Hoy, día 7 de Febrero del 2023, será el último día que será obligatorio llevar la mascarilla para unos y bozal para otros, en los medios de transportes públicos, incluido en los trenes que no caben en los túneles; seguirá siendo obligatorio en hospitales ( algo curioso, pues no era necesaria llevarla con anterioridad a la Plandemia en la planta de infecciosos del Hospital de la Princesa) y ambulatorios y quizás en clínicas de oftalmología donde la mascarilla será utilizada sobre los ojos. Dada la “casualidad” de elegir el día 7 por los expertos invisibles que posee el Ministerio de Salud, por cierto, poco saludable, pues el día 8 era la fecha tope que había marcado Justicia para que les fuera remitida la documentación en la que se basaban científicamente tales asesores para mantener la mascarilla o bozal a petición de Liberum.
Tras esta entradita, doy comienzo a este cuento chino que bien podríamos contar de aquí a unos añitos a nuestros nietos.
Érase una vez…un anciano chino que portando unas bolsas, como aquel que se interpuso delante de un tanque en la Plaza de Tiannanmen.( ¿ que llevaran en las bolsas?)Pero el primero caía al suelo fulminado ante los televisores en pleno Telediario. No fue, por lo visto ni el primero ni el último. Pronto los noticiarios globalizados empezaron hacerse eco de “algo” que estaba pasando en el país de Fu Man Chú y que no tenía muy buena pinta. Lo que parecía un brote de un devastador virus con epicentro en un mercado mix entre productos de consumo humano y venta de animales de todo pelaje y condición idónea para una buena higiene, desató una alarma mundial, que dejo en anécdota la transmisión de la peste negra que dejó tiritando a las poblaciones europeas.
Alguien se dió cuenta que a escasos metros de dicho mercado se hallaba un laboratorio de máximo nivel, de esos en los que no tienen otra diversión que modificar y hacer más letales los virus con los que trabajan; acaso no sería menos peligroso dedicarse a las carreras de caracoles?, pero eso va en función de gustos pienso yo.
Y entonces, como aquel amigo inesperado al que nadie espera, hace acto de aparición un organismo privado, subvencionado por importantes multinacionales farmaceúticas y algunos países terráqueos llamado O.M.S, que no tiene nada que ver con el N.O.M….
Y de repente se arma la marimorena; ese, ese ,…virus puede haberse “escapado” del laboratorio decían los más espabilaos. ¡Pandemia! Grito la O.M.S. cierren puertas, ventanas, grifos, “primero yo, las mujeres y los niños”, no jueguen al tute…Prioridad : que no se expanda por el globo terráqueo. Pero la expansión en Wujan no la frenaba ni Jackie Chan. Mientras en Escombro, perdón, España seguían llegando vuelos de China; algo curioso como medio preventivo para que el bichito no desembarcara en nuestro suelo.
Todo fue en vano, este virus, bautizado con el nombre propio de la realeza más distinguida, Corona virus, luego COVID, corría más que Pedrito “el de los bollos” expandiéndose hasta en el Condado de Treviño.
Y la Caja de Pandora se abrió, y todo el mundo parecía sumido en una jornada de puertas abiertas de un manicomio, …bien controlado.
Pronto surgen comités de Expertos , unos carentes de experiencia en este “rara avis”, otros que no existían, y otros en nómina de multinacionales farmacéuticas. También surgieron numerosos personajes como un caballo urgenciólogo, o una Margarita del mal del csisc, cuyo peluquero debía ser Eduardo Manostijeras que se hicieron asiduos de espacios tanto en radio como platós de televisión; eran unos cracs, lo sabían todo.
Pero a pesar de saberlo todo, nadie sabía nada; un día te decían que no tocaras ningún objeto público, como al siguiente que sí, que la transmisión era aérea y debías utilizar mascarillas cuando no las había, con lo cual las confeccionabas artesanalmente. Que si hacía falta guantes, y después de tomar media hora el fresco, (a unas horas concretas, porque el bicho atacaba con más ahínco en determinadas horas) o comprar lo que quedaba en el supermercado, debías meter en la lavadora inmediatamente la ropa utilizada. Yo lo confieso, en cierta ocasión coincidí con cierta guisa con otro caballero que portaba guantes de fregar rosa, impermeable, y una mascarilla artesanal con motivos de azulejo talaverano; Ambos un poema. Los que no usaban mucho la ducha decidieron hacerlo pero con hidrogeles; parecían melocotones en almibar del uso a todas horas.
Pero esta locura no había hecho más que comenzar. Pronto nos vimos sitiados inconstitucionalmente en nuestras casas, sin poder visitar a nuestros familiares enfermos en el hospital de Covid y de tropecientas mil enfermedades ya existentes y de mayor letalidad que este virus, ni tan siquiera despedirles de este valle de lágrimas ya sea en este o el camposanto. Los salvoconductos que justificasen el poder moverte de un lugar a otro estaban a la luz del día, y la noche.
Hombres disfrazados de dinosaurios , ante la extrañada vista de unos municipales, portaban unas bolsa de basura para depositarlas a unos contenedores alejados de sus viviendas, un Batman que en vez de combatir a los malos de Gotham, se mostraba pletórico con un montón de rollos de papel higienico conseguidos,balcones que se transformaban en discotecas, o en un remaque del “Hola d. Pepito, hola d.José” de los payasos de la tele entre el vecino del 6º y el 10º, las escaleras comunitarias y los pasillos convertidos en gimnasios, bingos sociales entre edificios del barrio, personas con bolsas de plástico en la cabeza en clientes de supermercados, etc, etc..
Después de 3 años bajo ese experimento social, por cierto con gran aceptación en España entre parte de su población pensante y no pensante, parece que el cuento llega a su fín, con mucha gente feliz y pocas perdices. Y Colorín colorado este cuento,…no se ha acabado;
Pues cuantas preguntas lógicas, porqués de pasaportes que limitan tu libertad, intento de obligatoriedad de “productos experimentales”, y mil y una preguntas de las que conocemos sus respuestas pero se niegan a responder las dejo sobre el tapete. Aquel “carro” que buscaba Manolo Escobar se transformó en un Pangolín desaparecido en combate.
Sergio Dugenest
COMPARTE:
EMBÁRCATE EN LA LUCHA CONTRARREVOLUCIONARIA: Si quieres defender la cristiandad y la hispanidad, envíanos tus artículos comentando la actualidad de tu país hispano, o colaboraciones sobre la fe católica y la cultura, así como reseñas de libros, artículos de opinión… Ya superamos las 12.000.000 de páginas vistas anualmente en todo el mundo, únete a nuestro equipo de voluntarios y difunde la verdad compartiendo en redes sociales, o remitiendo tus colaboraciones a redaccion@tradicionviva.es . Puedes seguirnos en Telegram: t.me/tradicionviva / Facebook: @editorial.tradicionalista / Twitter: @Tradicion_Viva / Youtube: youtube.com/c/tradicionvivaTv / Suscríbete a nuestro boletín digital gratuito, pulsa aquí.
TE NECESITAMOS: Somos un espacio de análisis lejos de los dogmas de la corrección política; puedes colaborar haciendo una DONACIÓN (pulsando aquí)
Isabel.
08/02/2023 at 14:03
¡Cuánta VERDAD en estas palabras que retratan una LOCURA CONVALIDADA por muchos EXPERTOS EN NADA que nos consideraron IMBÉCILES y pretendieron que CREYÉRAMOS en esta DISTOPÍA URDIDA por LOS YA SABEMOS QUIÉNES! Realmente, esta PESADILLA DISEÑADA DESTRUIR NUESTRAS LIBERTADES y PISOTEAR NUESTRAS CONSTITUCIONES, es el más OBSCENO de los EMBATES a los que se ha sometido a la humanidad en el último milenio. Ni OLVIDO ni PERDÓN para sus ejecutores y que la JUSTICIA DIVINA se YERGA sobre sus PLANES PERVERSOS. Desde Mendoza, Argentina: gracias por este ESPACIO, que es un verdadero EGRÉGOR para quienes NO CONSENTIMOS ni NOS ARRODILLAMOS ante la IMPOSTURA SANITARIA.