Ayer el Partido Socialista tuvo la infeliz idea de reunir a los tres peores presidentes de nuestra democracia, en un acto en el que exhibió su absoluta desvergüenza.

González: «la verdad es lo que los ciudadanos creen que es verdad»

El propósito del PSOE al reunir a esos tres nefastos personajes fue inaugurar una exposición el 40º aniversario de su victoria en las elecciones generales de 1982. González, acompañado de Pedro Sánchez y José Luis Rodríguez Zapatero, afirmó: «Hay una verdad que he aprendido: en democracia, la verdad es lo que los ciudadanos creen que es verdad. Muchas veces nosotros sabemos que las razones se confunden, pero al final esa verdad, que es lo que creen los ciudadanos que es verdad, se traduce en decisiones de voto, y esas decisiones de voto nos llevan o nos alejan del poder«. Aquí el vídeo:

Desnudando la estrategia de manipulación del PSOE

Las caras que ponían Sánchez y Zapatero eran un poema. Y es que sin comerlo ni beberlo, González estaba desnudando en directo -pues el acto se retransmitió a través de Youtube– la idea manipuladora que ha guiado el PSOE durante décadas, una idea puramente relativista, según la cual la verdad es manipulable y que consiste simplemente en la percepción que tienen las personas en cada momento. Y esa falsa definición de la verdad sirve para conquistar el poder y retenerlo, en el caso del PSOE a cualquier precio.

La de González es una confesión escandalosa, y más teniendo en cuenta que la hace un partido que se ha pasado décadas atacando a la independencia judicial, a los medios de comunicación críticos, dedicando sumas astronómicas de dinero público a publicidad institucional con el fin de obtener el favor de los medios y premiar la fidelidad de sus afines, y promoviendo leyes con las que han querido reescribir desde la vida humana hasta la historia, con el fin de ocultar el oscuro pasado del PSOE y sus crímenes durante la Segunda República y la Guerra Civil, crímenes que incluyen un golpe de Estado en 1934 y el asesinato de uno de los líderes de la oposición en 1936 y la masacre de 5.000 presos políticos (niños incluidos) en Paracuellos durante la Guerra Civil.

Una idea que es común a todas las franquicias del socialismo

Hay que decir que esa idea totalitaria de que la verdad es manipulable no es exclusiva de los socialistas españoles. El socialismo en general y en todas sus franquicias (incluidas el comunismo y el fascismo) se basa en la idea de que el Estado tiene que invadir la esfera privada, apropiándose de cada vez mayores porciones de riqueza, limitando los derechos fundamentales y erosionando las instituciones democráticas para ponerlas al servicio de su partido. Eso es lo que ha ocurrido cada vez que el PSOE ha gobernado en España en los últimos 40 años, y una consecuencia de ello han sido descarados abusos de poder y sondados escándalos de corrupción.

Tres personajes nefastos que han llevado a España a la ruina

Hay que recordar, así mismo, que esos tres personajes han arruinado España con sus disparatadas recetas socialistas cada vez que el PSOE ha gobernado. González desató esa primera crisis en 1993 a causa de los despilfarros que hizo con los fastos de 1992: acabó costándole la pérdida del poder en 1996. Zapatero dejó a España en quiebra, sumiendo al país en una grave crisis de la que aún no se había recuperado: eso le costó perder el poder en 2011. Pedro Sánchez ha superado en ineptitud a sus dos predecesores socialistas, dejando a España maltrecha y como el furgón de cola de la economía europea. Gracias a esos tres personajes, hablar de PSOE es hablar de paro, ruina y pobreza.

Pero a diferencia de lo que piensan algunos, la peor faceta del PSOE no es la económica. Donde más daño ha hecho el socialismo es en materia de libertades y democracia. Los mandatos de González, de Zapatero y de Sánchez se han caracterizado por igual en el acoso a los medios libres, los ataques al Poder Judicial, la corrupción institucionalizada (el ejemplo más claro de ello es Andalucía, donde el PSOE gobernó de forma ininterrumpida durante 40 años) e incluso el terrorismo de Estado, un hecho ocurrido durante el mandato de González y que llevó a uno de sus ministros a prisión. A su vez, Zapatero pactó con los asesinos de ETA y Sánchez gobierna con el apoyo de los herederos de esa banda criminal, además de sumar a los comunistas de Podemos al gobierno.

Una estrategia de manipulación que explica la supervivencia del PSOE

Cualquier otro partido con este siniestro historial ya habría desaparecido del mapa político. Ése no ha sido el caso del PSOE, y no sólo porque muchos de sus votantes sean inmunes a las cafradas que comete ese partido, sino también -y sobre todo- porque los socialistas han tejido un entramado de poder con el que ellos dictan lo que es correcto y lo que no, lo que es verdad y lo que no, hasta tal punto que sus rivales del PP, cada vez que han llegado al poder, han dejado intactas todas las leyes ideológicas del PSOE por miedo a las campañas de señalamiento y de agitación promovidas por la izquierda.

No era difícil de adivinar el objetivo de esas leyes ideológicas del PSOE, de su afán por controlar los medios de comunicación, de sus asaltos al Poder Judicial y de su degradación de las instituciones democráticas: perpetuar al PSOE en el poder. Para ello, incluso han llegado al extremo de hacer creer que la democracia comenzó con los socialistas en 1982, y no de la mano de Adolfo Suárez y la UCD cinco años antes, en un intento de confundir socialismo con democracia. El PSOE lleva años haciendo de la mentira su forma de conquistar el poder, retenerlo y sobrevivir a sus escándalos, y ahora González ha tenido el descaro o el desliz de confesar sin tapujos cómo lo han hecho: manipulando a la gente para que la verdad sea lo que el PSOE diga. Una idea puramente orwelliana y que demuestra lo que el PSOE es en realidad: un partido totalitario.

Este artículo se publicó originalmente en el blog https://www.outono.net/

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