Ya sabemos cómo hablan los Malos. Cuando nos dicen “SU VERDAD”, están propagando “SUS MENTIRAS”; cuando hablan de “RECOMENDADO”, lo quieren hacer “OBLIGATORIO”; cuando nos “PROTEGEN”, nos ”ROBAN NUESTRA LIBERTAD”; cuando nos hablan de “SALUD”, se refieren a la “ENFERMEDAD”, y la enfermedad la definen ellos –aunque sea asintomática-; cuando hablan de “COMITÉS DE EXPERTOS”, se refieren a sus opiniones en boca de sus “SICARIOS”. Lo hemos visto recientemente y la metodología va a ser repetida en los siguientes asaltos de la agenda 2030.
En la “pandemia”, la excusa de la enfermedad, y nuestra salud, se nos llevó a un confinamiento, a una histeria colectiva, a la negación de auxilio de los enfermos en las residencias de ancianos, a la soledad de los enfermos, a la culpabilización de los jóvenes, al uso de medios experimentales, a protocolos de dudoso éxito, a la limitación del culto religioso, etc. Sólo hubo algo bueno, mucha gente despertó y sigue despertando. Los Malos imponen su poder y somos su ganado, listo para ser sacrificado, que debe ser controlado, alimentado con sus piensos, estabulado… En resumen: el fin de la dignidad humana, que proviene de ser hechos a imagen y semejanza de Dios, su enemigo. Y eso lo percibimos muchos. Quizás nuestra tarea de anunciar la Verdad hoy deba incluir el despertar a nuestros hermanos dormidos, sedados o por voluntad propia.
Un nuevo frente se abre: La enfermedad mental o en sus palabras, la SALUD MENTAL, que va a ser una de las nacientes grandes excusas para robarnos la libertad. Dicha “enfermedad mental” se reconocerá por los pensamientos, las palabras y las obras. ¿Quién pone la frontera de lo que es erróneo, enfermizo, peligroso? Pues un comité de expertos… ¿Nos va sonando la letra de la canción?
Lo primero será/es suscitar la atención. Los anteriores gobiernos no han querido hablar de los suicidios, puesto que reflejaban a una sociedad enferma –a nuestro entender por no tener referentes religiosos, espirituales y éticos, sumergida en un nihilismo abrumador-. Pues bien, ahora sí toca hablar de los suicidios. Los partidos políticos empezarán a incluir la salud mental como una necesidad a ser tratada por la sanidad pública. Y os recuerdo un chascarrillo: “en Francia, lo que no está prohibido, es obligatorio”. Y primero se recomendarán exámenes de salud mental para niños y jóvenes, con el bondadoso fin de prevenir suicidios, pero añadirán –letra pequeña- que querrán detectar actitudes de otros problemas de salud mental, ejerciendo la siempre sana faceta de la prevención. Tras naturalizar los chequeos mentales, se definirá como fanáticos, es decir, “enfermos mentales”, determinados pensamientos, reflejados en frases y en actividades o acciones. Por ejemplo, si un joven dijese que cree que Jesús está en la Eucaristía, o que la Virgen oye lo que pedimos en un Rosario, se reflejará en el informe que el individuo que se ha “caracterizado” tiene tendencia a las alucinaciones… o algo similar. Lo mismo se declarará que existe una manía persecutoria en las personas que crean en la conspiración mundial. Se pondrá en marcha una nueva caza de brujas en nombre de la salud mental, y el que esté “majara” –eso lo deciden ellos- deberá ser apartado, medicado, hasta que crea en la verdad oficial –es la habitación 101 del “1984” de Orwell-. Primero se recomendará y luego será con carácter obligatorio, el volver a hacer estos chequeos de la salud mental ante cualquier disidencia caracterizada como enfermedad mental por sus sicarios protocolizados. Y con carácter preventivo se hará luego para todo ciudadano que quiera acceder a… En la televisión se entrevistará a los que salgan del test de salud mental, -típicas personas zombis- que dirán alegres que ellos están sanos y que es muy necesario, que se evitarán asesinatos, violaciones, suicidios… Y los actores que presentan los telediarios, manifestarán la importancia de esta actividad, repitiendo hasta la saciedad la cantidad de suicidios, asesinatos y también comportamientos disfuncionales que dañan a la sociedad al generar actitudes violentas o extremistas –extremista será todo aquello que ellos así decidan-. Y se añadirá al carnet sanitario universal la caracterización relativa a la salud mental, -el sucedáneo del carnet de buen ciudadano-. Y luego se dirá que desde su implantacion han bajado los delitos…
Primero se nos recomendará el ir al psicólogo, que nos propondrá actividades orientaloides tipo yoga o mindfulness –que es como nos quieren, con la mente vacía-. Luego al psiquiatra bondadoso que nos recetará tomar pastillas para dormir, para ser felices –recomendación con necesario cumplimiento para tener el OK en el carnet sanitario, pagadas por la sanidad pública-.
Luego, además, el previsto control nanotecnológico de todos los mecanismos corporales que se activan cuando existe la rabia, la determinación, el impulso de lucha… Sólo se autorizará la actividad zombi del día a día, exenta de importancia. Si se detecta otra se neutralizará por impulsos cerebrales… No falta tanto.
Se abre también la puerta a estudiar la vinculación genética de esas actitudes denominadas por ellos fanáticas o con tintes de alucinación (religión, amor a la patria, deseo de libertad, justicia). Dirán que estos genes, como los del cáncer o alergias, no deberían estar en ninguna persona. Adelante con la selección genética para evitar el nacimiento de personas disfuncionales hacia su sociedad… Será “Un mundo feliz” ¿Nos suena?
Estáis/estamos avisados. La única forma de vencer es cambiar a la sociedad. Y todos recordamos que un pequeño grupo decidido, puede cambiar una sociedad. Lo han hecho Buenos y Malos. Seamos de los Buenos. Despertemos la Civilización Occidental como civilización cristiana, y despertemos a una España bajo el reinado social de Cristo. Seamos dignos de nuestro Salvador y de ser imagen y semejanza de Dios.
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