Una imagen cada vez más ubicua en nuestros pueblos -en especial cuando se celebran sus fiestas patronales- son los llamados «puntos violeta contra la violencia de género» (sic).

Es verdad que en las zonas rurales apenas hay ya niños, escuelas, consultorios médicos, sucursales bancarias, cuarteles de la Benemérita, boticas, telefonía e internet decentes, autobuses que hagan escala en ellos, etc., eso por no hablar de trabajo, con una agricultura y ganadería en franca decadencia… ¡pero no pasa nada porque ahora tenemos muchos «puntos violeta»! 

He ahí un precisa metáfora de la cínicamente llamada «España vaciada»…por políticastros (de izquierdas y de derechas) adictos al postureo hipócrita e inane en alianza con toda suerte de chiringuitos, observatorios, etc., de carácter parasitario.

Todos costeados no con nuestros impuestos como se dice, sino con los impuestos de nuestros hijos, nietos, bisnietos…en una deuda sin fin. 
Ricardo Herreras 

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