En México se está preparando un rito “maya” de la Misa. El estudio está bastante avanzado y ya ha surgido un proyecto. En efecto, un grupo de obispos mexicanos se reunió en la diócesis de San Cristóbal de las Casas con monseñor Aurelio García Macías, subsecretario del Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, para trabajar en esto.
El proyecto fue elaborado en febrero, y será presentado a los obispos mexicanos antes de ser enviado a Roma en mayo. Antes de leer el texto, conviene conocer el contexto.
La diócesis de San Cristóbal de las Casas
Esta diócesis ha estado desde hace décadas bajo la atenta vigilancia de Roma. Está en juego el sincretismo, la toma de decisiones comunales, el activismo político de izquierda y la ordenación de cientos de diáconos permanentes junto con sus esposas, para lograr una «iglesia indígena».
Monseñor Samuel Ruiz García, obispo de la diócesis de 1960 a 2000, es el creador de este movimiento. Monseñor Felipe Arizmendi Esquivel, creado cardenal en 2020, obispo de la diócesis de 2000 a 2017, continuó en la línea de su antecesor, lo que ha suscitado una serie de inquietudes en Roma.
El caso de los diáconos permanentes vinculados a sus esposas
En el año 2000, el Vaticano solicitó que, al ordenar diáconos permanentes, el obispo no pusiera las manos sobre la cabeza de la esposa, como era la práctica. En 2005, la Congregación para el Culto Divino suspendió «las ordenaciones de diáconos permanentes hasta que se resuelva el problema ideológico de fondo» y se refuerce el concepto de celibato sacerdotal.
Además, «debía suspenderse la formación de candidatos al diaconado permanente». La diócesis tenía entonces 340 diáconos permanentes casados y una cuarta parte de este número eran sacerdotes: las parroquias estaban dirigidas principalmente por diáconos permanentes y sus esposas. En 2007, Roma pidió eliminar del directorio diocesano la indicación de que estos diáconos podían convertirse en sacerdotes casados.
Los incentivos del Papa Francisco
El cardenal Arizmendi cuenta cómo, desde 2013, fue incentivado por el nuevo Papa. Francisco le dijo que el diaconado permanente podría ser una solución muy oportuna en las comunidades indígenas y que se debía fomentar. Lo recomienda en Querida Amazonia, n° 92.
Unos meses más tarde, el prelado declaró: «estábamos autorizados a continuar con estas ordenaciones». De este modo, Francisco alentó un diaconado indígena permanente con esposas consideradas codiáconos, pero también alentó el desarrollo de un rito indígena.
Los elementos generales detrás del nuevo proyecto
Hay varios elementos que aparecen en el Sínodo de la Amazonía de 2019: el fortalecimiento del papel litúrgico de la mujer (con miras a un diaconado femenino), el papel preponderante de los diáconos indígenas casados (con miras hacia sacerdotes casados) y una inculturación litúrgica mezclada con elementos idolátricos (cf. culto a la Pachamama). En cuanto a la antigua religión maya, está impregnada de politeísmo, animismo, la creencia en la comunicación con los ancestros, incluso sacrificios humanos.
El rito “maya” como ya se practica en la diócesis de San Cristóbal de las Casas
Ya existe una inculturación avanzada de los ritos mayas, aprobada por el obispo local. Varios de estos elementos se integrarán en el proyecto actual.
Incensación del altar hecha por las mujeres
Es una antigua función de las mujeres mayas incensar objetos como el altar maya; esta función se repite en la Misa, con el mismo tipo de incensario: las mujeres inciensan el altar en diferentes momentos durante la Misa con un incensario maya.
Las danzas rituales
La cultura maya utiliza danzas rituales: estas se programan al final de la Misa. Se cree que estas danzas son medios de comunicación con los dioses y espíritus. El sitio web World History explica: «Se practicaban rituales de baile para comunicarse con los dioses. Los bailes se hacían con lujosos disfraces que representaban los rostros de las deidades. (…) Los mayas creían que vistiéndose y actuando como un dios, podían comunicarse con ellos».
La Tierra, «Diosa Madre»
El cardenal Arizmendi explica: «En la ‘teología indígena’ la tierra es esencial, la conocen con el nombre de la Diosa Madre. Ella tiene su propia personalidad. Es sagrada. Es el sujeto con el que hablamos y a quien veneramos. La tierra es la fertilidad divina. Las plantas, especialmente el maíz, son la carne de los dioses dada al hombre para su sustento».
Sincretismo e indiferentismo religiosos
El renacimiento de las prácticas y los símbolos mayas es visto como un retorno a las tradiciones «precolombinas», es decir, paganas. Pero para la teología indígena no hay contradicción con el catolicismo. Un autor escribe: «Monseñor Ruiz señala que el Dios venerado en la teología indígena no era diferente del Jesús venerado en el catolicismo».
El mismo autor describe la incorporación de antiguos ritos religiosos a los ritos católicos: «Algunos han incorporado elementos como el agua, el fuego, colores ancestrales, que nada tienen que ver con las oraciones de la Iglesia católica: evocamos no solo a un Dios cristiano, sino también la tierra, las montañas, el agua, la luna, el sol, entre otros…»
El papel litúrgico de las mujeres
Esto se manifiesta en la inclusión de las esposas durante la ordenación de los diáconos permanentes. La esposa, escribe monseñor Arizmendi, «permanece al lado del diácono durante toda la ceremonia, y junta su mano con la de su esposo en el momento de la promesa de obediencia». Además, «recibe, con su marido, el libro de los Evangelios. Asiste como ministra extraordinaria de la comunión. Y en las celebraciones ordinarias, ella inciensa el altar, los evangelios, las imágenes, los ministros y los fieles».
Además, «hemos autorizado a dos mujeres para administrar el bautismo y presidir la celebración del matrimonio cuando no haya otros ministros»: una de las reivindicaciones del Camino Sinodal…
El altar maya
Es un altar dedicado a los dioses y creencias de la religión maya. Estos altares ya se encuentran en las iglesias de la región y en muchas ceremonias religiosas. Monseñor Arizmendi escribe: «En algunos lugares se acostumbra erigir, frente al altar, el ‘altar maya’, con flores y velas de colores, según las cuatro direcciones del universo, con los frutos de la tierra».
Cada color tiene un significado específico, cuatro de ellos representan los puntos cardinales. En un determinado momento, la congregación se inclina hacia el centro del altar que tiene dos velas que se cree que representan a Cristo, aunque estas velas también tienen otros significados.
Monseñor Arizmendi explica: «Fomentamos la inculturación de la adoración del Santísimo Sacramento en el ‘altar maya’». Están los «símbolos en este ‘altar’ de la presencia eucarística de Jesús». En la cultura maya, «Dios es invocado como el Corazón del Cielo y el Corazón de la Tierra»; sin embargo, explica el cardenal: «Jesús une el cielo y la tierra, porque es Dios y hombre».
El encendido de las velas
«El sacerdote que preside la celebración anuncia a la comunidad que la oración universal se hará según la modalidad del encendido de las velas con base en la tradición de los antepasados”, escribe monseñor Arizmendi. Según la tradición maya, es posible comunicarse de esta manera con los antepasados. Antes del inicio de la Misa, se prepara un lugar frente al altar donde se encenderán las velas.
El número de velas varía según el objeto de la oración. El principal, siempre laico, invita a la oración, mientras se toca música tradicional con arpa, violín y guitarra. Todos los participantes se arrodillan. Una mujer inciensa las velas, luego el oficiante las enciende. El sacerdote se para frente al lugar donde están las velas, se arrodilla y reza con el jefe.
La danza ritual
«Al final de la homilía, escribe el cardenal, se puede llevar a cabo una danza ritual. Es un ligero movimiento del cuerpo y de los pies que se puede realizar en uno o tres bailes».
Algunos de estos elementos estuvieron presentes en la Misa Papal del 15 de febrero de 2016, celebrada por Francisco durante su visita a la diócesis de San Cristóbal de las Casas: El Papa Francisco incensó el altar con dos esposas diaconisas, ambas con incensarios mayas en la mano, bajo la mirada de sus maridos, dos diáconos permanentes nativos. También hubo una danza ritual.
Quizá el lector se quede atónito ante esta desenfrenada inculturación que introduce los elementos de una cultura profundamente pagana, y que no solo puede -como mínimo- cultivar una perniciosa confusión, sino que tiende, cualquiera que sea la intención de los autores, a un rito que ya no tiene nada de católico y que no es más que puro sincretismo.
Para aquellos que saben inglés, pueden consultar el artículo más completo, que hemos resumido aquí, publicado en LifeSiteNews.
Fuente: LifeSiteNews – FSSPX.Actualités
COMPARTE:
EMBÁRCATE EN LA LUCHA CONTRARREVOLUCIONARIA: Si quieres defender la cristiandad y la hispanidad, envíanos tus artículos comentando la actualidad de tu país hispano, o colaboraciones sobre la fe católica y la cultura, así como reseñas de libros, artículos de opinión… Ya superamos las 12.000.000 de páginas vistas anualmente en todo el mundo, únete a nuestro equipo de voluntarios y difunde la verdad compartiendo en redes sociales, o remitiendo tus colaboraciones a redaccion@tradicionviva.es . Puedes seguirnos en Telegram: t.me/tradicionviva / Facebook: @editorial.tradicionalista / Twitter: @Tradicion_Viva / Youtube: youtube.com/c/tradicionvivaTv / Suscríbete a nuestro boletín digital gratuito, pulsa aquí.
TE NECESITAMOS: Somos un espacio de análisis lejos de los dogmas de la corrección política; puedes colaborar haciendo una DONACIÓN (pulsando aquí)