El BCE sube los tipos de interés al 3%, su nivel más alto en 14 años, pese a la relajación de la inflación.

El Banco Central Europeo ha subido los tipos de interés otros 50 puntos básicos, dejando el ‘precio del dinero’ en el 3%. La institución ha subido también hasta el 2.5% la tasa de depósitos, su nivel más alto en 14 años. Y deja el interés de las operaciones principales de financiación y los tipos de interés de la facilidad marginal de crédito al 3%, y al 3,25% respectivamente, con efectos a partir del 8 de febrero de 2023.

“El Consejo de Gobierno mantendrá el rumbo elevando significativamente los tipos de interés a un ritmo constante y manteniéndolos en niveles lo suficientemente restrictivos para asegurar el retorno oportuno de la inflación a su objetivo a medio plazo del 2%», dice el comunicado emitido en Fráncfort. «En consecuencia, el Consejo de Gobierno ha decidido subir los tres tipos de interés clave del BCE en 50 puntos básicos y espera subirlos aún más. En vista de las presiones inflacionarias subyacentes, el Consejo de Gobierno tiene la intención de subir los tipos de interés en otros 50 puntos básicos en su próxima reunión de política monetaria de marzo y luego evaluará la trayectoria posterior de su política monetaria».

Mercados, analistas y gobiernos descontaban este aumento tras las indicaciones de la presidenta Christine Lagarde asegurando el mes pasado que se «mantendría el rumbo». Por eso los ojos no están en la cifra, sino en las previsiones para el futuro cercano. Miembros del Consejo de Gobierno han manifestado en público su apoyo a seguir con alzas «significativamente a un ritmo constante para alcanzar niveles lo suficientemente restrictivos», como se estipuló en diciembre. Pero ahora que se rozan niveles máximos, con los precios de la energía contenidos, algunas voces en Fráncfort piden reabrir el debate.

La locura de combatir la inflación aplastando una demanda todavía insuficiente para llevarnos al pleno empleo en lugar de incentivar la oferta demuestra que entre sus objetivos no está el pleno empleo. Eso sí, los que viven del tipo de interés, incluidos los bancos, lo agradecerán.

La inconveniencia de la política fiscal restrictiva “sugerida” por el BCE y el FMI es evidente pues éste no es el momento de reducir déficits y deuda, ya que la economía se está desacelerando, y esas reducciones podrían dañar aún más su crecimiento.

Eduardo Núñez

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