Por Attilio Faoro
La historia de los países occidentales, incluida Francia, está entrelazada con la esclavitud, el racismo, el colonialismo, el sexismo y la homofobia. Por eso hay que deconstruirla para que la igualdad triunfe plenamente. Esto es, en pocas palabras, lo que afirma la ideología «despierta» , que pretende defender a las minorías -especialmente las sexuales y raciales- «oprimidas» por la mayoría blanca, heterosexual y «patriarcal».
Originalmente, este movimiento nació en los campus universitarios estadounidenses para promover una vigilancia prudente – «woke» en inglés significa mantenerse «despierto»- frente a actos considerados discriminatorios contra ciertos grupos denominados minoritarios. Con el tiempo, el movimiento wake se ha transformado en un poderoso lobby cuya principal actividad es llevar a cabo una verdadera cacería de brujas contra lo que considera «racista», «homofóbico», «sexista», «transfóbico», «islamofóbico», «gordofóbico» o «especista», es decir, que se considera superior a los animales.
Esta ideología está en el origen de movimientos sociales ampliamente difundidos en los medios, como las «marchas por el clima» o el movimiento » Black Lives Matter «, que ha conseguido que todas o casi todas las selecciones nacionales de fútbol se arrodillen durante los himnos nacionales en la Eurocopa de 2021 para rendir homenaje a un matón negro brutalmente asesinado por un policía en Estados Unidos.
Colbert, los mosquitos y la escritura inclusiva
En Francia, este movimiento está liderado por la musa «antipolicía» Assa Traoré -hermana de Adama Traoré, un criminal que también murió durante un arresto policial- y por el escritor y ahora diputado Aymeric Caron, adalid del veganismo y acérrimo defensor del derecho a la vida… de los mosquitos!
Siempre listos para salir al campo blandiendo el arma de la moralidad, los activistas de Woke se desquitan con nuestras estatuas, en particular las de Napoleón y Colbert, acusados de haber promovido la esclavitud, y contra nuestro lenguaje, que quieren deconstruir a través de la llamada escritura inclusiva. Infin, incluso se desquitan con nuestra gastronomía, culpable, según un investigador del CNRS, de ser un «instrumento de la identidad racial dominante».
Toda esta histeria sería irrisoria si sólo fuera obra de algún militante ilustrado o estudiante atrasado. Pero, por desgracia, el «pensamiento» despertado se está extendiendo por toda la sociedad: en Burdeos, el árbol de Navidad ha sido retirado del municipio en nombre de los «derechos de los árboles», aparecen escritos inclusivos en los documentos administrativos, los hombres que declaran pertenecer al «género» femenino tienen permitido usar las duchas de niñas en la escuela…
Notre-Dame de París, el blanco del wokismo
El filósofo transgénero español Paul Preciado, antes conocido como Beatriz, aprovechó la publicación del informe Sauvé sobre los delitos de pedofilia en la Iglesia francesa para exigir la expropiación de Notre-Dame de París por parte del Estado francés.
En un artículo publicado en Mediapart el 12 de octubre de 2021, pidió que la más famosa de las catedrales francesas se transforme en «un centro de investigación feminista, queer, trans, antirracista y antiviolencia sexual».
El intelectual despierta llega a pedir que Notre-Dame de Paris pase a llamarse «Nuestra Señora de los sobrevivientes del crimen de pedofilia». Lejos de asumir una blasfemia, Preciado alaba nada menos que «una revolución». La historia muestra que los dos a menudo van juntos…
El wokismo es una ideología totalitaria que extrapola y exaspera el esquema marxista de la lucha de clases en todas las relaciones humanas de una forma no vista desde la Revolución Cultural de Mao Tse-tung... Si Occidente no tiene cuidado, estos fanáticos sin sentido podrían estar sepultándolo. Sin flores ni coronas.
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Este artículo se publicó originalmente en italiano en https://www.atfp.it/
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