(Gaudium Press) Sigue el interés y la investigación sobre cómo fue causado el asesinato de Mons. David O’Connell, obispo auxiliar de Los Ángeles, en los EE.UU., ocurrido el sábado pasado a pocas cuadras de la iglesia de San Juan María Vianney.

Mons. O’Connell, de 69 años, trabajaba en el sur de los Ángeles, y era conocido como el “pacificador”; realizaba su apostolado también en intervención de pandillas. También intervino en diversas ocasiones en negociaciones de paz, cuando hubo choques entre comunidades y fuerzas del orden: se recuerda sus acciones decisivas en 1992, cuando un jurado absolivió a cuatro policías blancos que habían dado una golpiza a Rodney King, afroamericano.

El prelado fue encontrado con una herida de bala, alrededor de la una de la tarde del sábado, en Hacienda Heights, al este del condado de Los Ángeles.

El Arzobispo de Los Ángeles, y hasta hace poco presidente del episcopado de los EE.UU., Mons. José H. Gómez, emitió un comunicado el domingo por la mañana, diciendo que “estamos profundamente perturbados y entristecidos por esta noticia”, dijo.

“Era un pacificador con corazón para los pobres y los inmigrantes, y sentía pasión por construir una comunidad en la que se honrara y protegiera la santidad y la dignidad de toda vida humana”, manifestó también el Arzobispo.

Las autoridades no han dado mayores informaciones sobre circusntancias, o posibles móviles del asesinato.

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