(Gaudium Press) Hace un par de días vi una persona que buscaba con frenesí una aplicación en su celular.
Pasaba pantallas una y otra vez, abría y cerraba carpetas, pensaba un poco, volvía a la pantalla inicial… hasta que después de un tiempo, encontró lo que buscaba dentro de los cientos de aplicaciones que tenía instaladas. ¡Qué cantidad de aplicaciones tenía!
Inevitablemente pensé — ¿Será que esta persona usará todas esas aplicaciones? Estoy seguro que si tuviera menos, podría encontrar con mayor facilidad las que necesita de verdad.
Muy probablemente dentro de ese celular había muchas aplicaciones superfluas, esas que tanto incomodan y que hacen más lento el celular; y dentro de estas aplicaciones, cuántas que hacen perder el tiempo; peor, cuántas que hacen perder dinero, cuántas que hacen perder el estado de gracia…
¿Acaso no tendremos nosotros también en nuestro celular, alguna aplicación que encaje en alguno de estos tres últimos grupos? ¿No será este el momento para eliminarla?
Lo que sucede hoy en día en el campo tecnológico, pasa también con nuestras almas. A veces nos dedicamos a cosas superfluas que nos hacen perder en un mare magnum de cosas sin importancia, que nos apartan de Dios y nos extravían del verdadero propósito de nuestra vida. ¿Cuántas de estas cosas nos hacen perder el tiempo? ¿Cuántas nos hacen perder dinero? ¿Cuántas de ellas nos hacen perder el estado de gracia?…
Si las encontró en su alma querido lector, no se preocupe, para poder eliminarlas con facilidad le tengo unos tips:
1. Abra su alma para hacer un buen Examen de Conciencia de sus faltas.
2. Buque cerca de su ubicación la parroquia más cercana y procure confesarse.
3. Descargue en el confesionario todas sus faltas y pecados.
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4. Preste atención a los comentarios que le hará el sacerdote, él le dará en detalle los pasos que debe seguir.
5. Reinicie su vida eliminando definitivamente esas aplicaciones superfluas que le apartan de Dios.
Por Guillermo Torres Bauer
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