«¿Fue asesinado el Papa Pío X?» Ese era el titular intrigante de la página 6 de la sección editorial de la edición del 2 de noviembre de 1919 de The New York Times. 

El autor de la pieza fue un tal Walter Litchfield.

El artículo teje una historia fantástica basada principalmente en dos cosas: (a) afirmaciones hechas en el libro Le Baptême de Sang («El bautismo de sangre») por un autor francés identificado sólo como Abbé Daniel («P. Daniel»); y (b) un sacerdote italiano anónimo comentando esas afirmaciones y agregando algunas propias. Para empeorar las cosas, se cita al prelado italiano anónimo diciendo: «… l’Abbé Daniel sería más convincente si hubiera refrenado un poco la violencia de su evidente modernismo». Nada de esto inspira confianza.

El texto completo es del New York Times y al artículo en inglés se puede acceder aquí.

¿Fue asesinado el Papa Pío X? (New York Times, 2 de noviembre de 1919), Sun The New York Times (Nueva York, Nueva York) Newspapers.com

En pocas palabras, el informe dice que el Papa Pío X puede haber sido asesinado por razones políticas. Asimismo, se supone que también fueron asesinados los cardenales Mariano Rampolla (1843-1913) y Domenico Ferrata (1847-1914). Sin embargo, faltan pruebas contundentes para cualquiera de estas afirmaciones, y el informe no pasa una prueba de credibilidad básica también por otras razones.

Por ejemplo, en el artículo se presenta al Papa San Pío X como un hombre algo indefenso y temeroso bajo el control de un malvado Secretario de Estado, el Cardenal Rafael Merry del Val (1865-1930) : “Buscó todos los medios posibles para despedir a su Secretario de Estado”, escribe Litchfield sobre el Papa Pío, cuando los hechos conocidos desmienten una afirmación tan ridícula.

El santo cardenal español -Pío X creía que Merry del Val era un santo- había sido elegido cuidadosamente por el Papa para su papel, incluso a pesar de las objeciones de varios cardenales que se sintieron ofendidos por su relativa juventud (sólo tenía 38 años cuando fue nombrado) y el hecho de que no fuera italiano, lo que supuso una ruptura con la tradición.

Aunque Merry del Val no se convirtió en secretario de Estado hasta el 12 de noviembre de 1903, Pío X lo había elegido para que fuera su asesor principal la misma noche de su elección papal cuando lo nombró Pro-Secretario de Estado, un cargo temporal hasta que fuera elegido como un reemplazo permanente para el Secretario de Estado del Papa León XIII, el Cardenal Rampolla. El 18 de octubre, el Papa dio a conocer al entonces arzobispo Merry del Val que iba a ser el Secretario de Estado, cargo en el que permaneció hasta la muerte de Pío en 1914. El siguiente Papa, Benedicto XV (1914- 1922), nombró a Merry del Val para el Santo Oficio y nombró al Cardenal Ferrata su Secretario de Estado.

En su extensa y muy bien documentada biografía del Papa San Pío X, el autor Yves Chiron explica qué llevó al Papa Pío a elegir a Merry del Val para un puesto tan importante e influyente:

En octubre de 1903, un diplomático francés resumió bien las cualidades que tanto habían atraído a Pío X: Merry del Val, escribió, es «un eclesiástico muy culto, de conducta irreprochable, de modales amistosos y distinguidos, diligente, prudente y devoto» y «desde que tomó el relevo de Rampolla ha querido adquirir un conocimiento profundo de las cuestiones que se le plantean; trabaja concienzudamente con el sostituto [suplente] del Secretario de Estado y con el Secretario de la Congregación de Asuntos Eclesiásticos Extraordinarios”.

(Yves Chiron, San Pío X: Restaurador de la Iglesia [Kansas City, MO: Angelus Press, 2002], págs. 136-137)

Marie Buehrle cita la propia explicación del Papa Pío de por qué eligió a Merry del Val para ser su Secretario de Estado, de la siguiente manera:

“Lo elegí”, dijo Pío X, “porque es políglota: nacido en Inglaterra, educado en Bélgica, de nacionalidad española y residente en Italia; hijo de diplomático y él mismo diplomático, conoce los problemas de todos los países. Es muy modesto, es un santo. Viene aquí todas las mañanas y me informa sobre todas las cuestiones del mundo. Nunca necesito hacerle una observación, y él no conoce ningún compromiso”.

(Marie Cecilia Buehrle, Rafael Cardinal Merry del Val  [Milwaukee, WI: The Bruce Publishing Company, 1957], p. 94. El libro  se puede comprar aquí o pedir prestado electrónicamente aquí .)

Lejos de haber animosidad entre el santo Papa y su santo Secretario de Estado, Buehrle relata del cardenal Merry del Val:

Por esos años completos de vivir en contra de sus inclinaciones naturales [en su alta posición de autoridad] había habido una compensación increíble. Había encontrado el gran amor humano de su vida y lo encontró arraigado en lo divino. Había estado bajo la influencia más poderosa que podría haber entrado en su formación. Había vivido junto a Pío X. Un santo lo amaba y confiaba en él.

(Buehrle, Rafael Cardinal Merry del Val , p. 181)

Claramente, el artículo del New York Times era una noticia falsa mucho antes de la llegada de las «noticias falsas».

Si el buen San Pío X fue asesinado o no, una cosa que sabemos con absoluta certeza es esto:

Cuando el 20 de agosto de 1914, el Papa Pío fue llamado a juicio para rendir cuentas a su Juez Divino, escuchó estas benditas palabras: “Bien, buen siervo y fiel… entra en el gozo de tu señor” (Mt 25:21)!

Los documentos papales doctrinales más importantes de Pío X:

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E Supremi – sobre la restauración de todas las cosas en Cristo (1903)
Acerbo Nimis – sobre la enseñanza de la doctrina cristiana (1905)
Vehementer Nos – sobre la separación de la Iglesia y el Estado (1906)
Lamentabili Sane – el plan de estudios de los errores modernistas (1907)
Pascendi Dominici Gregis – sobre la doctrina de los modernistas (1907)
Praestantia Scripturae – sobre la Biblia y el modernismo (1907)
Editae Saepe – sobre San Carlos Borromeo (1910)
Sacrorum Antistitum – el juramento contra el modernismo (1910)
Notre Charge Apostolique – sobre el sillonismo (1910)

Este artículo se publicó originalmente en inglés en https://novusordowatch.org/

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