¿Qué hizo el protestantismo explotando dentro de una Iglesia jerárquica en todas sus concepciones, en toda su doctrina, en todo su ser? Una obra de orgullo y rebelión: niveló todas las sectas, afirmando el libre examen, negó el magisterio de la Iglesia, haciendo de cada hombre el Papa de sí mismo. Por sus concepciones sobre la Misa y del sacerdocio, redujeron al clérigo a un mero delegado de los fieles, e hicieron de cada fiel su propio sacerdote. En apariencia, siguió habiendo clérigos y laicos entre los protestantes, pero es una diferencia puramente accidental, y no como la que separa a los ungidos del Señor en la Iglesia Católica del resto de los fieles. En ese clero así de disminuido en su esencia, los protestantes todavía ejercieron la devastación de su acción niveladora. Abolido el Papa, hubo sectas que abolieron a los obispos y otras llegaron a prescindir prácticamente de los presbíteros. Las órdenes religiosas fueron extinguidas. Hasta en las relaciones entre la Iglesia Triunfante y la Iglesia Militante entró el furor igualitario, se negó el culto a los ángeles, a los santos y la realeza de María sobre toda la creación.
La sociedad civil estaba organizada en la Edad Media en moldes sensiblemente parecidos con la Iglesia. En el ápice, una cabeza suprema, el emperador Romano Alemán. Debajo de él, los reyes, y sucesivamente los diversos escalones de la aristocracia feudal, y la plebe, dividida ella misma en varios niveles sociales y económicos hasta el siervo en el campo, o en la industria el aprendiz de gremio.
Conferido el derecho de ciudadanía en Europa al protestantismo y, por lo tanto, al espíritu de rebelión y nivelación, ¿sería aceptable para él dejar ileso en el plano temporal un tipo de organización que acababa de derrocar en la esfera espiritual?
La causa más profunda de la Revolución Francesa está en esto. El “dogma” del libre examen tendría que producir tarde o temprano el “dogma” de la soberanía popular. La caída del Sacro Imperio, la generalización del sistema republicano en Europa, la abolición de los privilegios de la aristocracia, la introducción de la igualdad absoluta en la esfera política por el sufragio universal. Todo esto se hizo bajo el aliento de un misticismo político igualitario que es manifiestamente el hijo del misticismo igualitario religioso de los protestantes.
La única desigualdad que quedaba después de la Revolución Francesa era financiera. ¿Qué heredero de la Revolución extendería la nivelación a esta esfera? El comunismo. El día en que este ganase, la obra niveladora de Lutero habría triunfado completamente. No habría en el mundo más clérigos, ni nobles, ni patrones. Dios creó el universo jerárquico. El diablo habría abolido la jerarquía en la sociedad humana.
Este artículo se publicó originalmente en https://plineando.blogspot.com/
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