La esclavitud es una lacra que tiene su origen en los albores de la historia. Una lacra que sólo fue plenamente abolida, por cierto, en los países de Occidente.
Un comercio de esclavos que aún se da en África y en Oriente Medio
He comenzado este artículo señalando que la esclavitud “es” una lacra. He dicho “es”, y no “fue”, porque aún hoy en el mundo centenares de miles de personas siguen siendo víctimas del comercio de esclavos. Concretamente, esa institución sigue existiendo en países africanos como Mauritania República Centroafricana, Burundi, Eritrea y Sudán del Sur, y en países de Oriente Medio como Irán, Pakistán y Afganistán. Significativamente, y esto es un hecho ignorando por gran parte de la humanidad, el país con mayor porcentaje de esclavos es una dictadura comunista: Corea del Norte.
¿No hubo esclavos blancos europeos?
Sobre la esclavitud hay muchos tópicos erróneos. Uno de ellos fue el publicado en El País: “¿Qué pensaríamos de la trata de esclavos si la hubieran sufrido los blancos?”, se preguntaba el diario socialista en un titular para anunciar una novela de Bernardine Evaristo basada en la hipótesis de “que los esclavos hubieran sido los europeos”. Parece que la señora Evaristo y El País tienen muy pocos conocimientos de historia, porque la realidad es que los blancos europeos han sido víctimas de la trata de esclavos durante siglos.
La entrada de Mehmed II en Constantinopla. En el mundo islámico la esclavitud se extendió bastante durante la Edad Media porque la sharía la consideraba aceptable contra los infieles (Fuente: Musée des Augustins / National Geographic).
Esclavos blancos europeos: desde la Antigüedad hasta el Islam medieval
Esta trata comenzó con los inicios mismos de la historia. En la Grecia y la Roma antiguas, la esclavitud era una institución muy extendida, y la mayor parte de los esclavos eran tan blancos como sus amos. En la Edad Media la esclavitud tendió a desaparecer en la Europa cristiana, o más bien se convirtió en servidumbre, una institución menos brutal. Donde sí pervivió la esclavitud fue en el mundo musulmán y en Bizancio, el Imperio Romano de Oriente.
De la mano de las invasiones islámicas, esa institución se extendió por los Balcanes y por la Península Ibérica durante la Edad Media. A menudo, los musulmanes tomaban a sus esclavos de los territorios cristianos que conquistaban. Fue el caso de decenas de miles de cristianos armenios de la ciudad de Duin en el año 640 y de las campañas que emprendió el caudillo musulmán Almanzor contra los reinos cristianos españoles a finales del siglo X y principios del XI, como ya indiqué aquí.
Una joven eslava siendo vendida como esclava por los vikingos a un mercader persa (Imagen: Tom Lovell / National Geographic).
El tráfico de esclavos cristianos en Al-Ándalus
La pervivencia de la esclavitud en el mundo islámico se debe, en gran medida, a que la sharía o ley islámica “permitía la esclavitud de los infieles, y por tanto, la esclavitud de los cristianos españoles y también de los animistas negroafricanos, que constituían su principal mano de obra”, como señala Aurelia Martín Casares en “Esclavitud negroafricana”. Este tráfico se dio también en Al-Ándalus, los reinos islámicos de la Península Ibérica, como señala Concepción Villanueva Morte en “El esclavismo islámico medieval. Una perspectiva andalusí (siglos VII-XIII)”:
“El fenómeno esclavista ha estado intrínsecamente ligado al mundo musulmán desde que la religión coránica empezó a difundirse, alcanzado gran desarrollo a medida que la doctrina se expandía por medio de la conquista. Esto hecho provocó que, en el seno de la sociedad islámica, la esclavitud se consolidara a través de unas características propias, generando un importante tráfico de cautivos entre diversos territorios por medio de diversas técnicas de captación de personas. Uno de ellos fue Al-Ándalus, el cual se convirtió en una fuente muy notable de aprovisionamiento de esclavos y en un punto de referencia en el que convergían diversas rutas”.
Sobre la procedencia de las víctimas del comercio musulmán de esclavos, la misma autora señala:
“Las descripciones realizadas por Ibn Hawkal en el siglo X permiten establecer que el Magreb era una fuente notable de esclavos negros. Los blancos, según él, procederían principalmente de la Península Ibérica. Un gran número de estos eran enviados al mundo islámico oriental para satisfacer la importante demanda de esclavos cristianos, negros y eslavos. La mayoría de ellos en su trayectoria hacia Oriente atravesarían Kairuán, la ciudad más rica del Magreb en lo que respecta a esclavos, marfil o polvo de oro”.
Jóvenes eslavas siendo llevadas como esclavas por musulmanes tártatos (Imagen: Cuadro del pintor polaco Tadeusz Popiel).
Entre 1,25 y 2 millones de esclavos blancos entre los siglos XVI y XVIII
Villanueva también señala otro de los grandes grupos de esclavos blancos que sufrían el comercio de personas a manos de los conquistadores musulmanes: “Entre los esclavos blancos, los de mayor importancia entre la sociedad musulmana eran los eslavos (saqaliba) y los turcos, aunque con mayor preferencia los primeros“. Hay que señalar que la esclavitud en el mundo islámico no desapareció con la Edad Media, sino que continuó en los siglos siguientes hasta el declinar del Imperio Otomano.
En 2011, la BBC publicó un estudio de Robert Davis (“British Slaves on the Barbary Coast”) en el que calculaba que 1,25 millones de blancos europeos fueron víctimas del comercio de esclavos a manos de los musulmanes entre 1530 y 1780. El autor añadía: “Los esclavos blancos en Berbería generalmente provenían de familias empobrecidas y tenían casi tan pocas esperanzas de recuperar su libertad como los africanos llevados a las Américas: la mayoría terminaría sus días como esclavos en el norte de África, muriendo de hambre, enfermedad o maltrato“.
Ya en la Edad Moderna, un centro importante del comercio de esclavos fue el Kanato de Crimea, un estado tártaro musulmán que era vasallo del Imperio Otomano. Mikhail Kizilov escribió lo siguiente sobre la trata de esclavos en ese estado en su estudio “Slaves, Money Lenders, and Prisoner Guards: The Jews and the Trade in Slaves and Captives in the Crimean Khanate”:
“El comercio de esclavos y cautivos fue una de las fuentes de ingresos más importantes (si no la más importante) del Kanato de Crimea en los siglos XVI al XVIII. Según algunas estimaciones, en la primera mitad del siglo XVII, el número de cautivos llevados a Crimea era de alrededor de 150.000 a 200.000 personas. Según el estudio más reciente de Darjusz Kołodziejczyk, basado en el examen exhaustivo del autor de diversos material de origen, una cantidad de cautivos transportados por los tártaros de Crimea desde Polonia-Lituania y Rusia (sin incluir el Cáucaso) se acercó a 10.000 por año, es decir, dos millones para el período entre 1500 y 1700. Por lo tanto, el comercio de esclavos del Mar Negro fue completamente comparable en tamaño con el comercio de esclavos en el Atlántico del mismo período (aproximadamente dos millones entre 1451 y 1600), y disminuyó solo en el siglo XVIII”.
Cristianos europeos sometidos a esclavitud en Argelia a comienzos del siglo XIX (Imagen: G. A. Jackson / Wikimedia).
Kizilov añade: “los relatos de viaje de los autores cristianos de ese período están llenos de descripciones de los sufrimientos de los esclavos cristianos capturados por los tártaros de Crimea en el curso de sus incursiones a los estados adyacentes a los kanatos de Crimea (principalmente a Polonia y Rusia). El embajador lituano en Crimea, Michalon Lituanus (Mikhail Litvin), por ejemplo, describió la triste situación de sus compatriotas, a quienes había visto en el mercado de esclavos en Caffa (este de Crimea).” Kizilov también cita el testimonio de un viajero otomano, Evliya Çelebi, que describió así el mercado de esclavos de los tártaros en Karasubazar: “Un hombre que no había visto este mercado, no había visto nada en este mundo. Una madre es separada de su hijo y de su hija allí, un hijo de su padre y de su hermano, y son vendidos entre lamentos, gritos de ayuda, llanto y dolor“.
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Una parte de la historia que no encaja en las tesis racistas de la cultura ‘woke’
No es una mera coincidencia que esta parte de la historia esté siendo silenciada. La cultura “woke” que promueve la izquierda política, mediática y académica sostiene la idea racista de los blancos como opresores de las demás razas, refiriéndose a las personas de las razas “oprimidas” como “racializadas”. Estas teorías han alimentado poderosamente a movimientos de extrema izquierda como Black Lives Matter, que ha manifestado su cristianofobia a la par que su simpatía por el Islam. Que el mundo islámico traficase con esclavos cristianos europeos no cabe en ese esquema racista del mundo y de la historia, así que se omite sin más y se nos intenta hacer creer que la lacra de la esclavitud fue una perversidad esclusiva de los blancos occidentales y que ellos nunca la padecieron. Una mentira que contradice los hechos históricos.
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