Los tres días de tinieblas que han de venir fueron profetizados a través de los siglos por muchos santos y almas proféticas.
La mística Julie Jahenny anunció que durante esos tres días de oscuridad los poderes infernales serán soltados y ejecutarán a todos los enemigos de Nuestro Señor Jesucristo. Serán un jueves, viernes y sábado en los que el sol y la luna se apagarán y la oscuridad será absoluta. La gente sólo podrá iluminarse con velas benditas. Una vela durará los tres días.
La crisis vendrá repentinamente y el castigo será mundial. La oscuridad se iniciará cuando una nube roja como de sangre cubra el firmamento, provocando en la tierra un temblor como el del trueno, los rayos destruirán muchos edificios y la gente que esté en el exterior morirá por gases tóxicos.
Los demonios aparecerán en formas horribles y abominables y harán resonar el aire con espantosas blasfemias. Nadie que no se haya refugiado sobrevivirá y ninguna ventana deberá abrirse.
Nubes color sangre recorrerán el cielo, el cual se incendiará y la tierra se abrirá. En las casas de los blasfemos las velas benditas no darán luz. El crucifijo y las imágenes de la Señora protegerán del terror.
La Tierra se llenará de estruendos y temblará desde sus cimientos. Los mares se levantarán en inmensas olas que azotarán los continentes haciendo perecer a las tres cuartas partes de la población. Cuando las nubes se dispersen, los muertos cubrirán el planeta como en un enorme cementerio.
La beata y mística Ana María Taigi también escribió que vendrá sobre la tierra una oscuridad intensa que durará tres días y tres noches. Nada será visible y el aire estará cargado de pestilencia.
Esta situación hará que los enemigos de la verdadera religión sean muertos. Durante los tres días de tinieblas la luz artificial será imposible. Sólo las velas benditas arderán. Los fieles deben permanecer en sus casas rezando el santo rosario. Millones de hombres perecerán.
Los impíos serán aplastados, eliminados, arrancados como la mala hierba y después de purificar el mundo Nuestro Señor operará un renacimiento milagroso.
Existe un precedente bíblico parecido, narrado en el Éxodo, cuando el Señor dijo a Moisés: Extiende tu mano hacia el cielo para que Egipto se cubra de una oscuridad tan densa que se pueda palpar. Así lo hizo Moisés y una profunda oscuridad cubrió el territorio de Egipto durante tres días, quedando sin verse unos a otros y sin poder moverse de su sitio, pero en las viviendas de los israelitas había luz.
Este artículo se publicó originalmente en https://plineando.blogspot.com/
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