantaje a Sánchez – que no disminuye él envió de oleadas invasoras a nuestras costas peninsulares e insulares.

Tampoco olvidemos el incremento de la inseguridad ciudadana, por mucho que los medios a sueldo del sistema, se esfuercen en ocultarlos y silenciarlos.

España hoy va a la deriva. Y el mismo gobierno frente populista cada vez se parece más a una jaula de grillos. Con un “Sancheztein” tratando de ensayar diversos cambios en su partido a la desesperada, sin reconocer que el verdadero problema es el y la deriva ultra izquierdista en que este empeñado.

No va a recuperar la calle con su “ingeniería social” sobre trans, gays, y, ya en el colmo de las aberraciones, lo de la Desmemoria Partidista y su coletilla de anular la concesión de títulos nobiliarios incluso dados a víctimas del terrorismo – Ducado de Calvo Sotelo, Ducado de Carrero Blanco – y a los concedidos por el Rey Juan Carlos (Ducado de Franco, Señorío de Meiras, Marquesado de Arias Navarro…).

Eso si cada vez hay más violaciones, más asaltos a viviendas, más reincidentes en las calles y menos agentes del orden patrullando, pues hay que dar protección a los miles de politiquillos, los mismos que no se cansan de predicar lo “segura que es España”.

Visto lo que se nos avecina ¿será probable este adelanto electoral? ¿Votaremos en octubre o en noviembre?

Que Dios nos pille confesados.

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