La guerra de invasión desatada en Ucrania por Rusia inaugura una era con un nuevo método de realizar operaciones militares en el siglo XXI. La alta tecnología lleva la delantera en estas batallas para dar la ventaja al que la domina. Sin embargo, hay otra guerra desatada silenciosamente en el territorio americano desde hace un par de años sin que nadie se haya dado cuenta excepto el Partido Comunista de China, porque es el que lo lanzó.

Es de conocimiento público que el PCCh ha navegado siempre con la bandera de acabar con el imperialismo capitalista liderado por los Estados Unidos de América. El PCCh sabe que es una batalla, y una guerra que requiere mucha sabiduría. El PCCh ha empleado en toda su historia la legalidad como un arma efectiva para proteger el interés del partido, en vez de proteger el bien de los individuos en China. Con el poder y la ley a su favor ha aplastado a sus enemigos en China durante más de 70 años. Y esta ambición sigue, y ha querido expandir su poderío para lograr el control del mundo entero. Desafortunadamente, el mundo occidental se cometió en el pecado más grande por haber abrazado el PCCh para darle la bienvenida a la comunidad internacional de comercio para que ganara mucho, pero, mucho dinero para ayudarle inconscientemente a lograr este objetivo. Darle dinero a un régimen malvado es el mayor peligro que hay en el mundo.

Jesucristo fue traicionado por un puñado de dinero hace un poco más de 2000 años. Hoy, por el mismo dinero sucio, muchos políticos, empresarios y abogados en los EE.UU. y otras partes del mundo han vuelto a seguir ese mismo camino de traición que emprendió Judas para cometer injusticias entre los hombres. Con dinero, el PCCh ha infiltrado a todos los niveles del sistema judicial, político, comercial y tecnológico de los Estados Unidos de América, corrompiendo el pueblo americano para acabar con su democracia y con su libertad silenciosamente con una guerra que es invisible empleando las armas invisibles que pocos se han imaginado que podría ser empleados en un continente lejos de China separado por océanos en ambos lados.

Desde que Kevin McCarthy fue electo como el nuevo presidente del Congreso, la ola anticomunista en la sociedad americana ha llegado a este recinto legislativo con un ímpetu que ha conformado el acuerdo común de los dos partidos contra un enemigo común por primera vez . Hoy, ya existe una determinación más clara en EE.UU. para derrocar el PCCh reconociendo que este enemigo común no es el pueblo chino, si no, el Partido Comunista de China.. porque la sociedad americana ya se está sintiendo que algo anda mal en su sistema judicial.

Cito lo que escribió Kelly Walker en su reciente artículo “ La Tercera Guerra: guerra legal china y antisemitismo” donde dice: “En última instancia, la guerra legal se utiliza como un medio para lograr objetivos militares, al mismo tiempo que restringe la capacidad de Occidente para emplear sus ventajas marciales, y eso hace que la guerra legal sea una amenaza grave para la seguridad nacional de los EE. UU. El primer paso para derrotar estas tácticas es, como escribió Sun Tzu, comprender al enemigo. El segundo es utilizar ese conocimiento para formular estrategias ofensivas y preventivas y vencer al PCCh en su propio juego.”

La guerra invisible que lanzó el PCCh en EE.UU. se está volviendo cada día más visible con la ayuda de información para esclarecer casos oscuros, injustos y maliciosos que han estado erosionando el sistema judicial de la nación.

De hecho, el Movimiento de Denunciantes liderado por el señor Miles Guo desde hace 5 años ha estado lanzando advertencias de las amenazas del PCCh a la seguridad y la paz del mundo entero que él sufrió y aprendió durante los años de encarcelamiento. Hoy Miles Guo es el enemigo acérrimo declarado por el PCCh. Y sin duda, él es hoy el mejor conocedor del PCCh quien sabe lo que este malvado partido está haciendo, y lo que va a hacer para perjudicar el sistema judicial de EE.UU. y del mundo que en múltiples ocasiones se ha servido como anzuelo para sacar el demonio de la oscuridad. Sus denuncias han ido ganando la confianza y respeto de muchos políticos y líderes de los gobiernos occidentales.

El caso más caliente que hay en estos días se trata de la supuesta declaración en bancarrota por Miles Guo cómo medida para contraatacar las acusaciones infundadas de una empresa de guante blanco del PCCh en EE.UU. El PCCh ha empleado masivamente esas infiltración e influencia compradas con dinero en el sistema judicial americano para destrozar Miles Guo, porque sabe perfectamente que si no acaba Miles Guo, Miles Guo acabará el PCCh. Este pleito legal que se desató por medio de la denuncia falsa de PAG liderado por Shan Weijian contra Miles Guo es el mejor caso tipificado de esta guerra legal del PCCh fuera de China. La designación del famoso abogado Luc Despins del Bufete Paul Hastings, LLC. como fideicomisario de este caso presenta un innegable conflicto de interés. Ya que Luc Despins es a su vez el abogado de su cliente el PAG. Indudablemente, este caso es una muestra clara de cómo manipular el PCCh el sistema judicial americano a su favor. Siendo el fideicomisario del caso de bancarrota de Miles Guo, Luc Despins se atrevió hasta orquestar una reunión para extorsionar Miles Guo con una suma de 250 millones de dólares como beneficio personal para “no destrozar” al Movimiento de Denunciantes. Con estas palabras de amenaza podemos percatar hasta qué grado de corrupción ha llegado dentro del sistema judicial de EE.UU. que un renombrado abogado se sirve de lacayo del PCCh para matar su contrincante fuera de China.

Las protestas pacíficas y voluntarias que han estado presentes durante más de 50 días en la Gran Central Station de Nueva York, en frente de las residencias de Luc Despins y de Shan Weijian son actos de defensa propia por la justicia del Movimiento de Denunciantes (MDD) en contra de la maldad del PCCh, de la amenaza de Luc Despins, y de la mentira de Shan Weijian. Al mismo tiempo los integrantes del MDD hacen un llamamiento a los ciudadanos americanos para advertirles que su libertad y justicia ya están en juego. Si el gobierno americano sigue permitiendo estos actos de infiltración y si el pueblo americano sigue dormido en su aureola, pronto quedarán viviendo como esclavos bajo el régimen comunista en una nación que fue orgullosamente fundada por George Washington. La infiltración del PCCh en EE.UU. no está sólo en el sistema judicial, sino en el sistema educativo, empresarial, científico y hasta en el sistema sanitario. En una palabra, está infiltrado por todos los lados. Ya es hora de unir las fuerzas para sacar a la luz los Cleptócratas americanos, castigar los vendepatrias, para vencer esta guerra invisible, y devolver la legalidad y la justicia al pueblo americano y al mundo.

Este artículo fue originalmente publicado en https://gnews.org/

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