Por Iván Guerrero Vasallo

Pienso que hay tres modelos para Europa pero sólo uno de ellos es viable. Hay dos reconocidos y reconocibles, pero dos modelos que, en esencia, surgen del liberalismo, grave error. El que está instalado en nuestro tiempo, el »modelo UE» y otro modelo que es el que apoyan los autoproclamados »patriotas» o sea, los »liberales conservadores».

El primero, el »modelo UE», da la sensación que pretende crear un todo homologado según las directrices de la agenda de las élites luciferinas, es decir, una continente o incluso un mundo formado por »provincias» formadas a su vez por masas informes y grotescas de borregos descerebrados listos para servir en última instancia al Príncipe de la mentira.

Luego está el segundo modelo que es el de los »patriotas» ese modelo de reafirmar las identidades y las diferentes culturas y con ellos las soberanías nacionales.

Para mi ninguno de los dos modelos es viable a largo plazo.

El primero porque lo que pretende no es sólo acabar con naciones y sociedades civilizadas sino destruir al propio ser humano para luego convertirse en una especie de »borrego de granja». Lo pretendido por la »revolución» desde el principio.

Del segundo modelo no vayan a pensar que estoy del todo en desacuerdo, pero le veo fallas. Ante un incremento de la reivindicación de la cultura y tradición e incluso tal vez nos puede llevar a la etnia propia de ese país podría conducirnos posiblemente hacia un nacionalismo furibundo. Está bien el sentirse orgulloso de una patria, de una tradición y de una cultura propia de esos lugares por supuesto pero eso como todo en exceso puede desembocar en un nacionalismo rancio. Aparte se necesita un vínculo entre naciones y si reafirmamos en demasía lo que nos divide y no lo que nos une difícil se haría conseguir ese vínculo. Encima vinculados por medio del error liberal mal vamos e iríamos. En fin, potenciar lo que nos divide (no estoy en contra de la diversidad, no se me malinterprete) sin potenciar también y a la vez lo que nos vincula es hacer en el fondo »castillo en el aire».

Por eso yo creo que hay un tercer camino, una especie de tercera vía, la Católica, y esa pasa para empezar por regresar no sólo a la recuperación de los antiguos valores y tradiciones simplemente de los países sino lo que nos vinculaba claramente a todos y ese camino pasa por crear instituciones, por supuesto comunes, pero que nos vinculen estrecha y voluntariamente. Dos poderes fueron siempre muy importantes en ese proyecto común, el religioso (»Papal») y el secular o imperial. 

Está claro que el papal se tendría que aclarar previamente las ideas pues yo creo que a día de hoy no las tiene muy claras y luego reforzar y dudo que apoyaría igual esta vía hoy en día y más con este Papa o parecidos. También claro está que habría que »resucitar» la Corona Imperial, sacándola del fango donde la metió la incompetencia y los enemigos del catolicismo. 

Dos gobernantes católicos, el Imperial y el Papal, íntegros e incluso honrados también serían necesarios. Y a partir de ahí se podrían forjar o restituir también en torno a esas dos otras para conseguir una cierta felicidad colaboración entre todas las naciones. Llámenme iluso si quieren pero esa es la única solución viable a largo plazo para el continente y puede que para el mundo.

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