El 13 de julio de 1917 la Virgen en Fátima anunció: Cuando veáis una noche iluminada por una luz desconocida sabed que es la gran señal que Dios os da de que va a castigar al mundo a causa de sus crímenes, por medio de la guerra, del hambre y de las persecuciones a la Iglesia y al Santo Padre.
La noche del 25 de enero de 1938, desde las 18,45 horas hasta la 1,15 se iluminaron los cielos de toda Europa, Norteamérica, norte de África y sur de Australia. Millones de personas se preguntaban dónde estaba el fuego. ¿A qué otra causa podía deberse el cielo iluminando el horizonte de esa manera? Testigos en España lo describieron como algo nunca visto. Era grandioso ver a las 12 de la noche todo el cielo rojo intenso como un monstruoso incendio. Con el paso de las horas la gente comprendió que la magnitud del fenómeno era demasiado grande para deberse a la acción del hombre. Algunos en las calles llenos de terror gritaban cosas como “el cielo está ardiendo, es el fin del mundo”. Los periódicos de la época describieron el fenómeno como un resplandor rojo brillante a modo de gigantesco incendio. En Londres mucha gente llamó a los bomberos, incluso desde el Palacio de Buckingham, en París “se hizo de día” y la gente salió a la calle.
El 13 de marzo de ese mismo año el ejército alemán atravesó la frontera con Austria a fin de anexionarse ese país, iniciándose así la Segunda Guerra Mundial.
En 1941 Sor Lucía desde su convento en Tuy escribía sobre esa señal de Dios, que los astrónomos quisieron denominar como “aurora boreal”, que si lo examinasen bien verían que no fue ni podía ser, por la forma como se presentó, la tal aurora boreal. Dios se sirvió de eso para hacerme comprender que su justicia estaba a punto de descargar el golpe sobre las naciones culpables.
Como en 1917 la Virgen había advertido de que, si no cesaban de ofender al Señor, bajo el reinado de Pio XI comenzaría otra contienda peor que la entonces llamada Gran Guerra , a los que objetaron que la Segunda Guerra Mundial no comenzó bajo el reinado de Pio XI, fallecido en febrero de 1939, sino en el pontificado de Pio XII cuando en septiembre de ese año Alemania invadió Polonia, Sor Lucía les respondió que el verdadero comienzo de las hostilidades fue en el momento en que Hitler inició la ejecución de sus planes de conquista, lo cual efectivamente sucedió bajo el reinado de Pio XI en 1938.
Este artículo se publicó originalmente en https://plineando.blogspot.com/
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