Por Pedro Luis Llera. Este artículo se publicó en infocatolica.com
Escribe Carmelo Jordá en Libertad Digital un artículo titulado La Iglesia cuela en clase de religión el contenido anticapitalista que Ayuso había eliminado. En ese artículo, podemos leer:
La asignatura de religión puede ser o está siendo ya el coladero por el que el contenido más adoctrinador e izquierdista llegue a los niños de Madrid.
Alumnos de religión de primero de la ESO en colegios de Madrid son obligados a visionar un vídeo de YouTube sobre los «objetivos de desarrollo sostenible” de la ONU del que, además, después tendrán que examinarse, es decir, no se trata de un contenido complementario de la asignatura para tener más información, sino que se da como parte central de la misma: los niños tendrán que aprenderse las mentiras del ecologismo.
Pues yo hoy me he levantado inclusivo y resiliente. He escuchado el clamor de la Madre Tierra y como todo está conectado con todo, me he puesto a gritar. Pero en nuestra casa común, hay personas poco inclusivas y resilientes y mis vecinos se pusieron a insultarme por despertarles con mis clamores.
Tender puentes y derribar muros, combatir contra el calentamiento global y el cambio climáticos antropogénico da mucho que hacer y es muy cansado: tienes que reciclar cada basura en su cubo; pasar frío en invierno, calor en verano… Tienes que ir a los museos a echar pintura contra Las Meninas o ácido sobre algún sarcófago egipcio del Museo Arqueológico. Ser el perfecto lerdo resiliente da mucho que hacer.
Tienes que defender a todo ser sintiente (menos a los fetos que son excrecencias como las verrugas), combatir la tauromaquia, insultar a los cazadores, atacar a los ganaderos que explotan y oprimen a los animales; protestar contra los agricultores que abonan sus tierras con productos no sostenibles ni inclusivos; tienes que encadenarte a las porterías de los campos de fútbol o a las redes de las pistas de tenis; colgar pancartas del tamaño de Noruega en la Puerta de Alcalá; pegarte con superglú a los marcos de la maja desnuda o a Ferraris carísimos de exposición…
Además tienes que protestar contra los coches, contra la combustión de hidrocarburos, contra las emisiones de CO2 de las fábricas, contra los plásticos, contra la pesca, contra la aviación comercial… Y encima tienes que ir a todas partes en bicicleta o andando para no contaminar.
Lo único que siento es no ser mujer para enseñar las tetas en una iglesia mientras insulto a los fachas y escandalizo a las viejas meapilas y a los curas pederastas.
Aunque últimamente, ahora que sale el tema, cada día me siento más confuso: unas veces me siento hombre; otras, mujer; otras, no binario, bisexual o pansexual. A mí me gustaría tener relaciones abiertas, inclusivas y. resilientes. Pero lo que no podría nunca es tener hijos. Los hijos contaminan una barbaridad y contribuyen al cambio climático y al calentamiento global; dejan una huella de carbono espantosa y consumen recursos, energía y agua que es una barbaridad. Con lo que contamina y consume un niño, se podría repoblar de árboles medio desierto del Sáhara.
Hay que empezar a comer insectos, que hay muchos y tienen muchísimas proteínas. Juan Roig, el de Mercadona, ya está investigando cómo hacernos comer insectos a buen precio. Y Bill, el de Microsoft, está acaparando campos de cultivo para atiborrarnos de hamburguesas vegetales y de basuras varias en previsión de una futura e hipotética «crisis alimentaria» (pongámonos en lo peor).
Y ahora, en serio…
Los malvados gobiernan el mundo contra Dios y promulgan leyes inicuas; y los impíos han tomado la Iglesia al asalto para destruirla.
Los objetivos de desarrollo sostenible pretenden controlar el crecimiento demográfico, promover el aborto y la eutanasia en todo el mundo; fomentar las relaciones sexuales infértiles, la ideología de género y el homosexualismo político LGTBI; extender la anticoncepción y la esterilización de la población.
Es maltusianismo asesino y darwinismo social: sobra población y solo deben sobrevivir los mejores, porque no hay recursos para tanta población.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible promueve una educación adoctrinadora, alienante, para que crezca una juventud aborregada, hedonista y conformista con los designios de los que saben, de los expertos; es decir, de los poderosos. ¿Se acuerdan de los expertos que tomaban decisiones en la pandemia? Pues esos mismos expertos son los que pontifican los dogmas de la ideología ambientalista, los que han establecido la verdad incuestionable del cambio climático antropogénico; los que nos dicen lo que tenemos que comer, lo que tenemos que beber; lo que es bueno y lo que es malo. Los expertos de la ONU son el nuevo dios que pretende gobernar el mundo para redimirnos de nosotros mismos y establecer el nuevo Jardín del Edén, inclusivo, sostenible y resiliente.
Los que predican y propugnan los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030 son siervos del demonio: del Anticristo. Nos predican una salvación falsa y puramente terrenal. Desprecian a Dios. Pretenden poner al hombre en el lugar que le corresponde a Cristo. Y ese paraíso que nos prometen, pronto se tornará en infierno. Porque sin Dios, solo hay infierno.
Y lo peor es que los siervos del Anticristo han asaltado la Iglesia con sus ideologías. Y ahora ya no se enseña la doctrina de la Iglesia, sino los objetivos de desarrollo sostenible. Y en la Iglesia de los impíos ya no importa la salvación eterna de las almas, sino la fraternidad y la solidaridad puramente terrenales. Ya no importa Cristo ni la redención ni los mandamientos del Decálogo. Importa la construcción de un mundo sin fronteras donde todos seamos hermanos: bautizados y no bautizados; cristianos, budistas, musulmanes o judíos. Todas las religiones son caminos igual de válidos para ir al cielo. Los impíos son naturalistas, indiferentistas, panteístas y panenteístas. Los impíos adoran a la Pachamama y se postran ante ese ídolo pestilente en los jardines del Vaticano en presencia del mismísimo Papa.
Los impíos, los modernistas hijos del demonio, defienden la bendición del pecado, de las parejas homosexuales y de las parejas de hecho. Porque los hijos del demonio bendicen el pecado y condenan la virtud y la sana doctrina. Los impíos aborrecen a los católicos fieles a la doctrina y a la tradición. Odian a Dios y adoran a la Bestia; promulgan la muerte y aborrecen la vida.
Pero nosotros tenemos a Dios. Somos siervos de Jesucristo. No reconocemos otro Dios y no creemos que haya otro salvador salvo Cristo. Me da igual quedarme solo. Solo Dios basta. No necesito nada más. Aunque volvamos a ser doce o cuatro, Cristo vence y no pienso separarme un milímetro de Él. Y considero enemigos a todos los herejes réprobos que se apartan de la verdadera fe y que pretenden adulterarla y destruirla. Nadie puede ni podrá derrotar a Cristo. Él vive y reina por los siglos de los siglos. Y todo lo estimo basura al lado de mi Señor. Que las órdenes religiosas, las ONGs. católicas o la mismísima jerarquía de la Iglesia se deje infectar por las ideologías mundialistas, por el ecologismo político que llaman “integral” (igual que la educación integral o la estupidez integral) resulta patético a más no poder. Preocupémonos por la salvación de las almas y dejémonos de estupideces. Malditos sean los que pretenden predicar un evangelio distinto del de Jesucristo, muerto y resucitado. Leed la Carta de Judas, siervo de Jesucristo y hermano de Santiago: es lo mismo que les quiero decir yo hoy a todos ustedes.
Queridos, tenía yo mucho empeño en escribiros acerca de nuestra común salvación y me he visto en la necesidad de hacerlo para exhortaros a combatir por la fe que ha sido transmitida a los santos de una vez para siempre.
Porque se han introducido solapadamente algunos que hace tiempo la Escritura señaló ya para esta sentencia. Son impíos, que conviertan en libertinaje la gracia de nuestro Dios y niegan al único Dueño y Señor nuestro Jesucristo.
Quiero recordaros a vosotros, que ya habéis aprendido todo esto de una vez para siempre, que el Señor, habiendo librado al pueblo de la tierra de Egipto, destruyó después a los que no creyeron; y además, que a los ángeles, que no mantuvieron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los tiene guardados con ligaduras eternas bajo tinieblas para el juicio del gran Día. Y lo mismo, Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, que como ellos fornicaron y se fueron tras una carne diferente, padeciendo la pena de un fuego eterno, sirven de ejemplo.
Igualmente, éstos, a pesar de todo, alucinados en sus delirios, manchan la carne, desprecian al Señorío e injurian a las Glorias.
En cambio, el arcángel Miguel, cuando altercaba con el diablo disputándose el cuerpo de Moisés, no se atrevió a pronunciar contra él juicio injurioso, sino que dijo: «Que te castigue el Señor». Pero éstos injurian lo que ignoran y se corrompen las cosas que, como animales irracionales, conocen por instinto.
¡Ay de ellos!, porque se han ido por el camino de Caín, y por un salario se han abandonado al descarrío de Balaam, y han perecido en la rebelión de Coré. Estos son una mancha cuando banquetean desvergonzadamente en vuestros ágapes y se apacientan a sí mismos; son nubes sin agua zarandeadas por el viento, árboles de otoño sin frutos, dos veces muertos, arrancados de raíz; son olas salvajes del mar, que echan la espuma de su propia vergüenza, estrellas errantes a quienes está reservada la oscuridad de las tinieblas para siempre.
Henoc, el séptimo después de Adán, profetizó ya sobre ellos: «Mirad, el Señor ha venido con sus santas miríadas para realizar el juicio contra todos y dejar convictos a todos los impíos de todas las obras de impiedad que realizaron y de todas las palabras duras que hablaron contra él los pecadores impíos.»
Estos son unos murmuradores, descontentos de su suerte, que viven según sus pasiones, cuya boca dice palabras altisonantes, que adulan por interés.
En cambio, vosotros, queridos, acordaos de las predicciones de los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo. Ellos os decían: «Al fin de los tiempos aparecerán hombres corrosivos que vivirán según sus propias pasiones impías». Estos son los que crean divisiones, viven una vida sólo natural sin tener el espíritu.
Pero vosotros, queridos, edificándoos sobre vuestra santísima fe y orando en el Espíritu Santo, manteneos en la caridad de Dios, aguardando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para la vida eterna.
A unos, a los que vacilan, tratad de convencerlos; a otros, tratad de salvarlos arrancándolos del fuego; y a otros mostradles misericordia con cautela, odiando incluso la túnica manchada por su carne.
Al que es capaz de guardaros inmunes de caída y de presentaros sin tacha ante su gloria con alegría, al Dios único, nuestro Salvador, por medio de Jesucristo, nuestro Señor, gloria, majestad, fuerza y poder antes de todo tiempo, ahora y por todos los siglos. Amén.
Amén
¿A que la Palabra de Dios suena actual? Pues que tomen nota los impíos. Y ya saben ustedes lo que tenemos que hacer: mantenernos en la caridad de Dios y aguardar su misericordia, combatiendo por la fe contra los malvados y los impíos.
I. Caballero
09/12/2022 at 13:53
Al que es capaz de guardaros inmunes de caída y de presentaros sin tacha ante su gloria con alegría, al Dios único, nuestro Salvador, por medio de Jesucristo, nuestro Señor, gloria, majestad, fuerza y poder antes de todo tiempo, ahora y por todos los siglos. Amén.
Empiezo por el ultimo parrafo de este articulo que suscribo en su «parte divina».
En lo que se refiere a la «parte humana» el engano del ‘Cambio Climatico» es TREMENDO.
Los grandes petroleros y en general todos los barcos carecen de control en las emisiones de sus motores termicos como los coches que llevan por obligacion legal «filtros de particulas» o tubos de escape dotados de sistemas de reduccion de los metales toxicos y particulas contaminantes.
En el mundo hay unos 60 petroleros de alrededor de 500.000 TM. que, por supuesto carecen de control de emisiones sin que ningun Gobierno Globalista ni lo senale ni lo regule.
Si calculamos que sus motores equivalen a los motores de mas de medio millon de automoviles «normales» veremos que esos 6O petroleros contaminan como, nada menos que 30 millones de coches…. y eso sin considerar que sus emisiones de particulas y gases nocivos son unas DIEZ veces las de los vehiculos convencionales.
Y si algun experto en barcos nos ayuda a conocer cuantos barcos hay en los oceanos, pues, casi seguro que la CONTAMINACION MARITIMA puede ser unas 100 veces superior a todos los coches y camiones del MUNDO….
Algun Gobierno se preocupa? NADIE, les interesa nuestro control, que NO COMAMOS CARNE, que como dice el articulista que viajemos en bici, comamos insectos y otras guarrerias.
No le veo a Francisco que suscribe la Agenda 2030 y su Cambio Climatico, con fervor y las falsas vacunas que recomienda como «acto de amor», reflexionar sobre la contaminacion de los barcos…
Francisco, si de verdad crees en DIOS NUESTRO SENOR, por favor reflexiona sobre lo anterior y sobre la TRADICION fuente de fe, esperanza y caridad.
Saludos desde Bélgica, perdonad las tildes
I.Caballero
DIOS, PATRIA y REY LEGITIMO