(Gaudium Press) La misa celebrada el pasado sábado en la Basílica de Luján, Argentina, presidida por el Arzobispo local Mons. Jorge Eduardo Schenig, por las intenciones de la vicepresidenta Cristina de Kirchner, sigue levantando polémica. La misa ocurría después del intento de asesinato muy publicitado por los medios y que algunos cuestionan en su autenticidad.

A la misa asistió el presidente de la república, ministros de Estado, y simpatizantes kirchneristas. En las intenciones se pidió “por la vida de la señora vicepresidenta”, anuncio que fue seguido por los aplausos de los asistentes al santuario.

En la homilía el Arzobispo pareció anticiparse a la polémica cuando dijo que “mucho lamentaría que se malinterprete este gesto. La Virgen de Luján es Inmaculada y cualquier mala intención lejos de mancharla a ella nos mancha a nosotros mismos”.

Luego, en las peticiones, tras implorar a Dios el auxilio por el Papa y gobernantes, se dijo: “Te pedimos Señor, que así como cuidaste la vida de la señora vicepresidenta de la nación, Doctora Cristina Fernández de Kirchner, sigas cuidando la vida de todos los argentinos y argentinas y te pedimos que nunca más se instale la violencia poniendo en riesgo la convivencia democrática”.

Tras la eucaristía las redes sociales se encendieron con numerosas críticas:

“Repudio total a la ‘misa’ militante, ensuciando un emblema del país como es la Basílica de Luján y demostrando, una vez más, que la Iglesia en argentina es solo un brazo más del poder peronista. Lo católicos nos quedamos sin referentes”, es solo una de las muchas expresiones en las redes.

Declaraciones del Arzobispo

Tras la eucaristía, el Arzobispo ofreció unas declaraciones, ya en plena polémica:

“Quisiera hacer una aclaración. Este fin de semana los obispos de la Argentina invitamos a todos a rezar por la paz, no pensamos en una Misa o evento central, sino que se haga en todas las misas y santuarios, pero cuando el intendente de Luján me propuso hacer esta Misa le dije que sí, que me parecía bueno”.

No obstante, siguió el Prelado, “fue creciendo en envergadura la Misa y yo quiero pedir disculpas de verdad, lo quiero hacer de corazón, porque tal vez yo no invité por no querer hacer algo tan importante. Me equivoqué, metí la pata, como decimos”.

Por lo demás, el gobierno de Alberto Fernández, representado en esa misa por él mismo, se ha destacado por promover o apoyar graves medidas anticatólicas, como la despenalización del aborto, a finales del 2020, entre otras.

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