La izquierda viene promoviendo un discurso contracultural en el que Occidente y el Cristianismo son siempre los culpables de todos los males y, por tanto, ha de procederse a la erradicación de todo lo que significan en nuestra sociedad. Dicen querer poner en su lugar conceptos como el progreso, la diversidad y la tolerancia, pero la realidad es muy distinta. La izquierda encaja muy mal la discrepancia y la disparidad de opiniones, tacha como “odio” todo aquello que no le gusta y parece tener una insana propensión a identificar como “progreso” cualquier barbaridad, por muy descabellada que sea, con la única condición de que contradiga los valores cristianos.

The New York Times y su artículo blanqueando el canibalismo

De momento, el último episodio de este proceso de subversión de las bases morales de Occidente llegó el pasado sábado. The New York Times (NYT), uno de los referentes mundiales del progresismo mediático, publicó un alucinante artículo blanqueando el canibalismo. El mensaje en el que el NYT anunció esa noticia ha causado un escándalo en Twitter. Y no es para menos. Ojo al texto: “El canibalismo tiene un tiempo y un lugar. Algunos libros, películas y programas recientes sugieren que ahora es el momento. ¿Puedes soportarlo?” Bajo estas líneas puedes ver el tuiteo en cuestión, que ha recibido una avalancha de críticas y de comentarios mordaces.

Cannibalism has a time and a place. Some recent books, films and shows suggest that the time is now. Can you stomach it? https://t.co/JzU1QRPYxV— The New York Times (@nytimes) July 23, 2022

Uno de los comentarios más acertados sobre esta majadería del NYT lo ha escrito el periodista conservador Jon Gabriel: “La cultura postcristiana se parece mucho a la cultura precristiana“.

Curiosamente, en 2020 el NYT publicó un artículo titulado: “¿Qué pasaría si la carne que comiéramos fuera humana?” El artículo incluía críticas al consumo de carne animal y al capitalismo. Parece que el NYT ha pasado de utilizar el canibalismo como reclamo contra el consumo de carne animal, a proponerlo como una alternativa. Tal vez en los cenáculos ecologistas de la izquierda alguien haya tenido la “brillante” idea de que ésta es la mejor forma de acabar con la humanidad (a la que ven como un amenazante parásito para el medio ambiente). La “solución final” de la izquierda para su catastrofismo ecologista ya no sería el aborto ni la eutanasia, sino que nos comamos los unos a los otros.

Por el catastrofismo ecologista hacia el canibalismo

Hay que decir que no es la primera vez que la izquierda intenta poner de moda el canibalismo. El entomólogo estadounidense Paul R. Ehrlich, uno de los más conocidos promotores del mito de la superpoblación y del catastrofismo ecologista (su libro “The Population Bomb” de 1968 es la biblia del neomaltusianismo) propuso en 2014 el canibalismo como una forma de evitar la superpoblación. No es la única barbaridad que ha apoyado este individuo. Recordemos que también apoyó que se prohiba a las mujeres tener tantos hijos como quieran. Así mismo, ha propuesto el aborto como remedio contra el paro y como medida de protección del medio ambiente.

Muy influida por la obra de Ehrlich, en 1973 se estrenó la película “Soylent Green” (traducida en España como “Cuando el destino nos alcance”), una obra distópica sobre un futuro marcado de superpoblación, hambre y desastre ecológico, en el que se usaban cadáveres humanos para producir un alimento, el Soylent Green, con el que alimentar a la población, pero sin revelar su origen. Aquella película mostraba el canibalismo como un horror, pero cabe preguntarse si algunos no lo están planteando ya como una solución a un problema que ni siquiera existe o que, en todo caso, podría llegar a existir por culpa del fanatismo ecologista y su empeño en que renunciemos a consumir carne animal.

En 2021 El País habló sobre la eficiencia alimenticia del canibalismo

En España, el diario socialista El País publicó en 2021 una delirante noticia sobre el caso Armie Hammer, en el que se podían leer afirmaciones como éstas: “El canibalismo siempre ha fascinado a la mente humana, llevándola territorios oscuros y resbaladizos. (…) El deseo de ingerir partes de otras personas ha tenido una fuerte presencia en la cultura popular. (…) En España se encuentran evidencias de canibalismo en yacimientos como el de la Gran Dolina, en Atapuerca, relacionados con el Homo antecessor, de unos 800.000 años de antigüedad. Según algunas investigaciones era la forma más eficiente de alimentarse“.

¿Una forma de poner a prueba lo manipulables que somos?

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Llegados a este punto, estaría bien empezar a preguntarse: ¿cuántas de las aberraciones que propone la izquierda responden a su propensión por llevarle la contraria al Cristianismo en todo, y cuántas responden a posibles trastornos de los personajes más influyentes de esa parte del mapa político? Eso, por supuesto, sin excluir la posibilidad de que algunos ideólogos de la izquierda estén poniendo a prueba la elasticidad moral de nuestra sociedad y su capacidad para aceptar cualquier barbaridad, por descabellada que sea, midiendo así nuestra capacidad para ser manipulados: la clásica ventana de Overton.

Este artículo se publicó originalmente en el blog contandoestrelas.

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