El próximo domingo 4 de junio, los Cristeros de Jalisco conmemoran el 94 aniversario del asesinato del general Enrique Gorostieta, en Atotonilco el Alto, Jalisco, el mismo lugar donde fue asesinado por las revolucionarias Tropas Revolucionarias.

Gorostieta fue un hombre honrado, siempre atraído por las causas que él entendía justas. Nombrado comandante en Jefe del Ejército Cristero, el dio a las fuerzas cristeras una efectiva organización militar que permitió formar un auténtico ejército de soldados de Cristo; el Ejercito Cristero le dio a cambio, como intermediario de Cristo, la Gracia de descubrir «la auténtica cristiandad en la fe de sus soldados».

Murió asesinado en Atotonilco el Alto, Jalisco el 2 de junio de 1929, traicionado por un judas, que fingiéndose de los suyos, era un infiltrado de las fuerzas gubernamentales. Su cuerpo, ya inerte, fue exhibido entre burlas de los soldados gubernamentales, que gritaban «Vean cómo a su líder no lo salvó el Cristo Rey, al que tanto imploran». Ignorantes, no sabían que Cristo venció a la muerte, y que muchas veces atraé a sus elegidos, hacía sí, envueltos en la apariencia del fracaso humano.

Tras su muerte el Gobierno incumplió los pactos y negociaciones,  e inició los fusilamientos indiscriminados de los líderes Cristeros que sobrevivieron a aquella Cruzada de «Esperanza contra toda Esperanza».

Dale, Señor, el descanso eterno y brille para él la luz que no tiene fin.

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