(Gaudium Press) Podemos pensar que la Inteligencia Artificial es solo una ficción lejana, del futuro, o que nunca irá más allá de las tramas de las películas distópicas. Gran error. Esta realidad ya forma parte de nuestra vida, de una forma tan sutil que ni siquiera nos damos cuenta, y tiende a aumentar a una velocidad abrumadora.

En prácticamente todos los libros o películas futuristas, por un lado, vemos un avance extremo de vehículos, máquinas, robots y computadoras, pero, por otro lado, estos tremendos avances siempre tienen lugar en un escenario de destrucción, como en una posguerra.

Si bien las realidades presentadas en estos filmes apuntan a una “sociedad perfecta” de un admirable mundo nuevo, veremos seres humanos esclavizados, en una uniformidad patética y en una vida sin sentido. Coches voladores, hologramas, robots multifuncionales, viajes interestelares, colonias espaciales y, alrededor, caos, naturaleza destruida y hombres y mujeres vacíos, casi siempre oprimidos y huyendo de los peligros que ellos mismos crean.

¿Qué tan lejos estamos de esta realidad? Poco, diría yo. Muy poco. Y cada uno de nosotros es responsable de esto. Somos partidarios de la ley del mínimo esfuerzo, estamos sumamente satisfechos con las cosas que se hacen para hacernos la vida más fácil y darnos más tiempo libre para no hacer nada.

Chatbot e Inteligencia Artificial

Chatbot, la nomenclatura puede sonar extraña para algunos, pero prácticamente todos ya han tenido una relación con uno o más.

Un chatbot no es más que un robot de conversación. Casi todas las empresas minoristas utilizan esta herramienta de servicio, que en ocasiones también sirve para comprar productos y pagar facturas. Es un software con pautas pre-programadas que brinda respuestas a las preguntas básicas de los clientes, hasta que se verifica la necesidad de asistencia humana, cuando no termina abruptamente la conversación cuando las preguntas realizadas no están en su programación.

Están en todas partes y se pueden dividir en dos tipos: los que se basan en reglas y los que utilizan Inteligencia Artificial, un recurso que aumenta exponencialmente la capacidad de interactuar con los seres humanos, pudiendo entablar diálogos con respuestas bien elaboradas a diferentes tipos y niveles de preguntas.

Los chatbots basados ​​en reglas, también conocidos como “chatbots simples”, tienen una programación previa de palabras clave y responden asimilando los términos que más usa la gente, sin desviarse de un patrón preestablecido.

Los chatbots con Inteligencia Artificial (chatbots avanzados) funcionan de una forma más compleja. Acumulan los términos utilizados por los usuarios para aprenderlos y procesarlos posteriormente, ampliando su “conocimiento” y dando mejores respuestas, muchas veces haciendo creer a las personas que están interactuando con otro ser humano.

¿Cuál es la diferencia entre un chatbot y chatGPT?

En los últimos días, varias noticias sobre chatGPT ocuparon espacio en los medios. Por tratarse de un acrónimo, puede que a muchos ni siquiera les haya interesado saber más al respecto, pero es algo bastante serio y hasta “amenazante”, sobre todo para el área en la que trabajo: la escritura.

Mientras que un chatbot estándar –algunos incluso con nombres simpáticos dados por las empresas propietarias, en un intento de humanizar el servicio que brindan los robots– tiene un rendimiento limitado y está preparado para responder solo una clase de preguntas, el ChatGPT, alimentado por Inteligencia Artificial, tiene capacidad de diálogo y argumentación, pudiendo responder, de diferentes maneras, exactamente lo que se le pregunta o sugiere, a diferencia del chatbot que solo utiliza respuestas estándar definidas.

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Una de las funciones principales de ChatGPT es escribir textos de forma autónoma y ampliar su propio aprendizaje con respecto a la escritura. Con esta herramienta se han escrito algunos libros electrónicos sobre temas específicos, que pueden crear partes más técnicas del texto o hacer la redacción completa, ya que la Inteligencia Artificial es extremadamente poderosa y detallada para recopilar información técnica sobre los más variados asuntos.

La herramienta está prohibida en Francia

Además de escribir textos, ChatGPT también es capaz de resolver problemas matemáticos, una auténtica “salvación” para muchos alumnos. Pero, al parecer, esta fiesta no llegará tan lejos. En Francia, por ejemplo, la universidad Sciences Po ha prohibido su uso y los estudiantes que infrinjan la regla pueden ser expulsados.

La dirección de la universidad explicó que la limitación de chatGPT solo al uso pedagógico supervisado por un profesor se debe a que, además de entorpecer el desarrollo del estudiante, la herramienta puede producir trabajos con un fuerte contenido de plagio y fraude, ya que se alimenta de conocimiento difundido en la red.

El mes pasado, el Departamento de Educación de la Ciudad de Nueva York también prohibió la herramienta en todos los dispositivos y redes escolares de la región, con la justificativa de preocupaciones sobre los impactos negativos en el aprendizaje de los estudiantes y la seguridad y precisión del contenido.

Como el sistema está en su fase inicial, el acceso es muy fácil y gratuito, lo que crea un gran problema para los docentes, ya que muchos estudiantes podrán usar la herramienta para responder preguntas y hacer trabajos escolares sin tener que usar sus propios conocimientos y su propia inteligencia, teniendo solo la “astucia” de usar un pegamento virtual sofisticado.

¿Cómo funciona ChatGPT?

Los creadores del ChatGPT celebraron el logro de llegar al millón de usuarios en tan solo cinco días. La versatilidad del servicio y la calidad de los resultados está revolucionando Internet, lo que que ha suscitado una inversión multimillonaria por parte del gigante Microsoft.

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Sin embargo, el amplio abanico de posibilidades que ofrece la nueva herramienta también se ve reflejado en el riesgo de mal uso, además de la sustitución de seres humanos en diversos sectores del mercado laboral que inevitablemente provocará la innovación.

La Inteligencia Artificial Generativa, la tecnología utilizada en ChatGPT, puede “inventar” prácticamente cualquier contenido imaginable sobre un tema sugerido y escribirlo en un cuadro de texto. El modelo es alimentado con ejemplos de textos y aprende a hacer predicciones de la siguiente palabra dentro de un conjunto inicial de palabras.

Otra técnica utilizada en el ChatGPT se llama transformer. Es un algoritmo de aprendizaje automático, utilizado para el procesamiento del lenguaje natural. Este algoritmo permite que el modelo “preste atención”, al mismo tiempo, a diferentes partes del texto escrito por una persona, en lugar de leerlo palabra por palabra, como lo hacemos nosotros, por lo que su capacidad para crear textos puede, muy pronto, superar la capacidad del ser humano en esta categoría, ya que la máquina puede aprender incluso los conceptos de subjetividad, frutos de nuestros pensamientos.

Otras funciones de la IA

Los robots con Inteligencia Artificial también están pintando cuadros y produciendo obras de arte consideradas muy buenas por los expertos, componiendo música y, por supuesto, guiándonos a todos los lugares a los que nos dirigimos con nuestros coches a través del GPS. Es cierto que estas aplicaciones a veces nos llevan por caminos tortuosos, pero sus desarrolladores las mejoran cada vez más.

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La Inteligencia Artificial también se utiliza para monitorear nuestro comportamiento y hábitos de compra. Solo basta asistir a un tipo de medios dos o tres veces y será bombardeado con contenido similar. O, es solo decirle a alguien que está deseando comprar un par de zapatillas o una lavadora, si su celular está cerca, apenas lo use, comenzará a recibir anuncios y publicidades de los productos que acaba de mencionar una conversación informal.

Otro uso es la creación y difusión de Fake News, que nos llevan a tener preferencias políticas, hacer elecciones, tomar decisiones, invertir dinero, comprar productos, pelear con amigos. La Inteligencia Artificial también puede utilizarse con éxito en la programación de acciones y tácticas militares, es decir, puede conducir perfectamente una guerra.

Y mientras estamos encantados con estas novedades y facilidades, divirtiéndonos y matando un tiempo precioso con nuestros juguetes virtuales, Estados Unidos y la Comisión Europea firmaron, el pasado 27 de enero, un acuerdo para acelerar y mejorar el uso de la IA para proporcionar más velocidad y eficiencia a los servicios y operaciones en sectores como la atención médica, la agricultura, la red eléctrica, el pronóstico del tiempo y la respuesta a emergencias. Y otros países serán invitados a participar en este nuevo pacto.

Una nueva Arca de Noé

A menos que haya una interferencia de una esfera superior, este parece ser un camino sin regreso, que nos llevará al futuro de las películas de ficción. Con poblaciones en varios países devastadas por los efectos de la guerra y el hambre, y por el creciente uso de estupefacientes, lo que crea un enorme contingente de personas sin perspectivas, en su mayoría jóvenes, que abandonan sus hogares y se van a vivir a las calles, en una situación precaria e insalubre – ya comenzamos a ser parte del escenario de las historias de ficción futurista.

La moneda física tiende a extinguirse pronto, lo que significa que, sin el uso de la tecnología, no podremos comprar, vender y ni siquiera recibir nuestros salarios, que ya se han vuelto virtuales. Los robots se están apoderando de los fabricantes de automóviles y ya se están diseñando automóviles que se guiarán solos, de modo que los conductores se conviertan en pasajeros. Las cirugías se realizan con IA, muchas de ellas con el médico operando de forma remota, a veces en un país o incluso en un continente diferente de donde se encuentra el paciente.

Estamos entrando en esta nueva realidad y no habrá forma de escapar de ella, especialmente las nuevas generaciones, que ya prefieren la IA a la atención humana. Los niños que están llegando, en poco tiempo, sólo conocerán esta forma de vida. Las relaciones amorosas con robots ya son una realidad en algunas partes del mundo y se supone que, en un futuro no muy lejano, los bebés se generarán en laboratorios, en úteros artificiales, sin la participación de madres humanas. Y las mascotas, que hoy ocupan un papel destacado en nuestras vidas, también pueden ser sustituidas, pues ya se están fabricando perros y gatos robot, inteligentes, eficientes, “cariñosos” que no necesitan ser alimentados, no ladran, no maúllan, no sueltan pelo y no se ensucian en lugares indebidos.

¿Podemos rebelarnos contra eso? ¿No utilizar? ¿Protestar? La respuesta a las tres preguntas y muchas otras en la misma línea es “probablemente no”. Lo que podemos hacer es cuidar bien lo único que tenemos que los robots y la Inteligencia Artificial nunca tendrán: nuestras almas. Creo que, antes de que esta realidad -temida por unos y deseada por otros- se instale por completo, tendremos el gran y esperado regreso de Nuestro Señor Jesucristo.

Y quienes quieran sobrevivir al desarrollo del hombre híbrido -mitad humano y mitad robot- y a la posterior y paulatina sustitución de la especie humana por las máquinas, pueden refugiarse en el “Arca de Noé”, dejada por Jesús antes de su Ascensión: la Iglesia. Y aunque ella no sea hoy el inmenso barco diseñado por los patriarcas, siempre será el barco seguro, que puede albergar almas que elijan la santidad. La conductora de esta barca se llama María y Ella puede salvar a quienes se encomiendan a Ella de la enorme destrucción que está por venir, y vendrá, mucho más rápido de lo que imaginamos. Quien sobreviva lo verá.

Por Alfonso Pessoa

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