Una de la más raras y fascinantes colecciones del panorama editorial español —por desgracia parece que paralizada— es la pequeña serie de hagiografías antiguas publicadas hace unos años por la Editorial Trotta, colección que incluye obras tan interesantes como las Vidas de los santos Padres de Mérida, Vida de Porfirio de Gaza, o esta Historia de los monjes de Siriade Teodoreto de Ciro que a continuación comentamos brevemente.

Como es sabido, el monaquismo cristiano nace a finales del siglo III cuando gran cantidad de cristianos comenzaron retirarse al desierto para consagrarse en solitario al ascetismo y a la oración. Numerosas obras se dedicaron a glosar al vida de estos «Atletas de Cristo». El modelo literario más cercano es la Vita Antonii de San Atanasio. También la Historia monachorum in Aegipto, atribuida a Rufino de Aquileya y La Historia Lausiaca, de Paladio, obispo de Helenópolis, sobre los ermitaños de Palestina. En ellas aparecen los más relevantes y conocidos «Padres del Yermo»: Antonio Abad, Hilarión, Onufrio, Pacomio, Basilio, Efrén, Simeón el Estilita, Juan el Limosnero, Macario, Barlaán y Josabat. Y algunas mujeres célebres en el santoral cristiano: santa Eugenia, Eufrasia, Eufrosina, María Egipcíaca. Se encuentran, además, notables paralelismos en aquellas obras biográficas de la literatura helenística que pintan al sabio ideal con todas sus virtudes y describen las hazañas realizadas por los filósofos.

Historias de los monjes de Siriase abre con una magnífica introducción Ramón Teja, editor y traductor de esta Historia de los monjes (también conocida como Historia Philotea, «historia de los amantes de Dios»), en la que bosqueja una breve biografía del autor y de su obra teológica en general. Teodoreto o Theodoretus (393-444) nació en Antioquía de Siria y fue monje y obispo de la ciudad siria de Ciro. Escritor bastante prolífico y poseedor de una extraordinaria cultura literaria y teológica —hecho que le valió ser considerado como el san Agustín de Oriente—, Teodoreto pudo participar en los enconados debates cristológicos y político-religiosos de la primera mitad del siglo V que dieron lugar a los concilios ecuménicos de Éfeso I (431), Éfeso II (449) y Calcedonia (451), debates en los que fue condenado y rehabilitado posteriormente. Ramón Teja trata también de caracterizar el género literario de estos relatos hagiográficos, analiza las historias de milagros y prodigios, de las disciplinas ascéticas, y de los sueños y tentaciones, tan importantes en la vida de los monjes antiguos.

TALELEO

No puedo pasar por alto la historia de Taleleo, historia prodigiosa. No es que se la haya oído a otros, sino que yo mismo he contemplado con mis ojos el maravilloso prodigio. Se estableció a veinte estadios de Gamala, una pequeña y atractiva aldea, sobre una colina donde había un antiguo templo dedicado a los demonios y honrado en otro tiempo con numerosos sacrificios por los infieles. Allí se construyó una pequeña choza. Los paganos, se decía, daban siempre culto a estos espíritus malignos para apaciguar con este culto sus innumerables crueldades. Los demonios provocaban daños a muchas personas que iban de paso o vivían en las proximidades, y no sólo a los hombres, sino también a los asnos, a los mulos, a los bueyes y a las ovejas: no les importaban los animales, sino que, sirviéndose de ellos, intentaban dañar a los hombres. Cuando le vieron llegar intentaros asustarle, pro no lo lograron porque tenía como protección su fe y la gracia combatía por él. Entonces, como impulsados por una cólera rabiosa, se lanzaron contra los árboles que surgían en las proximidades: había entonces en la colina muchas higueras y olivos en plena producción y se cuenta que más de quinientos se vieron arrancados de golpe. Esto se lo he oído yo contar a los campesinos del lugar que antes eran prisioneros de las tinieblas de la impiedad, pero después han recibido la luz del conocimiento divino gracias a sus enseñanzas y milagros.

Cuando los malvados demonios no pudieron atemorizar de este modo al atleta de la filosofía, recurrieron a otras tretas. Así, por la noche, intentaban infundirle pavor y confundir sus pensamientos lanzando alaridos y haciendo aparecer ciertas luces. Pero, como él se burlaba de todo esto, optaron por abandonarle y huir.

[…]

La obra de Teodoreto consta de un prólogo y treinta capítulos: 1. Jacobo; 2. Juliano; 3. Marciano; 4. Eusebio; 5. Publio; 6. Simeón el Viejo; 7. Paladio; 8. Afraates; 9. Pedro el Gálata; 10. Teodosio; 11. Romano; 12. Zenón; 13. Macedonio; 14. Mesima; 15. Acepsima; 16. Marón; 17. Abrahames; 18. Eusebio; 19. Salamane; 20. Maris; 21. Jacobo; 22. Talasio y Limneo; 23. Juan; 24. Zebina y Policronio; 25. Asclepio; 26. Simeón Estilita; 27. Baradates; 28. Taleleo; 29. Marana y Cira; 30. Domnina. Los veintiocho primeros capítulos están referidos a las vidas de personajes masculinos, y los dos últimos relatan las historias de tres mujeres, Marana, Cira y Domni. En general, las semblanzas de los monjes anteriores a Teodoreto o que él no conoció de primera mano son más breves, mientras que la vida de los monjes con los que el autor tuvo contacto es más extensa y variada en sus anécdotas.

Estos monjes u hombres divinos fueron muy famosos en la Antigüedad; las historias que de ellos se narraban traspasaban las fronteras locales y contribuyeron a que muchos de ellos fueran declarados santos. Teodoreto los pinta como auténticos atletas de la fe, cuyas hazañas ascéticas resultaban abrumadoras: vivir encerrados en una cueva (los reclusos), vida a la intemperie (los hypetras), permanecer de pie sin tumbarse (los estacionarios), y vivir sobre una columna (los famosos estilitas), como Simeón, monje al que acudían auténticas multitudes para recibir sus bendiciones. Al leer estas vidas, el lector queda sobrecogido por el carácter extraño, casi irreal de estas gentes, con unos anhelos y unas prioridades espirituales tan diferentes a las del hombre de mundo actual.

Historia de los monjes de Siria es un excepcional aportación para los interesados en la génesis del Cristianismo. También permite una lectura como si de cuentos legendarios se tratara, ya que es un libro extraordinariamente ameno e interesante. La edición de Trotta es hermosa y magnífica, como es usual. Totalmente recomendable.

Puntuación: 5 (de 5)
Editorial Trotta (2008)
Traducción: Ramón Teja
Colección: Religión. Colección de Vidas
208 págs.

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En la presente Historias de los monjes de Siria Teodoreto traza la semblanza biográfica de más de treinta monjes sirios y dos mujeres, contemporáneos suyos en su mayoría, que se distinguieron por sus extremados ejercicios ascéticos y su capacidad de obrar milagros y curaciones en pugna permanente con el diablo. La más famosa de estas biografías es la de Simeón el Estilita a quien conoció y trató personalmente.

A pesar de la enorme popularidad de que ha gozado esta obra, traducida al latín en el siglo XVI y después a otras lenguas modernas, la que aquí se ofrece es la primera traducción que se hace al español del original griego. Se acompaña de una introducción y notas explicativas como todas las obras de la presente Colección de Vidas, en la que también han sido publicadas Vida de Porfirio de Gaza, de Marco el Diácono (en edición de Ramón Teja) y Vidas de los santos Padres de Mérida (en edición de Isabel Velázquez). (Sinopsis de la editorial)

Teodoreto de Ciro (393-444). Escritor eclesiástico Oriental del siglo V, perteneciente a la escuela de Antioquía como san Juan Crisóstomo. Nacido en esta ciudad en el año 393, formado en la escuela de elocuencia de Líbano, se distinguió por los amplios conocimientos que aparecen en las obras históricas, apologética, dogmáticas y exegéticas. Hacia el año 430 aparece como amigo de Nestorio y enemigo de san Cirilo, cosa que luego la historia lo desdice. Más bien fue portavoz de la ortodoxia contra el monofisitismo. Su actividad literaria es abundantísima. Entre sus obras, destacan: Historia religiosa, Compendium fabularum haereticarum, Graecarum affectionum curatio, Sobre la Providencia, Sobre la Trinidad, Comentarios a muchos libros de la Escritura y 180 hermosas cartas.

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