Vicente Requeno y Vives nacido en Calatorao, Zaragoza en 1743 , como jesuita afectado por el decreto de expulsión de Carlos III en 1767 , se exilió en Italia donde pudo conocer la mayoría de las obras de los pensadores ilustrados europeos y entabló amistad con José de Pignatelli.
Esta obra fue escrita en italiano y resulta ser un texto más fino y coherente que el propio de la traducción al castellano. Requeno había redactado estudios sobre la música grecorromana, sobre Numismática, sobre el Encausto o la pintura clásico-romana con cera púnica. Menéndez Pelayo consideró que en lugar de desarrollar algún estudio sistemático sobre Teoría de la Pintura, disciplina en la que entonces la cultura española era anémica, se limitó a estudiar aspectos meramente técnicos de la misma como la génesis de pequeñas “ creaciones industriales “. Vicente Requeno consideraba que el arte griego y romano era la cumbre estética que debía ser reinstaurada, recuperada y que debía inspirar la nueva creatividad de la sensibilidad europea en las bellas artes. La revitalización de todas las disciplinas artísticas exigía la vuelta a la creatividad antigua como modelo supremo. En este sentido sus planteamientos no eran muy distintos a los del coetáneo historiador alemán del arte J. Winckelmann.
Según afirma el estudioso Jorge Ayala en el prólogo el “Ensayo filosófico sobre los caracteres personales dignos del hombre en sociedad” fue finalizado en Italia , en 1787, y como la Ilustración ya había cristalizado en nuevas visiones del hombre y de la sociedad, predominantes también en los centros de poder, resultaba una obra poco interesante para las minorías cultas del momento y no fue publicada . El jesuita aragonés criticará en el “Libro de las sensaciones humanas y sus órganos”, las teorías del conocimiento de empiristas y sensistas como las de Locke y Condillac ; atacará el Deísmo de Voltaire; la interpretación del origen del poder social y político de Rousseau. Por el contrario según Requeno la razón humana tendería a un “fin último y digno y los medios que ella dicta” (p. XVI), la ley de la razón humana sería la razón natural; se trata de una clara visión escolástica. Existirían verdades en el pensar, querer y obrar que tenderían hacia la universalidad, los principios contrarios implicarían, según Vicente Requeno, desorden, debilidad y desintegración social provocando el Despotismo y el Libertinaje. El origen colectivo humano no es el desorden insolidario y violento como creyó Hobbes y los principios del equilibrio social no están en el poder ejercido y mantenido como cree Maquiavelo; el Pacto Social no es una semilla inocente ya que puede representar el olvido de sectores sociales no integrados, no representados que no tendrían fuerza ni capacidad para defender sus intereses vitales; la conquista de las riquezas no sería fundamento suficiente para cohesionar a la sociedad. Ni el temor ni el egoísmo pueden fundamentar una sociedad que debe mantener el Bien Común como forma justa de cooperación y de pervivencia ,y, al Estado , como garante supremo de ese bien necesario. Son planteamientos nada alejados de los que ofrecerá el pensamiento tradicional español en el s. XIX.
No obstante Requeno es un ilustrado por el aliento que le hace respirar el buen gusto dieciochesco que no está por completo ayuno de la Razón como expresión de la Verdad y satisface el Entendimiento; del Amor como búsqueda del Bien y rectitud de voluntad; y del interés colectivo como Orden entendido como equilibrio y libertad que se regeneran. La ciencia y el estilo de su siglo expresan ciertos componentes de humanismo enaltecedor y liberador que Requeno asume. Como afirmó Rodríguez Aranda en su obra El Desarrollo de la Razón en la Cultura Española”: “El siglo XVIII está íntimamente enlazado a los anteriores. Como ha dicho Ortega, todo es transición, hasta el punto de que puede definirse la historia como la ciencia de la transición.” Distinguir la necesidad de la conveniencia, lo determinante y lo accidental como equilibrio moderador fue la pretensión de cierta Ilustración española. Requeno criticará, por otra parte a “un siglo que se gloria de sensible y humano…. y que cultiva los amores desarreglados…, de gloria popular, o de riquezas, y que se vean las mayores crueldades que jamás se cometieron en las civiles sociedades.” (p. 216). En los estatutos de las Sociedades Económicas, en el Discurso sobre el Fomento de la Industria Popular, de Campomanes encontraremos ese deseo de una Ciencia que acrecienta la dignidad personal y colectiva de los hombres que se afanan en vivir en sociedad sin censurar “ la compasión uno de los principios activos más interesantes del bien público” , según Requeno ( p. 217 ). Plantearemos, no obstante, dos críticas a la mentalidad de Requeno, su rechazo de la democratización de la cultura y la arbitraria vinculación necesaria de la” verdadera virtud” como medio “ para lograr el fin del sumo bien “ , justo en contraposición al planteamiento de Kant ( pp. 175-176). La historia de las mentalidades de cada época también condiciona y lastra la historia del pensamiento.
Luis Fernando Torres Vicente. Zaragoza
COMPARTE:
EMBÁRCATE EN LA LUCHA CONTRARREVOLUCIONARIA: Si quieres defender la cristiandad y la hispanidad, envíanos tus artículos comentando la actualidad de tu país hispano, o colaboraciones sobre la fe católica y la cultura, así como reseñas de libros, artículos de opinión… Ya superamos las 12.000.000 de páginas vistas anualmente en todo el mundo, únete a nuestro equipo de voluntarios y difunde la verdad compartiendo en redes sociales, o remitiendo tus colaboraciones a redaccion@tradicionviva.es . Puedes seguirnos en Telegram: t.me/tradicionviva / Facebook: @editorial.tradicionalista / Twitter: @Tradicion_Viva / Youtube: youtube.com/c/tradicionvivaTv / Suscríbete a nuestro boletín digital gratuito, pulsa aquí.
TE NECESITAMOS: Somos un espacio de análisis lejos de los dogmas de la corrección política; puedes colaborar haciendo una DONACIÓN (pulsando aquí)